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Silvio, Elvis y el Nobel de Aleixandre

  • Aniversario. 18 años de la muerte de Silvio. El 1 de octubre de 2001, Noel y Carlos, camareros del bar Silvio de la Barqueta, eran dos niños que iban a un colegio de La Algaba

Carlos León y Noel Calvo, en el bar Silvio donde trabajan.

Carlos León y Noel Calvo, en el bar Silvio donde trabajan. / José Ángel García

SILVIO, que era más sevillano que la Giralda, cayó veinte días después que las Torres Gemelas de Nueva York, pero 18 años después, como la ausencia nunca es mayor de edad, su legado sigue en pie. Hay gente como Descartes, Galileo o Einstein que pasaron a la posteridad por una frase. Silvio dejó varias. Las leen todos los días quienes desayunan, toman el aperitivo o una copa en el bar Silvio, en la esquina de la Avenida Alberto Jiménez-Becerril con la Barqueta.

El bar es una silvioteca. “Estar descontento en este mundo es no haber entendido nada”. “Donde se pone un paso de palio, no se pone ni Suecia”. “Cuando murió Elvis, me puse mi chaqueta de cuero y me fui a la calle con una botella de anís”. El bar Silvio lo llevan frente a una de las entradas de la Expo Carlos, Noel e Isabel. Noel Calvo Robledo tenía nueve años y Carlón León siete cuando murió Silvio Fernández Melgarejo, nombre de pila de un rockero cuya estela crece con el paso del tiempo.

Eran dos niños que estudiaban en el colegio Vicente Aleixandre de La Algaba. El nombre de un poeta de la generación del 27 que obtuvo el Nobel de Literatura en septiembre de 1977, un mes después de que muriera Elvis y Silvio tomara la primera decisión monárquica de su vida: “a rey muerto, rey puesto”. La segunda fue cuando el cantante sevillista se dirigió al rey San Fernando en una hermosa canción dedicada al Betis y... a la Real de Sociedad.

Carlos León nació el día de los Enamorados de 1994. La afición por Silvio se la contagió Julio, su cuñado. Noel Calvo nació el 26 de julio de 1992, en el paso del ecuador de aquella Expo que fue de abril a octubre y de cuyos efectos Sevilla estaba inmunizada: “Sevilla es un conglomerado de muchas civilizaciones y culturas, una ciudad internacional pero de verdad, más de cartagineses que de japoneses” (Silvio, 1991).Silvio murió el primer día de octubre de 2001, el año de la película de Kubrick y el docudrama de Ben Laden. Esa temporada ganó el Pichichi Diego Tristán, el único sevillano que lo tiene en noventa años de Liga, algabeño como Carlos y Noel, los camareros del bar Silvio. “En La Algaba todos tenemos apodo, yo soy Noel el de la Chica por mi bisabuela y y Carlos es nieto del Ministro, que nunca fue ministro”.

El hombre que limpia los cristales del bar Silvio, Breakfast and Cocktail, es de una generación anterior. “A mí me gustaban Valderrama,Pepe Marchena y Paco Toronjo, que acababa con el cuadro”. Llega un empleado de Lipasam, nacido en una de las cunas del flamenco, Mairena del Alcor, que recuerda momentos memorables de Silvio. Como sus frases. “Quintero, el bacalao va a salvar a España”. “Sevilla no tiene que demostrar que es la ciudad más bonita del mundo. Que lo demuestre la segunda”. Bar Silvio junto a uno de los puentes del 92. El cantante atravesó el del Quinto Centenario “pero sin saberlo, íbamos para Gines y de pronto pregunté: ¿pero esto qué es?”.

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