"Sevilla necesita un zamarreón"

Entrevista

Teresa Jiménez Becerril lleva diez años de europarlamentaria, un tiempo consagrado a la defensa de las víctimas del terrorismo. Ahora quiere seguir en su lucha como diputada por su provincia de nacimiento. Va de número uno por Sevilla al Congreso.

Teresa Jiménez Becerril
Teresa Jiménez Becerril / Antonio Pizarro

Sevilla/–¿Cuál es su visión de la ciudad? ¿Qué proyectos son prioritarios para ser defendidos en el Congreso de los Diputados?

–Sevilla necesita un zarandeo, un zamarreón, necesita ser animada como ciudad para que se hagan muchas más cosas. Todos los sevillanos estamos orgullosos de serlo, pero hay que sumar más, no conformarnos con su luz o con lo bonita que es. Hay que apostar por los proyectos de movilidad. La gente quiere vivir en las ciudades donde es cómodo moverse. Es fundamental un aeropuerto más grande, mejores comunicaciones con Santa Justa, el impulso de proyectos agrícolas y del patrimonio histórico artístico en la provincia. Tenemos que traer inversiones para que la gente no se vaya porque cada vez perdemos más población. Que la gente no se vaya a Barcelona, siempre que no sea porque de verdad quiere irse. Que se puedan quedar en Sevilla si quieren, que tengan la posibilidad. A la gente hay que darle la opción de elegir. A la mujer hay que permitirle estar en puestos directivos. En Sevilla no hay tanta inversión como debería. Veo zonas del río desperdiciadas. Veo otras ciudades con sus recursos mejor aprovechados. Sevilla tiene potencial para ser de las ciudades más potentes de Europa. El dinero va donde hay seguridad jurídica y no lo fríen a impuestos. ¿Por qué el dinero se va a Irlanda y Portugal? Hay que encontrar el equilibrio de la justicia social, pero hay que dar facilidades a los autónomos de Triana o del mercado de San Gonzalo, que pierdan el miedo a contratar. Cuando estuve en Londres encontré todos mis trabajos en un periódico gratuito vespertino que daban en el Metro. Si no te gustaba tu trabajo porque te trataban mal, te podías ir a otro. Había mucha movilidad. Eso es lo que yo quiero para Sevilla.

Teresa Jiménez-Becerril
Teresa Jiménez-Becerril / Antonio Pizarro

–¿Qué le ha aportado a usted su etapa de diez años en el Parlamento Europeo?

–El aprender a ponerme de acuerdo con los grupos políticos. Hay 28 naciones y muchos grupos políticos. Somos legisladores. Hay que negociar las leyes con todos. Yo hice una sobre protección y apoyo a víctimas de delitos y me pusieron seiscientas enmiendas. ¡No se pueden votar seiscientas enmiendas! Hay que conciliar. Todas las leyes que me ha tocado sacar las hemos sacado con un apoyo supermayoritario. Creo que de mi hermano Alberto he aprendido esa capacidad de conciliar.

–¿Los españoles conocemos bien las instituciones europeas? ¿Las vemos útiles?

–No las conocemos. Y sí, son útiles. Ocurre que no lo sienten próximo, no le tienen afecto. Las cosas que se hacen bien en la instituciones europeas se las apropian los gobiernos. Y las cosas que se hacen mal se le imputan a Europa. Si la Unión Europea no existiera habría que inventarla.

–¿Lo más ingrato para usted ha sido, quizás, tener que defender lo obvio? Por ejemplo, que las víctimas de ETA son eso: víctimas del terrorismo.

-Totalmente. Para la víctima, el tener que estar diciendo y contando que le pegaron un tiro a su hermano y que su mujer lo acunó... Porque con los años te terminas enterando de lo que no quieres saber. Cuando yo tengo que contar eso para que la gente entienda que con los terroristas no se puede pactar, porque si se hace es como darle otra bofetada en la cara a las víctimas, pues se puede imaginar... Los colectivos en favor del acercamiento de los presos van mucho a Europa a exponer sus peticiones, pero hay que explicarle a la gente que los terroristas están lejos de su casa porque le han pegado un tiro a una persona y a su mujer con tres hijos de corta edad. Es grato saber que hay alguien que cuando va Otegui como hombre de paz, hay quienes lo desenmascaran. Es un desgaste, sí. En España se sabe. Pero en el Parlamento europeo hay que explicarlo.

Teresa Jiménez-Becerril
Teresa Jiménez-Becerril / Antonio Pizarro

–¿Toda esa labor resulta descorazonadora?

–Hemos hecho pedagogía, pedagogía y más pedagogía. Y ahora con el separatismo mucho más. Tener que explicar que nosotros no nos negamos a nadie que vaya a un Parlamento a defender la independencia, sino que nos negamos a que se haga de forma violenta o irregular. Esto nos ha restado mucha energía estos últimos años.

–¿Usted que opina cuando oye decir que el PP es un partido de la “derechita cobarde”?

–A mi me indigna. No me hace daño. A mi nadie se puede poner en frente de mí y decirme que yo soy de la derechita cobarde, cuando yo me he levantado ante Otegui en el Parlamento. Yo he recibido amenazas en el Parlamento Europeo nada más llegar. He oído: “Te vamos a mandar con tu hermano”. Y otras cosas que no reproduzco por la brutalidad. En Vox repiten esa coletilla y creo que no les hace ningún bien. Yo conozco a Abascal, es amigo mío, no digo que sea íntimo, pero lo conozco hace mucho y ha estado al lado mía en las manifestaciones. Nunca hablo mal de él, pero no comparto eso de relativizar la violencia de género porque las que se mueren son las mujeres en más del 90% de los casos. Y no comparto su enfoque de las autonomías que, a lo mejor, hay que darle una revisión... Como hay que revisar a lo mejor el Pacto contra la Violencia de Género. A mi no me gusta el nacionalismo nada de nada. Yo soy ciudadana del mundo, como dijo Sócrates. No puedo entender todo lo que sea acotar, achicar, encerrarse.

–¿Por qué cree que VOX sacó 12 diputados en Andalucía?

–Me sorprendió. Creo que muchos de esos votantes venían del PP. Había gente que se encontraba huérfana de un partido que respondiera mejor a sus demandas. A mi el PPme responde, porque lo veo muy amplio, muy grande, creo que cabemos todos Jamás me han dicho cómo tengo que pensar. No estoy al cien por cien de acuerdo con todo lo que hace el PP. Donde nunca se duda, tampoco se cree cabalmente. Creo que ese voto a VOX es emocional, es un voto de chicos jóvenes, más de chicos que de chicas. La gente quiere cosas nuevas. VOX tiene mucho de novedad. Sinceramente creo en un PPmuy amplio donde todos se pueden encontrar cómodos. Y si hay gente que no le gustaba Rajoy, pues ya no está Rajoy. Ya no hay excusas. No podemos estar toda la vida culpando a Rajoy y, además, es de bien nacidos ser agradecidos, porque España estaba en una profunda crisis.

–¿Su labor es recordarle a los españoles que el presidente del Gobierno ha llegado a la Moncloa con los votos de un partido proetarra?

–Hemos estado 50 años soportando a ETA. Víctima de ETA ha sido toda España. ETA ha estado 50 años aterrorizando a los españoles. La gente no recuerda aquella amenaza macabra de “socializar el sufrimiento”, que quería decir que no sólo iban a matar militares y guardias civiles, que eran angelitos extremeños y andaluces que iban a trabajar al País Vasco sabiendo que en su sueldo estaba el morir. Recuerdo que mi hermano Alberto organizó la manifestación por Miguel Ángel, sin saber que a los seis meses la gente levantaría las manos blancas con la Giralda detrás.

–¿Hemos olvidado todo?

–Creo que no. A mucha gente Otegui sí le suena ya de lejos.

–¿Percibe que mucha gente, incluso dentro de su partido, quiere que se pase página?

–La gente prefiere olvidar lo triste y doloroso. Incluso a veces nos dicen que nosotros nos aprovechamos de esta circunstancia. No queremos venganza, no tengo ese sentimiento, sí tengo el de la justicia. Yo no me quiero ver en la piel del votante socialista. Estoy convencido de que no están orgullosos. La frase de Otegui diciendo que él es el apoyo estable de Pedro Sánchez no puede gustarle a nadie. Otegui está inhabilitado, ha sido jefe de una organización terrorista. Ya hubo una amnistía, ya tuvieron su oportunidad. El 90% de los miembros de ETA amnistados siguieron en ETA, la mitad volvieron a cometer delitos de sangre. La gente joven no sabe que ya hubo una amnistía, un perdón, un pase de página, pero ellos siguieron matando. A la gente le da asco que Sánchez tenga que apoyarse en Otegui.

Un momento de la entrevista
Un momento de la entrevista / Antonio Pizarro

–¿Qué nos jugamos en las elecciones generales?

–España. La continuidad de España tal como la conocemos. La unidad de España tal como es hace 500 años. Nos jugamos la Piel de Toro. Detrás de Cataluña viene el País Vasco. Iceta ha dicho lo que ha dicho y no ha sido desmentido por Sánchez. No quiero que el sacrificio de tantas personas sea en vano, no quiero que mi hija tenga que ir a Cataluña con pasaporte.

–Las encuestas no le dan buenos resultados a su partido.

–También hablan de que hay un 30% de indecisos. Hay mucha gente que no dice lo que van a votar. Ahora dicen su voto quienes prefieren partidos nuevos. Nuestro votante es más reservado. El PP es de centro liberal, amplio y donde la mayoría de la gente se puede sentir bien con la única línea roja de no querer romper la unidad de España, de querer que la gente progrese, de bajar los impuestos aunque haya que hacer políiticas sociales. La mejor política social es que haya mucho empleo y no tanto subsidio. No soy contraria ni partidaria de las cuotas. No me gusta ser un florero. No me gusta que me den subvenciones para todo. Sí quiero que si pierdo mi trabajo con 50 años, pueda encontrar un trabajo cuando todavía estoy en la mitad de mi vida. Hablamos mucho de los jóvenes, pero los jóvenes puede salir, moverse más por ahí, pero con 50 años se tienen hijos y menos posibilidades de moverse.

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