El asesino de Brenes confiesa que tomó drogas antes de apuñalar a la víctima

La Guardia Civil investiga si el sospechoso y la víctima habían tenido una cita, pero se descarta que tuvieran relación de pareja

La mujer, de origen brasileño, presentaba una sola puñalada en el cuello

Retirada del cuerpo de la víctima, ayer en Brenes.
Retirada del cuerpo de la víctima, ayer en Brenes. / José Luis Montero

Un hombre mató ayer a una mujer en Brenes asestándole una sola puñalada en el cuello. El homicidio tuvo lugar en un apartamento de la planta baja del número 28 de la avenida 28 de febrero de este municipio de la Vega del Guadalquivir. Esta era la casa en la que residía el presunto asesino, que vivía en ella de alquiler desde hace menos de un año. El sospechoso, de 40 años y nacionalidad española, se entregó en el cuartel de la Guardia Civil de La Rinconada a primera hora de la mañana. Confesó que estaba drogado y que había matado a una mujer.

La víctima, de nacionalidad brasileña, no era la pareja del asesino ni había tenido relación alguna con él previamente. Se trata de una mujer de nacionalidad brasileña, identificada como Joyce L. La edad de ella no está confirmada, pues algunas fuentes apuntan a que tenía 28 años y otras la elevan a unos 42. La mujer residía en Sevilla capital. Se investiga cómo acabó esta mujer con una puñalada en el cuello en la casa de un desconocido en Brenes. Una de las hipótesis que se maneja es que hubiera tenido una cita con el sospechoso, y también se baraja la posibilidad de que se tratara de una prostituta.

El presunto agresor no tenía antecedentes. Cuentan de él que era una persona divorciada y que llevaba viviendo en Brenes algo más de un año. Antes había residido en otra vivienda y después se había instalado en el apartamento en el que ocurrieron los hechos. Una vez que se presentó en el cuartel de la Guardia Civil de La Rinconada (el de Brenes estaba cerrado), el instituto armado envió una patrulla para corroborar la veracidad de la información. Los agentes encontraron el cadáver de una mujer en el salón del piso y el asesino confeso quedó detenido como presunto autor del crimen.

Una camarógrafa filma la puerta del bloque, delimitada con conos.
Una camarógrafa filma la puerta del bloque, delimitada con conos. / José Luis Montero

Desde las ocho de la mañana, la Guardia Civil y la Policía Local de Brenes cortaron la calle tanto al tráfico rodado como al tránsito peatonal. Sólo los vecinos podían pasar andando hasta sus casas, para que nadie entorpeciera el trabajo de los agentes del departamento de Criminalística y del equipo de Policía Judicial que practicaron la inspección técnico ocular de la escena del crimen durante toda la mañana. La comisión judicial no ordenó el levantamiento del cadáver hasta pasado el mediodía, y el furgón del tanatorio Nervión retiró los restos mortales de la brasileña sobre la una de la tarde. Hasta las dos no se abrió la calle al tráfico.

El cuerpo fue trasladado al Instituto de Medicina Legal de Sevilla, donde se le practicará la autopsia en las próximas horas. La primera inspección forense apunta a que la víctima presentaba una sola puñalada en el cuello, que resultó mortal. Esta herida tuvo que ser infligida con un arma blanca de grandes dimensiones. No ha trascendido si se ha recuperado el arma homicida.

El suceso generó una cierta confusión en Brenes, donde los vecinos trataban de averiguar quién era la víctima. Se corrió la voz por el pueblo de que era una mujer que trabajaba en un bar cercano al lugar de los hechos, pero la empleada apareció por el local sana y salva. “Hoy me han matado ya alguna vez”, decía la chica, con cierta resignación. Sólo conforme avanzaba la mañana se supo que la víctima era una persona sin relación alguna con el pueblo, a la que nadie conocía en las inmediaciones. La confusión llegó por el hecho de que la vivienda en la que se cometió el crimen era propiedad del dueño del bar. Pero éste era simplemente el casero del asesino y, obviamente, no tenía vinculación alguna con los hechos.

Algunos vecinos describieron al autor del crimen como una persona fornida y con barba, que no se relacionaba demasiado con el vecindario. “Sólo lo conozco de vista, no he hablado con él en mi vida. De hecho, es que ni saludaba cuando se cruzaba contigo por la calle”, apuntaba una vecina.

Cuatro años después

El homicidio de una mujer brasileña en Brenes tuvo lugar cuatro años exactos después del crimen cometido por José Antonio Sánchez Barriga, que fue el 5 de febrero de 2021. Este fue el tercer homicidio cometido por el que fuera testigo número 1 del caso Arny, que fue condenado a 23 años y medio de cárcel. Así lo recordó ayer el alcalde de Brenes, Jorge Barrera, que atendió a la prensa a mediodía de ayer. Barrera contó que fue informado del homicidio de la brasileña por su padre, que es vecino de la calle 28 de febrero y vio el revuelo de guardias civiles a primera hora de la mañana.

El regidor dijo tener muy poca información sobre lo ocurrido, aunque sí confirmó que ni el autor ni la víctima estaban empadronados en Brenes. También dijo que el sospechoso llevaba “ocho o nueve meses” residiendo en la vivienda.

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