Antonio de la Torre

Por los callejones de la Macarena

  • Nació en Málaga, vive en Sevilla y rueda en Granada. El trasiego le hace un paseante furtivo que oyó dos veces su nombre en la ceremonia de los Goya.

SUS estadísticas son de Cristiano Ronaldo. Antonio de la Torre (Málaga, 1968) tiene 44 años y 43 películas. Igualará ambos guarismos en cuanto se estrene Los amantes pasajeros, un desternillante piloto de avión en la última película de Pedro Almodóvar. Con el que ya hizo Volver, ese reencuentro del cineasta manchego con Carmen Maura que arranca en el cementerio de Granátula de Calatrava, la patria chica del general Espartero inmortalizado en la sevillana plaza del Duque.

Sevilla no es un amor pasajero en este actor que nació en Málaga y rueda en Granada. Le gusta pasear por la calle San Luis, "la ciudad más popular, el Moscú sevillano, perderme por las callejas de la Macarena, tomarme una cervecita en el Tendido 11 y pasarme por la torre de los Perdigones para que juegue mi niña en el parque". Amor a la ciudad y a la madre de su hija. Su pareja era funcionaria de prisiones. Igual que el autor de la novela Celda 211, Paco Pérez Gandul, el nombre de Antonio de la Torre llegó a los Goya desde el periodismo deportivo. Hoy con una doble nominación al mejor actor en Grupo 7, de Alberto Rodríguez, con quien comparte la fascinación de la Alameda, y al mejor actor de reparto en Invasor, de Daniel Calparsoro.

"A Sevilla me vine como periodista, y volví cuando vi que mi aventura de ser actor en Madrid no me daba para comer". Un trasunto de lo que le ocurrió a Fernando Hierro: algún ojeador lo descartó para el fútbol, se consagró en el Santiago Bernabéu y jugó cuatro Mundiales.

Es muy probable que si Antonio de la Torre vuelve al periodismo es para hacer de periodista en una película. Lo bordará, no sólo por su pasado profesional. "Yo siempre defiendo a muerte a mis personajes", como repetía más de una vez a sus interlocutores de la Policía antes de meterse en el papel de policía de Grupo 7. Lo que le honra a este hijo pródigo, pródigo actor, es que sigue siendo amigo de sus amigos periodistas.

"Con ellos me iba a jugar al fútbol. Muchas noches, con mi amigo Guti, cuando terminábamos el programa de deportes en Canal Sur, nos íbamos al Madigan, en la plaza de Cuba. Allí se nos pasaban las horas hablando de lo divino y de lo humano. Alguna vez hasta me robaron la cartera. Y después seguíamos charlando en la parada de los taxis".

En 2006, todavía un anfibio que simultaneaba el periodismo con la interpretación, disfrutó de los partidos del Mundial 2006 de Alemania. El primero que no jugó su paisano Fernando Hierro. Y un año después logró el Goya por Azuloscurocasinegro, el galardón que nunca ha conseguido su paisano y tocayo Antonio Banderas.

Su primera película está siendo la última de muchos españoles, Los peores años de nuestra vida, de Emilio Martínez-Lázaro. Quien le acompaña en el paseo lo vio en dos ocasiones en películas en el cine de verano de la Alameda que hoy es la comisaría de Policía. Un escenario ideal para Grupo 7. Un novel Antonio de la Torre en un divertido papel de Torrente y en otra interpretación con más enjundia en La comunidad, de Alex de la Iglesia. En ésta hace de camarero y al final de la proyección, De la Torre, frente a la torre de don Fadrique, era atendido por un camarero en el bar El Paladar, en la calle Lumbreras, donde muchas veces coincidía con sus amigos de Canal Sur. Y los de Lolo Milanés.

En Granada hay un restaurante llamado Sevilla con una fotografía de Marlon Brando, que da nombre a un menú, recuerdo de la visita del actor en un descanso del rodaje de El baile de los malditos. En la ciudad donde Alberto Lattuada convirtió a Faye Dunaway en Isabel la Católica en película sobre Colón, hace Antonio su penúltimo trabajo, Caníbal.

Defiende en los Goya una película rodada en Sevilla y dirigida por un sevillano. Por las calles en las que llevó esa doble vida. "Alguna vez se unieron, como cuando hice de juez de línea en un Recreativo-Valencia para Días de fútbol. A mí me gusta ver el fútbol con ojos de linier".

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