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Salud

Hemodinámica: El Virgen del Rocío triplica los implantes de válvula aórtica

  • Los equipos del Valme y del Juan Ramón Jiménez (Huelva) operan en salas del Virgen del Rocío gracias a un trabajo de especialistas en red

Un equipo de especialistas interviene a un paciente en una sala de Hemodinámica del Hospital Virgen del Rocío.

Un equipo de especialistas interviene a un paciente en una sala de Hemodinámica del Hospital Virgen del Rocío. / Juan Carlos Vázquez

Las dos salas de Hemodinámica del Hospital Virgen del Rocío han visto triplicar, en solo un año, el número de pacientes sometidos a una técnica prometedora: el implante de válvula aórtica transcatéter. Si en 2016 fueron 40 los pacientes sometidos a esta intervención, en 2017 se contabilizaron 112 casos. El espectacular incremento se ha producido debido al trabajo en red que, desde hace dos años, realizan especialistas del Hospital de Valme, el Hospital Juan Ramón Jiménez de Huelva y el Hospital Virgen del Rocío.

El implante de válvula aórtica transcatéter (TAVI en sus siglas en inglés) comenzó hace una década a realizarse en los hospitales de manera generalizada, pero las últimas evidencias recomiendan que sólo se aplique esta técnica en centros dotados con servicio de Cirugía Cardiovascular.

Un acuerdo suscrito entre las direcciones-gerencias de los Hospitales de Valme, Juan Ramón Jiménez y Virgen del Rocío ha permitido que los casos de Huelva y del Área Sanitaria Sevilla Sur puedan optar, a tiempo, a esta alternativa. Para ello, los equipos del Valme y Juan Ramón Jiménez se trasladan a las salas de Hemodinámica del Virgen del Rocío, centro que cuenta con Cirugía Cardiaca, para aplicar la técnica TAVI a sus pacientes. Se trata de un trabajo en red de especialistas (cardiólogos hemodinamistas, anestesistas, cirujanos cardiacos, enfermeras, personal de administración) con resultados muy satisfactorios, según explican los responsables hospitalarios.

El implante de válvula aórtica es un tratamiento para corregir un problema vinculado al envejecimiento con una tendencia a aumentar en la población general los próximos años: la estenosis valvular aórtica. “Las válvulas del corazón son como las puertas que permiten la circulación de la sangre. La estenosis provoca que estas puertas se estrechen y no funcionen bien”, explica el doctor José Díaz Fernández, responsable del Servicio de Cardiología en el Hospital Juan Ramón Jiménez.

Especialistas de los Hospitales Virgen del Rocío, Valme y Juan Ramón Jiménez. Especialistas de los Hospitales Virgen del Rocío, Valme y Juan Ramón Jiménez.

Especialistas de los Hospitales Virgen del Rocío, Valme y Juan Ramón Jiménez. / Juan Carlos Vázquez

El implante de una válvula aórtica biológica es una de las alternativas con mejores resultados y la única opción en pacientes que no pueden someterse a una cirugía abierta convencional por su fragilidad. “De un 80 a un 90% de los casos de TAVI son sometidos a abordaje percutáneo en Hemodinámica (implante transcatéter), mientras que de un 10 a un 20% son sometidos a cirugía cardiaca (abordaje quirúrgico)”, añade el doctor Manuel Villa Gil-Ortega, jefe de sección de Hemodinámica en el Virgen del Rocío.

El implante de la válvula aórtica transcatéter consiste en “introducir dos tubitos –catéteres– a través de una punción en las ingles. El cateterismo lleva una guía, que es un alambre, y la prótesis (la válvula). Entramos por la femoral y avanzamos hasta llegar al corazón, donde desplegamos la prótesis”, explica el doctor Pastor Pérez, especialista en Cardiología-Hemodinámica en el Hospital de Valme.

La intervención paso a paso La intervención paso a paso

La intervención paso a paso / Dpto. Infografía

El equipo para realizar esta técnica está integrado por cardiólogos hemodinamistas, anestesiólogos, y enfermería especializada. Durante la intervención, los especialistas maniobran con el catéter guiados por imágenes de Rayos X y por contraste. Una vez que alcanzan la zona afectada del corazón, la válvula biológica (prótesis) se coloca sobre la válvula enferma del paciente, y realiza una función vital para la correcta circulación y bombeo de la sangre. El corazón vuelve a funcionar con normalidad.

Es el resultado de un trabajo en equipo del Virgen del Rocío y en red con otros hospitales

Entre las complicaciones del procedimiento destacan posibles hemorragias por el riesgo de que se produzcan perforaciones o punciones en el sistema cardiovascular, entre otras. Ante un episodio de estas características cobra protagonismo el cirujano cardiaco. “Si surge una complicación el cirujano es alertado para que intervenga en el procedimiento, con el objetivo de taponar la perforación y frenar la hemorragia. Esta complicación no suele ser habitual. Disponer de Cirugía Cardiaca aporta seguridad al procedimiento”, añade el doctor Villa Gil-Ortega.

La estrechez y el mal funcionamiento de las válvulas cardiacas tienen repercusiones nefastas para los afectados. La estenosis valvular aórtica es la afección valvular más frecuente a partir de los 65 años. En los últimos años se ha generalizado la técnica de Hemodinámica, el cateterismo (TAVI), como alternativa menos invasiva a la cirugía cardiaca abierta para pacientes con estenosis valvular aórtica con alto riesgo quirúrgico. En sus inicios el implante a través de catéter requería la anestesia general del paciente, pero el desarrollo de la técnica permite hoy en día aplicarla con sedación, que favorece la recuperación del paciente.

El papel de los anestesiólogos es también clave: “Somos anestesiólogos cardiovasculares especializados en este tipo de pacientes (frágiles y complicados). Nuestra técnica anestésica ha evolucionado desde la implantación de esta técnica: antes era con anestesia general y a día de hoy en el 95% de los casos lo realizamos con anestesia local y sedación ajustada a las características del paciente. Nuestro papel es proveer confortabilidad durante el procedimiento, estabilidad cardiovascular tratando las posibles complicaciones asociadas al procedimiento”, explica el doctor Manuel Bertomeu Cornejo, coordinador Anestesia Cardiotorácica en el Hospital Virgen del Rocío.

Frente a la cirugía abierta convencional, que precisa de esternotomía, la técnica TAVI favorece la recuperación del paciente, que sólo precisa unos cuatro o cinco días de ingreso, y reduce las complicaciones asociadas a las grandes incisiones en el tórax (complicaciones de cicatrización, infecciones, entre otras). El perfil del paciente coincide con el de una persona mayor, entre los 75 y 80 años, con otros problemas de base que lo coloca en una situación de fragilidad. Los principales síntomas de la estenosis: dolor torácico y/o ahogo y/o pérdida del conocimiento. Cuando aparecen estas señales de alerta el pronóstico es nefasto (mortalidad del 50% en el plazo de dos años) si el afectado no es sometido al reemplazo de la válvula aórtica enferma.

Las opciones de un problema frecuente y en aumento

La estenosis valvular aórtica (estrechez de la válvula cardiaca) es un problema de salud muy frecuente y en aumento vinculado al envejecimiento de la población y a los hábitos de vida. Son varias las opciones terapéuticas para corregir este problema de corazón y todas requieren de equipos especializados, muy entrenados en procedimientos complejos. En el Hospital Virgen del Rocío un equipo multidisciplinar, el Heart Team, se encarga de estudiar los casos y decidir cuál es la mejor opción para cada enfermo, en función de su situación de salud.

La primera opción para corregir la estenosis valvular aórtica es la cirugía abierta, la técnica tradicional, que puede realizarse a través de una esternotomía (apertura del esternón para acceder al corazón) o una miniesternotomía (la incisión es más pequeña). “Este problema valvular (estenosis) es el más prevalente en la población y la cirugía abierta es la primera opción. En el Hospital Virgen del Rocío cada año solemos intervenir en torno a 250 pacientes”, explica el doctor José Miguel Borrego, jefe de Cirugía Cardiaca en el Hospital Virgen del Rocío. Los pacientes de alto riesgo para someterse a esta intervención de cirugía abierta, debido a su fragilidad, cuentan con otra alternativa: el procedimiento TAVI.

“La mayoría de los pacientes son tratados por cirugía abierta pero aquéllos que son considerados inoperables, debido a su fragilidad, disponen de TAVI”, añade el doctor Borrego. El procedimiento TAVI tiene dos vías de acceso: una punción por la vía femoral, a través de la pierna (ingle); o una incisión vía subclavia o axilar (por debajo de la clavícula).

La vía femoral (80-90% de los TAVI) se realiza en las salas de Hemodinámica, al cargo de cardiólogos hemodinamistas, con el apoyo de cirujanos cardiacos. La vía subclavia o axilar (20% de los TAVI) se realizan en quirófano, al cargo de cirujanos cardiacos, con el apoyo de cardiólogos hemodinamistas. Cuando el enfermo es inoperable, la primera opción TAVI es la vía femoral. Pero algunos pacientes no pueden beneficiarse de esta opción por su situación de salud, principalmente porque su femoral es muy estrecha para este procedimiento. Cuando la vía femoral no es viable, la alternativa es la vía subclavia o axilar.

El objetivo de las distintas alternativas es el mismo: reemplazar la válvula enferma del paciente por una prótesis que haga una función vital. En el caso del procedimiento TAVI la prótesis es biológica, y su coste es elevado. En todos los procesos el papel de la Enfermería es clave para que los enfermos reciban cuidados especializados.

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