Recuerdos de Eusebio y Lola Flores
Calle Rioja
LA joven mira el cartel en la puerta principal del teatro de la Maestranza. ¿Se ha quedado sin entrada?, le pregunta el periodista. "Yo trabajo en La Traviata". Se llama Eva Coelho y aprovecha el día de descanso para caminar por el Paseo de Colón, jalonado con carteles de la ópera de Verdi, en compañía de sus padres y de su hermana Elena, profesora de Latín y Griego.
Eva Coelho forma parte del cuadro de bailarinas que aparece en la fiesta de disfraces. Su madre, Mercedes, no es objetiva. "No hemos venido a ver la ópera, hemos venido a ver a mi hija". La madre de Eva también fue bailarina y asocia Sevilla con recuerdos de su belle epoque. "Vinimos al teatro Álvarez Quintero para hacer La Guapa de Cádiz con Lola Flores. Sevilla era puerto de mar y en el 62 pasamos por aquí para coger un barco hasta Tenerife, donde teníamos función".
Dos bailarinas, madre e hija, en un domingo de asueto. Coelho es apellido portugués. A su marido, el padre de Elena y Eva, lo conoció Mercedes cuando fue a bailar a Lisboa. Fernando Coelho se dedicaba al negocio inmobiliario. Como esta historia es una trenza entre el Mundial que empieza y la temporada de ópera que finaliza, Coelho cuenta que conoció en persona a Eusebio, el mejor futbolista portugués de la historia, máximo goleador en el Mundial de Inglaterra 66. "Le vendí un piso en Barreiro". "Un barrio de Lisboa como aquí puede ser Triana", aclara Eva, la bailarina, que según su madre "también es bailaora de flamenco". De Sevilla se irá a Verona a travajar en las óperas Carmen e Il Trovatore, ésta también de Giuseppe Verdi.
Elportugués y la madrileña se casaron el día de San Valentín de 1974, año del Mundial de Alemania. Doce años después, lo organizó España. Sevilla fue sede mundialista, cuartel general de la selección de Brasil, y ese año 82 no se representaba ni una ópera en Sevilla. "A mí el Mundial de España me suena a Naranjito", dice Esperanza Carmona, auxiliar de clínica, que pasea junto al Maestranza con Rafael Sánchez, electricista, su marido desde marzo de 1975. A Rafael le gusta más la ópera que el fútbol. "Sólo he visto un partido de España en mi vida y porque me regalaron la entrada".
Esta noche vuelve La Traviata al Maestranza, con el director del teatro, Pedro Halffter, recién admitido como académico de Bellas Artes. La función empezará a la misma hora que el Italia-Paraguay. Estreno del equipo de Verdi. Junto al coliseo operístico que diseñaron Aurelio del Pozo y Luis Marín de Terán está la estatua de Mozart que esculpió Rolando Campos. Icono de Austria, que venció a España en el Mundial de Argentina 78 y pasteleó con Alemania en el de España 82 para eliminar a Argelia. En Viena, para espantar maleficios, conquistó España su segunda Eurocopa.
En el 82 había fútbol sin óperas. Hoy hay ópera y para ver partidos del Mundial hay que coger un vuelo a Durban o Johannesburgo, que está más lejos que Nervión o Heliópolis, donde en el 82 se pudo ver a Platini, Zico, Rummenigge o Dassaev. Andrés Moreno Mengíbar cataloga 128 óperas relacionadas con Sevilla. El Pichichi se lo llevan don Juan Tenorio (49 óperas) y Fígaro (38).
Ayer había boda en la Catedral a la hora del Argelia-Eslovenia. Lola Carranza vio La Traviata la noche del estreno. Por delante tenía a María Galiana; por detrás, a Soledad Becerril, ministra de Cultura durante España 82.
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