El incendio de los Cabify tuvo nueve focos coordinados

La Guardia Civil constata que la quema de los nueve coches de la empresa durante la Feria de Abril fue provocado

En el sabotaje participaron necesariamente varias personas

El incendio de los Cabify tuvo nueve focos coordinados
Estado en el que quedaron algunos de los vehículos afectados
Fernando Pérez Ávila

23 de enero 2018 - 07:33

Sevilla/El incendio de los nueve coches de Cabify en un hotel rural de Castilblanco de los Arroyos fue un acto coordinado en el que tuvieron que participar necesariamente varias personas. Hubo al menos nueve focos simultáneos y se utilizaron acelerantes para que las llamas se propagaran con rapidez. A falta del análisis científico de los acelerantes recogidos sobre el terreno, todo apunta a que los pirómanos utilizaron aceites para el encendido de barbacoas y chimeneas aplicados directamente sobre los neumáticos de los vehículos, a los que prendieron fuego.

Así lo refleja el informe técnico sobre el suceso elaborado por la Guardia Civil, que ya ha sido remitido al juzgado de Instrucción número 8 de Sevilla, que investiga este episodio y otros ataques contra los coches con licencia VTC (vehículos de transporte concertado) ocurridos en la capital andaluza desde finales del año 2016. El incendio de los Cabify forma parte de la macrocausa contra la mafia del taxi que investiga este juzgado, en la que hay más de treinta profesionales del gremio imputados por varios delitos, entre ellos los de amenazas, daños, coacciones y pertenencia a organización criminal. Por el momento no hay ningún imputado en relación con el incendio de los nueve coches de Cabify, que la Guardia Civil sigue investigando.

Los investigadores descartaron fallos eléctricos en los nueve vehículos incendiados

El informe presentado ante el juzgado recoge todos los datos técnicos del fuego y ha sido elaborado por el equipo de investigación de incendios del departamento de Criminalística de la IV Zona de la Guardia Civil. Consta de 38 páginas en las que se detallan todas las claves de este suceso, ocurrido a la dos y media de la madrugada del 1 de mayo de 2017. Los nueve vehículos incendiados estaban aparcados en el parking al aire libre de un hotel rural de Castilblanco de los Arroyos, la Villa Rural, un lugar de difícil acceso para personas que no conocieran la zona.

Había once vehículos aparcados en el recinto exterior del hotel. Uno era propiedad de una familia que se alojaba en la Villa Rural y no resultó incendiado ni afectado por las llamas. Los otros diez eran coches de empresas y autónomos que trabajaban para Cabify y habían venido a Sevilla para reforzar el servicio de esta compañía durante la Feria de Abril. Según el Reglamento de Ordenación del Transporte Terrestre (ROTT), las VTC pueden trabajar legalmente fuera de la comunidad autónoma de origen gracias a la regla de habitualidad en la prestación de servicios, que se excedería cuando el 20% o más de los servicios realizados con ese vehículo dentro de un periodo de tres meses no haya discurrido, ni siquiera parcialmente, por la comunidad autónoma de la que es originario.

Sobre las dos y media de la madrugada del 1 de mayo, martes de Feria, nueve de estos diez coches ardieron de manera simultánea. El décimo pudo salvarse porque el conductor salió a tiempo de su habitación y logró poner en marcha su coche. Lo empotró contra la valla del aparcamiento del hotel, que previamente había sido cerrada por los autores del fuego, presumiblemente para retrasar la llegada de los Bomberos. Los especialistas de la Guardia Civil distinguen al menos nueve focos, uno por coche, y consideran que los vehículos ardieron al mismo tiempo, de lo que deducen que fue una acción coordinada en la que tuvieron que participar varias personas. Los nueve incendios tuvieron el mismo origen y los pirómanos siguieron el mismo modus operandi en todos los coches, que presentaban todos el mismo nivel de daños. Sólo uno resultó menos afectado porque otro de los conductores intentó apagar las llamas con un extintor y retardó la evolución del fuego. Todos los incendios comenzaron en los neumáticos, por aplicación directa de llama sobre los mismos. El fuego se propagó rápidamente por el uso de acelerantes.

El incendio en la Villa Rural
El incendio en la Villa Rural / FUENTE: Elaboración propia. GRÁFICO: Dpto. de Infografía

Todos estos datos llevan a los investigadores a la conclusión sin ninguna duda de que se trató de un fuego provocado e intencionado. No hubo continuidad de las llamas entre un coche y otro, es decir, no hubo una propagación por alcance entre vehículos que estaban aparcados a pocos metros. Esto revela, por tanto, una coordinación en la autoría del sabotaje. La Guardia Civil descarta que hubiera fallos eléctricos en los coches y que ninguno de los vehículos ardiera por un problema en los sistemas eléctricos de los mismos. Los especialistas plantean incluso un mapa del hotel y de la posición de cada uno de los coches en el aparcamiento y en relación con la ubicación de cada uno de los alojamientos de la Villa Rural.

El equipo de investigación de incendios del departamento de Criminalística de la Guardia Civil, bajo el mando del teniente Evaristo Jiménez, es uno de los más punteros de España en esta materia. Esta unidad se dedica a investigar todos los fuegos ocurridos en Andalucía, Ceuta y Melilla. Los especialistas de este grupo fueron los que descartaron que hubiera sido provocado el incendio declarado en el archivo de Los Palacios, que ardió por accidente en septiembre de 2013. El hecho de que en el archivo se guardaran unas facturas que investigaba la Fiscalía hizo pensar que podía ser intencionado, pero la investigación de la Guardia Civil rechazó tal extremo. Este equipo de guardias civiles también encontró el origen del incendio en el que murieron cuatro personas, dos de ellas menores de edad, en una vivienda de Arahal en diciembre de 2014. El foco estaba en un ordenador portátil que se estaba cargando sobre un sofá en el salón del domicilio.

El departamento de Criminalística de la Guardia Civil también está especializado en el análisis caligráfico y de documentos (entre ellos los billetes falsos) y la pericia balística. En ambas materias, esta unidad cuenta con el certificado de calidad que emite la Entidad Nacional de Acreditación (ENAC), lo que supone una garantía añadida al trabajo de este grupo de guardias civiles.

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