Tussam se queda sin los 9 millones de la venta de Diego de Riaño

La empresa inglesa que iba a promover la construcción de un hotel en el solar de Tussam de la calle Diego de Riaño ha comunicado a la sociedad municipal que abandona la operación por falta de inversores. La entidad se ha acogido a la cláusula que le permitía romper el contrato siempre que lo comunicara antes de su elevación a escritura pública. Tussam se queda con la señal aportada en su momento, de 125.000 euros, pero pierde los 9 millones de euros en los que estaba valorada la enajenación, una operación con la que la sociedad municipal contaba para sanear sus cuentas.

La dirección de Tussam comunicó este jueves esta ruptura de contrato a la comisión de contratación, donde están representados los tres grupos políticos con representación en el Ayuntamiento. La empresa ya ha comunicado que sacará la parcela de nuevo a concurso público, aunque esta vez con un valor de tasación de 6,5 millones de euros, pues las condiciones de mercado distan mucho de las de hace un lustro. El uso que tiene asignado el solar es terciario. La parcela tiene cerca de 1.500 metros cuadrados con una edificabilidad de 4.000 con opción a planta sótano para aparcamiento de vehículos.

El gobierno local anterior, formado por la coalición de PSOE e IU, recurrió en 2009 a un procedimiento negociado para solucionar el futuro de la finca después de dos intentos frustrados para su enajenación mediante concursos públicos. El precio final de la operación fue entonces de 9,5 millones de euros, un 30% inferior al inicialmente previsto.

Convocó una primera subasta por 13 millones de euros el pasado mes de febrero. Ninguna empresa mostró entonces su interés, por lo que el Ayuntamiento negoció una rebaja del precio de salida con las principales promotoras. Quedó fijado en 11,5 millones seis meses después tras acordarse una rebaja del 10%. Pero tampoco así se logró cerrar la operación. Hubo que convocar un segundo concurso con un precio de salida de 9,5 millones de euros. Sólo mostró interés una empresa, de origen inglés, pero presentó su oferta sin acogerse al procedimiento establecido, por lo que el Consistorio se encontró con que un error de forma dejaba fuera de juego a la única empresa que había dado un paso al frente y, además, de forma convincente para los intereses del Ayuntamiento.

Tussam optó entonces por el procedimiento negociado con esta única entidad, consiguiendo un acuerdo que ahora se ha roto ante la falta de los inversores que debían gestionar y explotar el hotel. La empresa promotora corrió con los gastos del derribo del edificio e hizo las catas arqueológicas oportunas, un dinero que empleado que pierde tras comunicar la ruptura del contrato.