Hospital Virgen Macarena

Telerehabilitación cardíaca: Una ayuda para volver a la vida en tiempos de pandemia

  • Profesionales del Macarena guían a los pacientes cardíacos desde casa, supervisando en directo la realización de las sesiones de entrenamiento a través de videollamadas

El equipo de la Unidad de Rehabilitación Cardíaca del Macarena en el gimnasio del hospital.

El equipo de la Unidad de Rehabilitación Cardíaca del Macarena en el gimnasio del hospital. / H. U. V. M.

La expansión del coronavirus y, con ella, la suspensión de toda actividad que no fuera urgente o prioritaria obligó a la Unidad de Rehabilitación Cardíaca del Hospital Virgen Macarena a reinventarse y buscar nuevas vías para mantener el entrenamiento de dos meses que ofrece a cardiópatas que han sufrido un episodio agudo.

Los pacientes candidatos a realizar esta terapia son aquellos que han sido hospitalizados tras sufrir un infarto, una angina de pecho, que han sido intervenidos de injerto coronario o se les ha colocado un stent en las arterias coronarias a los que se les enseña a conocer su enfermedad y cómo controlarla una vez se van de alta para evitar que les vuelva a suceder. 

Para ello se someten a sesiones de entrenamiento, controlados por profesionales de enfermería, fisioterapia, cardiología y rehabilitación, en la que se prescriben los ejercicios personalizados tras la realización de una prueba de esfuerzo con consumo de oxígeno en la que se valora el funcionamiento del corazón y la ventilación pulmonar y que permite cuantificar el grado de limitación del paciente en función de sus pulsaciones. El programa se completa con una serie de charlas sobre alimentación saludable, disfunción sexual y riesgos del tabaco, y en las que también se trata el componente psicológico. 

Con las medidas de restricción impuestas por la pandemia, estas sesiones fueron suspendidas, encontrando meses después en la telemedicina su principal vía de recuperación. El cumplimiento de la distancia de seguridad obligó a reducir a la mitad el número de pacientes que podían asistir al gimnasio, en el que habitualmente se trabaja en ocho puestos –tres bicicletas estáticas y dos cintas rodantes.

En tiempo récord, y una vez se levantó el estado de alarma, el equipo que coordina la cardióloga María del Mar Martínez Quesada se embarcó a mediados del mes de julio en un proyecto de rehabilitación a distancia a fin de adaptar este recurso a las circunstancias sanitarias actuales e intentar así llegar al mayor número de pacientes posible desde casa, evitando desplazamientos al hospital. "Básicamente se trató de un programa domiciliario que supervisábamos de forma telefónica y con el envío de mensajes a través de la plataforma Mercurio y con el que obtuvimos muy buenos resultados, pero que nos parecía insuficiente", manifiesta la facultativa.

La rehabilitadora durante una sesión en el gimnasio con pacientes presenciales y a distancia. La rehabilitadora durante una sesión en el gimnasio con pacientes presenciales y a distancia.

La rehabilitadora durante una sesión en el gimnasio con pacientes presenciales y a distancia. / H. U. V. M.

Es así como el pasado mes de diciembre la unidad dio un paso más hacia la consolidación de la telerehabilitación cardíaca introduciendo un nuevo sistema de videoconferencias. Los profesionales programan sesiones telemáticas para que los pacientes puedan realizar en casa el mismo entrenamiento que realizarían en el hospital bajo su supervisión y corrigiendo en tiempo real la realización de los ejercicios a través de un servicio de videollamada. Igualmente, se realiza un seguimiento de cada paciente y se solucionan las dudas y dificultades relativas al proceso de rehabilitación.

La aplicación de la telemedicina a la rehabilitación cardíaca conlleva, según la doctora Martínez Quesada, importantes beneficios ya que "facilita el acceso al entrenamiento al no tener que desplazarse hasta el hospital" y "permite mantener la comunicación con el resto de participantes que están en el gimnasio, que es algo que se pierde cuando no hay conexión, y que ayuda mucho al ver cómo hay mucha más gente como ellos y con sus mismas inquietudes". Además, señala la cardióloga, "se ha comprobado que la capacidad de ejercicio mejora de forma similar a cuando lo hacen en el hospital".

"Lo que pretendemos es que estos programas sean equivalentes a los presenciales. Es fundamental que los pacientes continúen con su plan de entrenamiento ya que está demostrada su efectividad en la mejora de la calidad de vida", agrega. Igualmente, se mantienen las sesiones presenciales en el hospital en grupos reducidos para aquellos casos más agudos que los profesionales prefieren vigilar de cerca.

Videollamada con un paciente durante la realización de ejercicios desde casa. Videollamada con un paciente durante la realización de ejercicios desde casa.

Videollamada con un paciente durante la realización de ejercicios desde casa. / H. U. V. M.

Para participar en esta rehabilitación virtual se debe contar con un teléfono móvil o tablet además de una conexión a internet y es conveniente disponer de alguna máquina con la que poder realizar ejercicios de resistencia tipo bicicleta estática, elíptica o cinta rodante. No obstante, también se plantea la posibilidad de seguir la terapia mientras se camina al aire libre.

El nuevo modelo ha permitido atender en el último año a 178 pacientes entre los que destaca una mayoría de hombres y una media de edad en la que destacan los 40 y 50 años. Un perfil "cada vez más común", según matiza la doctora, debido al "estrés y los malos hábitos" y al que responde Benito Piqueras, de 43 años, que, tras sufrir una angina de pecho, ha formado parte del primer grupo de siete participantes en esta nueva terapia a distancia. "Poder hacer el entrenamiento sin tener que ir al hospital y en los tiempos que estamos ha sido todo un privilegio", describe el paciente, que valora muy positivamente los resultados de la terapia desde casa.

Una modalidad en la que también ha participado Isabel Rodríguez, otra paciente también de 43 años a la que le sorprendió una angina de pecho en casa después de una dura jornada de trabajo. "Lo primero que pensé al sentir un dolor en el pecho es que me había contagiado de coronavirus, pero era un dolor tan fuerte que me asustó tanto que yo creía que me moría", señala la mujer, que asegura que nunca antes había tenido problemas de corazón. Como Benito, destaca las ventajas de poder haber realizado la rehabilitación desde casa, teniendo en cuenta, sobre todo, que vive en un pueblo y que el desplazarse le hubiera supuesto "más inconvenientes". Para ella el aprendizaje en la terapia ha sido "crucial" para su vuelta a la vida.

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios