Sevilla se queda con el buey y la mula
tradiciones Las consecuencias de la última revelación de Benedicto XVI
Los belenistas seguirán incluyendo a los animales en el portal · Consideran que el próximo libro del Papa no ha de variar la representación más tradicional del nacimiento de Jesús
Para unos no deja de ser una campaña de marketing editorial, para otros una cortina de humo ante la crisis mundial y hay hasta quienes han montado en cólera por el cambio iconográfico del nacimiento de Jesús. El nuevo libro del Papa se ha convertido esta semana en protagonista de periódicos, telediarios y boletines radiofónicos al desvelar que no hubo ni mula ni buey en el momento en que el Niño Dios vino al mundo. En vísperas de una nueva campaña navideña y cuando ya los grandes almacenes exhiben la decoración propia de las próximas fiestas, dicha modificación -sacada a colación en una fecha muy apropiada- ha creado un debate (no sin cierta jocosidad) sobre la conveniencia o no de seguir la revelación pontificia estrictamente a la hora de montar el belén. En Sevilla, de momento, la mula y el buey parecen quedarse.
Juan José Morillas es el presidente de la asociación de belenistas de Sevilla. Como es de prever el tema no ha pasado inadvertido en este colectivo que integran 150 miembros. Morillas es de la opinión que en el belén siempre se apuesta por la tradición. "Cualquier belenista sabe que en los Evangelios no se dice nada respecto a la presencia de animales en el nacimiento del Mesías", señala este sevillano, quien recuerda que fue San Francisco de Asís quien creó la representación iconográfica más común de este pasaje de la vida de Jesús sobre el que ahora el Sumo Pontífice ha querido arrojar luz al ser una etapa reflejada escuetamente sólo por San Lucas y San Mateo.
Para Morillas, "los belenistas sevillanos continuarán con la mula y el buey en el portal. Puede que este año, por la novedad, alguien siga a rajatabla las palabras de Benedicto XVI y los elimine, pero la mayoría los mantendrán, como hacen con el caganet o con otras figuras que sólo son elementos costumbristas".
Sevilla es una ciudad con gran tradición belenista, de hecho en 2016 será sede del congreso nacional sobre esta representación iconográfica creada por los franciscanos, que la dotaron de un ambiente bucólico propio de su fundador. La revelación papal, por tanto, no ha pasado desapercibida en la capital hispalense, y mucho menos para los visitantes de la Feria del Belén que se celebra estos días junto al Archivo de Indias. Sólo hay que poner la oreja para oír los comentarios de quienes se acercan a este enclave. Sevillanos y turistas buscan las que se han convertido en las figuras protagonistas de este año. Juan Manuel Aguilar y Araceli Barranco, propietarios de la tienda Artesanía del Belén, son testigos de la polémica aliñada con grandes dosis de guasa. Aguilar lleva años impartiendo clases sobre la historia del belén en los colegios cuando se acercan estas fechas. Para él hay un argumento razonable que justifica la presencia de los animales en el portal: "Está claro que la Virgen se desplazó desde Nazaret a Belén, casi 100 kilómetros, en mula, por lo que lo más normal es que se quedara en el pesebre en el momento del alumbramiento".
Pero más allá de la defensa "lógica" de dicha inclusión, para este belenista hay una razón que justifica la presencia: "San Francisco decidió representar el nacimiento de Jesús con animales porque era el mejor símbolo de humildad, aunque la Iglesia siempre ha sido reacia a dicho acompañamiento, ya que sólo lo mencionan los evangelios apócrifos".
María y Ana Pichardo, cuyo apellido da nombre a una de las tiendas más conocidas por los belenistas, no recuerdan un cambio así en esta tradición iconográfica en los 60 años de este negocio. "Los sevillanos continuarán poniendo la mula y el buey. Si se sigue al Papa a pies juntillas habría también que cambiar la letra demuchos villancicos", dicen ambas mientras atienden a los clientes en el estand de la muestra. La misma opinión la comparte Aurora Sánchez, de Dado Hobby, quien asegura que "la gente va a seguir comprándome mulas y bueyes por mucho que el Papa publique nuevos libros". "Si el Niño nació en un pesebre lo acompañarían también gallinas y hasta ovejas", añade Sánchez, que confiesa estar ya un poco "harta" de los comentarios "graciosos" sobre el tema.
No parece, pues, que la mula y el buey sufran un desahucio en los belenes sevillanos la próxima Navidad.
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