“¡Cuánto le cuesta sumar a esta ciudad!”

Calle Rioja

Honores. Los empresarios turísticos nombran a Iñaki Gabilondo Embajador de Sevilla, ciudad a la que llegó en 1972 y que comparte con su Donosti natal su mapa de pasiones

De izquierda a derecha, Iñaki Gabilondo, Juan Espadas y Manuel Domínguez.
De izquierda a derecha, Iñaki Gabilondo, Juan Espadas y Manuel Domínguez. / Juan Carlos Muñoz

IGP. Pregúntale al platero que cuánto vale ponerle al zarcillo tus iniciales. Iñaki Gabilondo Pujol, el nombre detrás de esas iniciales, escuchaba la voz de Ana Real con la Choni al baile y Jordi Flores a la guitarra en la Taberna El Alabardero. Los empresarios turísticos de Sevilla City Center lo acababan de nombrar Embajador de Sevilla, que es como dejar sus iniciales en la ciudad. “Aquí habita su otro yo, con versos de Gerardo Diego”, y lo dijo María Esperanza Sánchez, cómplice de aquellos años de Transición en la radio.

Iñaki Gabilondo (San Sebastián, 1942) vive en Madrid porque es el lugar equidistante entre las dos ciudades que ama. Llegó a Sevilla en 1972, un año antes que su paisano José Ramón Esnaola a la portería del Betis. Un embajador nada diplomático. “Cuánto le cuesta sumar a esta ciudad”. A sus dos ciudades las invita a “convertir el narcisismo en activismo”.

“El premio parece hecho para él”, dijo Manuel Domínguez, presidente de Sevilla City Center y director del hotel Doña María, en cuyo balcón se hizo una de las mejores promociones de la ciudad: la fotografía de septiembre de 1984 con los bastones de Borges y Torrente Ballester con la cámara de Juantxu Rodríguez.

Lo hacen embajador “no por haber vivido aquí, sino por el tiempo que lleva fuera”. Gabilondo llegó a la Sevilla de Juan Fernández alcalde y otro Juan alcalde, Espadas de apellido, le entregó una vajilla de la Cartuja. Con la resaca electoral, Espadas ofreció una primicia para las municipales. “Si aguna vez decides presentarte de alcalde a esta ciudad, te votaré y me quitaré. Eres muy grande y lo sabes”.

Gabilondo invitó a los empresarios del turismo a “ganar mucho dinero durante mucho tiempo, a no caer en la tentación de Esaú y Jacob de cambiar la primogenitura por un plato de lentejas”. Antes de cumplir los treinta años, ya había dirigido emisoras en Bilbao, San Sebastián y Sevilla. El accidente de tráfico que le costó la vida a Manuel Alonso Vicedo –5 de mayo de 1972, junto a Manolo Moreno, Lorenzo Ortiz y Antonio Blandón– precipitó su nombramiento como director de Radio Sevilla. Tranquilizó a los que temen la invasión de turistas. “Conozco pocas ciudades con la maestría de Sevilla para moverse en la bulla”. En una bulla, por Salvador-Cuna, lo vio un casi adolescente Juan Espadas.

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