Un hito de modernidad en Sevilla

Olavide dividió la ciudad en cinco cuarteles que se fragmentaron en barrios y manzanas

Azulejos y un detalle del conocido como plano de Olavide.
Azulejos y un detalle del conocido como plano de Olavide.
L. S. M.

08 de enero 2012 - 05:03

Los conocidos como azulejos de Olavide son los testimonios materiales que permanecen de un auténtico hito para la modernidad en Sevilla, ya que reflejan la primera organización racional de la ciudad según los criterios ilustrados del siglo XVIII. Ésta daba respuesta a una real cédula para la reorganización fiscal y administrativa de la ciudad emitida en 1769 durante el mandato de Pablo de Olavide como Asistente de Sevilla.

De la antigua ciudad de las collaciones se pasó a la de los cuarteles, barrios y manzanas, permitiendo así un mayor conocimiento (y también dominación) del urbanismo y de la población que la habitaba. En concreto, Olavide dividió a Sevilla en cinco cuarteles: A, B, C, D y Triana. "Los cuarteles A, B, C y D se corresponden, respectivamente, con los cuadrantes suroeste, sureste, noroeste y noreste, y comprenden tanto la zona intramuros como los arrabales de la Macarena, San Roque, la Carretería y la Cestería", según el arquitecto Juan Ramón Sánchez-Suárez, quien ha elaborado un mapa con los azulejos que aún no han sido expoliados. Cada uno de estos cuarteles, al mando de los cuales se encontraba un alcalde mayor, se dividía en ocho barrios (gestionados por los llamados alcaldes) y éstos en manzanas. En los momentos en los que el asistente Pablo de Olavide inicia esta reorganización, "Sevilla contaba con 75.000 habitantes y unos 11.700 inmuebles".

Además, los azulejos, cuyos tamaños son desiguales (aunque suelen medir unos 18x18 centímetros), están estrechamente relacionados con el primer plano completo de la ciudad de Sevilla, el también conocido por el público como el de Pablo de Olavide, "aunque fue levantado por Manuel Coelho en 1768 y editado en 1771", asegura Sánchez Suárez.

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