Procesiones, mucho público, más calor, extranjeros cámara en mano, mucha música y hasta modelos en biquini. La víspera del Corpus Christi cada año da para más. La de este año podría decirse que ha sido la de Santa Teresa. La mística abulense protagonizó en la tarde de ayer una muy concurrida procesión extraordinaria por las calles del centro que animaron, aún más, la ya de por sí jubilosa jornada anterior a la gran procesión eucarística de la ciudad.

Poco antes de las nueve de las nueve de la noche salía de la iglesia del Santo Ángel el misterio de la Conversión de Santa Teresa, conformado, además de por la santa, por el ángel y un Ecce Homo recientemente realizado por el imaginero cordobés Romero Zafra. El conjunto procesionó sobre el paso cedido por la Hermandad de la Humildad de San Juan de Aznalfarache, que quizá resultó demasiado grande para las tres figuras. Mucho público se congregó en la calle Rioja para ver la salida del paso que fue acompañado por la banda de música de la Oliva de Salteras hasta la Plaza del Salvador, donde fue ubicado en el altar de las Siete Palabras.

Como sucede todos los años muchas personas disfrutaron de la víspera del Corpus, este año sin partido de la selección española. Se produjeron importantes bullas en los lugares claves del recorrido donde lucían altares de gran belleza. El de la Hermandad de la Sed en Argote de Molina estaba presidido por la imagen del Sagrado Corazón de Jesús de Nervión. Gustó y mucho. Algunos hermanos bromeaban sobre cómo se repartirían el premio del Ayuntamiento si el jurado les distinguía. Muy comentado también fue el montaje de la librería San Pablo de la calle Sierpes. Con la Virgen sobre la fachada del edificio. Unos metros más allá del fantástico exorno de Casa Rodríguez, en la calle Francos, se vivía uno de los contrastes de la tarde. Sobre las siete, un pase de modelos en biquini hacían la competencia a muchos de los escaparates ya terminados. A las siete y media abrió la Catedral para que se pudieran ver los pasos de la procesión ya preparados. Llamó la atención que la Capilla Real estuviera cerrada con una cortina.

Hoy será otro cantar.