Médicos Sevillanos. Manuel Fernández, ginecólogo y director del centro de Reproducción Asistida IVI Sevilla

"El instinto maternal es la energía más potente en la naturaleza"

  • Con sólo 30 años se convirtió en director de la Clínica IVI en Sevilla, firma de referencia internacional en Reproducción Asistida Una de sus primeras medidas en 2005 fue impedir el riesgo de los partos triples al reducir a dos los embriones

LA innovación y la investigación encauzaron al doctor Manuel Fernández hacia la Reproducción Asistida y, concretamente, hacia el grupo IVI, firma privada de referencia internacional en este campo de la Medicina con presencia en diez países. Se aventuró al dejar un puesto en el Hospital Macarena para entrar en la sanidad privada y, poco después, se convirtió en el director de la Clínica IVI Sevilla con apenas 30 años.

-¿Cuál es el futuro?

-Hay varias ramas que son el futuro de la Reproducción Asistida, pero que ya están aquí. Una de las ramas es prevenir la infertilidad. Hoy la mayor causa de infertilidad es el retraso de la maternidad.

-Cambiar el modelo para que las mujeres puedan ser madres antes de los 35, ¿es viable?

-Es poco realista. Está bien que se luche en ese sentido con la creación de guarderías, por parte del Estado, y de subvenciones. Es muy complicado cambiar el modelo.

-¿Opciones?

-En las próximas décadas habrá cada vez mayor conciencia de que las mujeres, si no tienen un proyecto de ser madres antes de los 35, tienen la opción de congelar óvulos.

-Esta técnica, ¿da garantías?

-Congelar óvulos no garantiza a una mujer que vaya a tener un embarazo en un futuro, pero sí le da una oportunidad de contar con óvulos jóvenes.

-¿Y una vez que hace falta llegar a un tratamiento?

-Es fundamental eficacia y seguridad. Para estar a la última no basta con permanecer pendiente de lo último. Tienes que desarrollar lo que aún no ha salido.

-Un ejemplo.

-La tecnología time-lapse. Son incubadoras que tienen un circuito cerrado que permiten que el ambiente del embrión sea óptimo, sin necesidad de sacarlo, como habitualmente se hace, para analizarlo. En el sistema clásico se tiene una foto al día de los embriones para evaluarlos. Con la nueva tecnología contamos con una película de 24 horas.

-Son frecuentes los mellizos.

-El gran peaje que hemos pagado en los últimos 30 años por conseguir embarazos ha sido la gestación múltiple.

-¿Cómo se puede evitar?

-Cuando asumí la dirección del IVI Sevilla, en enero de 2005, puse una primera norma: no volver a transferir tres embriones. En España aún sigue siendo la tónica general. La única manera de evitar trillizos, que es un problema muy serio para la madre y los niños, es no transferir tres embriones. El objetivo es lograr técnicas de congelación de alta calidad, de modo que no perdamos las posibilidades de embarazo al reducir el número de embriones transferidos.

-¿Cuál es el siguiente paso?

-Nos estamos moviendo en la trasferencia de un solo embrión contando con la mejor tecnología.

-¿Cómo se logran tasas altas de embarazo con un solo embrión?

-Con un cultivo alto: Los embriones en laboratorio pueden estar entre un día y seis días. Cuantos más días estén en laboratorio mejor se seleccionan los embriones, de modo que evitas transferir embriones que aparentemente están bien pero que no van a prosperar. Para ello es necesario un laboratorio de última generación.

-En el proceso se eliminan las llamadas taras genéticas.

-En esto hemos sido muy pioneros. En el IVI tenemos los tests de compatibilidad genética.

-¿Qué supone?

-Hay enfermedades muy graves por las que normalmente hay que plantear la interrupción del embarazo. Es muy traumático. Todos somos portadores de alguna mutación y cuando esa mutación es autosómica recesiva sólo se manifiesta en nuestra descendencia si nuestra pareja también la tiene. El 8% de las parejas tienen una mutación común.

-¿Qué permite el test?

-Tenemos la posibilidad, mediante un simple test en sangre, de determinar si una pareja tiene una mutación común. Y si la tiene, mediante los tratamientos, se puede evitar que se transmita la enfermedad al embrión antes de transferirlo. De este modo podemos prevenir embriones con anomalías; y decisiones traumáticas.

-Algunas parejas no logran tener un hijo, pese a los tratamientos.

-Cuando estudias Medicina aprendes a tener una especie de coraza para que los problemas no te afecten; además, para ser buen médico es necesaria la empatía. Con el paso de los años, la coraza la he ido perdiendo. Ahora me implico tanto que sufro cuando hay un fracaso. Y cuando se consigue, la felicidad es absoluta.

-El deseo de ser padres.

-Es un deseo diferente a cualquier otro. Puedes tener muchos deseos a lo largo de la vida: estudios, trabajo, coche, piso... En todos mis años de actividad en Reproducción Asistida me he dado cuenta de que la energía más potente que existe en la naturaleza es el instinto maternal. Lo veo todos los días.

-Las parejas que no lo logran terminan muy desengañadas.

-Mi experiencia es que todos los pacientes que no se han rendido lo han terminado consiguiendo.

-Pero hay un límite de edad.

-En España no hay límite legal.

-Y la ética, ¿madres abuelas?

-El límite son los 50 para los tratamientos. Es una autorregulación.

-Es un proceso con un alto coste.

-Tiene un coste económico y emocional. La inmensa mayoría de los tratamientos cuestan menos que un coche.

-Los tratamientos en la sanidad pública están sometidos a las esperas.

-Una mujer con 38 años ya llega tarde y si entra en lista de espera de un año... puede perder la fertilidad, sus últimos óvulos fértiles. Con 20 años no hay mucha diferencia, pero con 38 ó 35 estamos en una edad crítica. Un año puede ser clave.

-Se ha producido un boom de clínicas de low cost.

-La Medicina de Reproducción Asistida es como un coche de Fórmula 1. No puedes competir con un coche casero en un Gran Premio. Con la crisis económica han surgido empresas que se dedicaban tradicionalmente a otros campos; es como querer competir en Fórmula 1 con un coche casero. Se ha producido una burbuja de centros low cost que han empezado a cerrar porque los pacientes se han dado cuenta de que lo barato sale caro. La superespecialización da garantías.

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