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La defensa del marroquí que mató a otro dice que no hubo intención

  • Plantea una condena por homicidio por imprudente que no supere los dos años

La defensa del marroquí Said B., que está siendo juzgado por un jurado popular por el asesinato de un compañero el pasado 4 de diciembre a las puertas de una discoteca del polígono industrial Estación de San Jerónimo, ha solicitado que se le imponga una condena que no supere los dos años de prisión, al estimar que los hechos sólo son constitutivos de un delito de homicidio por imprudencia y no de asesinato, como pide la Fiscalía.

El letrado defensor modificó ayer sus conclusiones provisionales para exponer al tribunal que el rimen del marroquí Housssine E. S. debe ser considerado como un delito de homicidio por imprudencia, en concurso ideal con un delito de lesiones o, de forma alternativa, que se califique únicamente como homicidio imprudente. La defensa entiende, además, que en este caso concurren al menos tres circunstancias atenuantes: la de hallarse el acusado bajo los efectos del alcohol, la de provocación y la de confesión de los hechos, y concluye que la posible pena a imponer no debe superar los dos años de cárcel.

La Fiscalía de Sevilla, por su parte, elevó a definitivas sus conclusiones provisionales, en las que solicita una condena de 18 años de cárcel para Said B. por un delito de asesinato.

El acusado, que tiene 20 años, alegó durante su declaración en el juicio que le clavó un trozo de vidrio a su compatriota de manera involuntaria durante un forcejeo e insistió en que nunca tuvo la intención de matarlo. Said B. admitió haber causado la muerte de Houssine E. S. seccionándole la yugular con el cuello de una botella rota, pero defendió que lo hizo al girarse, en un "gesto instintivo" durante un forcejeo con la víctima, que estaba sujetándole por la espalda.

Los hechos ocurrieron el 4 de diciembre de 2011 en las afueras de una discoteca del polígono industrial Estación de San Jerónimo, adonde Said había acudido en compañía de un amigo suyo. El joven marroquí señaló que cuando se produjo la agresión, de la forma instintiva que relató, se hallaba bajo los efectos del alcohol, dado que según dijo había consumido más de cinco litros de cerveza.

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