¡Va marchando!

Los establecimientos 'reinauguran' su interior en el estreno de la fase 2 con el objetivo de recuperar

Fase 2 de la desescalada del coronavirus en Sevilla: entre negocios que arrancan, y pruebas PCR
Fase 2 de la desescalada del coronavirus en Sevilla: entre negocios que arrancan, y pruebas PCR / Juan Carlos Vázquez
M. Barea

26 de mayo 2020 - 07:29

Sentada en los veladores y en las terrazas de los bares la gente tiene otro semblante, ofrece otra cara, la suya. Principalmente porque se ha despojado de la mascarilla para despejarse con un café o saborear la primera caña de cerveza. Sin la mascarilla, somos nosotros, cada uno de nosotros; con ella no conseguimos desembarazanos de la estampa que nos asemeja a una legión de seres sin rostro, meditabundos y aparentemente erráticos aunque nos dirijamos a algún sitio o estemos regresando de él.

El bar nos quita la mascarilla y nos devuelve la voz y recuperamos el hábito de la conversación. El bar nos sitúa en el mundo, en nuestro mundo -del que nos había expulsado la pandemia en sus primeros y más duros días- y nos recoloca entre los demás. El sonido de los vasos y de los platos, las voces de los camareros y las órdenes para las comandas es una música recuperada, una sinfonía que a día de hoy aún nos puede parecer inacabada, pero sabemos que un día terminaremos de componer e interpretaremos con pasión recobrada.

Aunque de forma tímida, la ciudad empieza a ofrecer otra cara. La rehabilitación irá para largo, pero debe ser disciplinada con el proceso. Una recaída sería letal. Por eso los establecimientos hosteleros de la ciudad que han emprendido la desescalada -ayer ya en su nueva fase, la 2- han adaptado sus instalaciones a las medidas exigidas por el Gobierno y se aplican con la máxima severidad en cumplir la normativa.

Esto obliga a los propietarios, encargados y trabajadores de los establecimientos a esfuerzos añadidos a los que ya se realizaban en el día a día anterior al estallido de la pandemia. Hay que extremar la vigilancia, y el trato y la atención al cliente también ha incorporado nuevas fórmulas a las que los profesionales se han adaptado sobre la marcha. En la jornada de ayer se reinauguró el interior de muchos locales.

La primera fase de la desescalada permitió sólo la reapertura -con limitaciones- de las terrazas y de los veladores. Pero ya esta semana también se permite ya el acceso al interior. Con restricciones. Éstas causan una visión extraña de los establecimientos. El acercamiento a la barra sigue estando prohibido y las mesas deben guardar la separación fijada por las autoridades sanitarias.

Así que la mesa en la terraza continúa siendo el lugar preferido por los clientes. El regreso a los bares de la ciudad continúa teniendo el ritmo de un cuentagotas. El grifo se va abriendo poco a poco. Lo hará del todo. Sevilla no se entiende sin el mapa de sus bares, al que todavía le faltan numerosas banderitas por pinchar para señalar y anunciar que ya se ha producido el reencuentro con sus parroquianos. Todos tienen en la mente los nombres de algunos que aún mantienen el cierre bajado.

La población los añora... También la economía local. El sector es vital para el empleo. Desgraciadamente, las cifras del paro han engordado con los números en rojo que ha proporcionado el cese de la actividad en estos negocios, única y fundamental fuente de ingresos para familias que gracias a él se repusieron y emprendieron la senda de cierta recuperación después del hachazo de la crisis de 2008. La red de bares y restaurantes de Sevilla, desde el local más modesto al de más relumbrón, debe volver a ser todo lo tupida que era a principios de año. Hay que recordarlo. La sinfonía de aquellos días tiene que volver a sonar.

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