Historias de la pandemia
  • La rápida recuperación de una mujer embarazada a la que hubo que sacar al bebé de urgencia y que pasó más de 10 días en la UCI sorprende a los sanitarios que la atendieron en el Virgen del Rocío

El 'milagro' de Miriam frente al Covid

Miriam junto a su pareja y la pequeña Suhaila junto al mural en Homenaje a la Enfermería en el Hospital de la Mujer. Miriam junto a su pareja y la pequeña Suhaila junto al mural en Homenaje a la Enfermería en el Hospital de la Mujer.

Miriam junto a su pareja y la pequeña Suhaila junto al mural en Homenaje a la Enfermería en el Hospital de la Mujer. / José Ángel García

“Qué todo saliera bien con Miriam es fruto de un buen trabajo en equipo”. Las palabras de la ginecóloga del Hospital Maternal del Virgen del Rocío, María de los Ángeles Calvo, resumen la historia de la primera mujer en avanzado estado de gestación infectada por Covid-19 que ha pasado por la UCI del centro, donde pasó más de 10 días, y a la que hubo que sacar el bebé mediante una cesárea de urgencia dada su extrema gravedad. Pero, empecemos por el principio.

El tranquilo embarazo de Miriam Gutiérrez Melero, de 30 años, dio un giro de 180 grados la mañana del 23 de abril cuando de manera urgente se tuvo que ver interrumpido casi en la semana 33 de gestación debido a un empeoramiento de la neumonía por infección Covid que la llevó días antes a su hospitalización en planta del Virgen del Rocío. Esta joven tuvo la sospecha de tener coronavirus cuando, antes de una revisión de su embarazo, se sintió “algo resfriada” y, previamente a una cita con la matrona, decidió hacerse una PCR antes de entrar en la consulta, cuyo resultado fue positivo. Aunque el miedo, sobre todo, por la posible afectación a su bebé, invadió en ese momento a Miriam, los dos primeros días en aislamiento en casa los pasó con normalidad hasta que la situación empeoró y fue trasladada al hospital, donde quedó ingresada por una neumonía, pero estable, en un primer momento.

La intensivista Teresa Aldabó. La intensivista Teresa Aldabó.

La intensivista Teresa Aldabó. / H. U. V. R.

Un nuevo empeoramiento en la planta precipitó el nacimiento de la pequeña Suhaila y el posterior traslado de Miriam a la UCI intubada, con soporte respiratorio y un pronóstico grave por el que se llegó a temer por su vida durante las primeras 24-48 horas de ingreso. “Nos encontramos con un caso único hasta el momento. De todos los pacientes que hemos atendido en la UCI del Virgen del Rocío en este año y y medio no habíamos tenido nunca una paciente embarazada, o en este caso, puérpera, en Cuidados Intensivos, pero sabíamos que era una posibilidad y ella fue la primera”, destaca la intensivista que la atendió Teresa Aldabó.La especialista sostiene que, pese a que la joven ingresó en una situación critica, intubada, conectada a un respirador por insuficiencia respiratoria secundaria por una neumonía Covid y que, además, agravó su cuadro por una predisposición a otras infecciones bacteriana, a lo que se sumaba una cesárea reciente que dificultó el manejo de la paciente por el riesgo alto de sangrado, su buena y rápida evolución llegó a sorprenderla. “Es un caso que nos sorprendió por ser la primera paciente puérpera que ingresaba en la UCI por Covid, pero luego, es verdad que nos sorprendió que evolucionó muy bien. Hemos tenido en este mes más gestantes y no todas se han recuperado tan pronto”, destaca la facultativa.

La neumóloga María Isabel Asencio. La neumóloga María Isabel Asencio.

La neumóloga María Isabel Asencio. / H. U. V. R.

Pero antes de ingresar en UCI, ya sin la bebé, Miriam pasó unos primeros momentos de ingreso complicados en planta, aún gestante. Julia Praena y María Isabel Asensio fueron la médica de Enfermedades Infecciosas y neumóloga, respectivamente, que la trataron desde su ingreso en el Hospital General, donde se decidió ubicar en un primer momento siguiendo los protocolos Covid para embarazadas del centro dada la gravedad de su cuadro clínico, hasta su posterior traslado al Maternal, donde la situación desencadenó la extracción del bebé. “Miriam estuvo ingresada en la planta Covid unos días donde la tratamos con una terapia de alto flujo, que es la oxigenoterapia más alta que podemos poner fuera de UCI, y respondió bien, pero quizás por su avanzado estado de gestación, que complica la movilidad del diafragma, se fue posteriormente deteriorando y es cuando se decidió su traslado al Maternal, donde se le tuvo que volver a poner esa misma terapia previa a la cesárea a la que después se sometió”, explica la doctora Asensio.

Miriam y su familia junto a los sanitarios Julia Praena y Sergio Anillo. Miriam y su familia junto a los sanitarios Julia Praena y Sergio Anillo.

Miriam y su familia junto a los sanitarios Julia Praena y Sergio Anillo. / José Ángel García

“Su avanzado estado de gestación nos llevó a la dicotomía de tener realmente dos pacientes, madre y bebé, y, en este caso, llegó un momento en el que se presentaron dudas con el bebé y era el saber cuánto tiempo podía quedarse dentro de la madre sin poner en riesgo ninguna de las dos vidas”, señala la infectóloga, Julia Praena, que apunta que, dada la evolución en negativo que empezó a presentar la paciente, se decidió su traslado al Maternal para realizar la cesárea de urgencia. “Yo la acompañé camino al quirófano. Fue un momento muy duro, pero estamos muy satisfechos”, recalca Asensio, que destaca el nerviosismo y preocupación de la joven en esos momentos, dado que todo transcurrió muy rápido.

Como la intensivista Teresa Aldabó, las profesionales también destacan la buena evolución de la paciente en poco tiempo. “Con la complejidad del caso, que todo saliera tan bien y que en poco más de 10 días estuviera en casa, pese a tenerse que recuperar de una neumonía por Covid y una cesárea, y, además, sin secuelas, es bastante importante”, afirma Asensio.

En su paso por el Maternal, una de las ginecólogas del equipo que le realizó la cesárea de urgencia, la doctora María de los Ángeles Calvo, coincide, igualmente en este punto con sus compañeras. “Teniendo en cuenta que se unieron varios factores, un Covid grave con una neumonía grave y un posoperatorio en UCI con una cesárea, que también es una intervención importante, es verdad que la evolución fue favorable, pese a no estar exenta de algunas complicaciones. Pero es de destacar que se consiguió extubar relativamente pronto, para lo que son estos pacientes y fue trasladada de nuevo a planta bastante rápido para lo que estamos acostumbrados a ver”, señala la obstetra.

La ginecóloga María de los Ángeles Calvo. La ginecóloga María de los Ángeles Calvo.

La ginecóloga María de los Ángeles Calvo. / H. U. V. R.

El decidirse por realizar la cesárea fue resultado del consenso de las distintas unidades por la que pasó la joven, con el apoyo del jefe de la unidad de Enfermedades Infecciosas, José Miguel Cisneros, en un momento en el que se pensó “lo mejor para madre y bebé”. “El sacar a la niña se precipitó ante el empeoramiento progresivo del cuadro respiratorio de la madre y teniendo en cuenta que se trataba ya de un embarazo que estaba rozando las 34 semanas, que para nosotros es un punto de inflexión importante desde el punto de prematuridad y que, además, el feto contaba con la madurez pulmonar completada,, ante la posibilidad de que esta paciente acabara en la UCI, entubada y con una ventilación asistida, como así fue por el empeoramiento de la clínica respiratoria, decidimos sacar al bebe. Todo fue muy rápido y salió muy bien pese al desconocimiento al que nos enfrentamos al ser el primer caso que se nos daba de una paciente que empeoraba progresivamente y que tenía a su bebé dentro. Luego han pasado otros muchos”, manifiesta la ginecóloga. 

Miriam y su familia junto a los sanitarios Julia Praena y Sergio Anillo. Miriam y su familia junto a los sanitarios Julia Praena y Sergio Anillo.

Miriam y su familia junto a los sanitarios Julia Praena y Sergio Anillo. / José Ángel García

Y mientras Miriam luchaba por su vida en la UCI, la pequeña Suhaila fue trasladada a la unidad de neonatos en muy buen estado, sin infección por Covid, pero en una situación complicada, dado que toda su familia estaba en aislamiento por contacto estrecho del positivo de Miriam y que su padre se encontraba en las Islas Canarias. El supervisor de paritorio Sergio Anillo le hizo de Ángel de la Guardia. “Yo me encargué de llamar a la familia para comunicarle que todo se había precipitado y tranquilizarles porque nos haríamos cargo del bebé hasta la llegada del padre al que también acompañamos en todo momento”, destaca el profesional.Para que Miriam no se perdiera detalle de los primeros días de vida de su recién nacida, Anillo se encargó, no sólo de mandar fotos a sus familiares, sino también a ella misma diariamente mientras estuvo inconsciente en la UCI para que, una vez fuera extubada, pudiera ver la evolución día a día de la niña. “ Fue una situación excepcional que nos desbordó un poco, pero en la que todos pusimos nuestro granito de arena para que saliera bien y así salió”, se congratula el supervisor de paritorio del Hospital Maternal.

El supervisor de paritorio Sergio Anillo. El supervisor de paritorio Sergio Anillo.

El supervisor de paritorio Sergio Anillo. / H. U. V. R.

El 5 de mayo, 12 días después del nacimiento de la pequeña Suhaila, madre e hija abandonaron el hospital y hoy, transcurridos meses y medio desde ese día, las dos se encuentran bien, sin secuelas en ambos casos, y con una bonita historia con final feliz que contar que pone la cara más positiva de la mayor pandemia sanitaria a la que se enfrenta la historia reciente de la humanidad. “Me bastó un día para poder moverme yo sola por la habitación tras subir de la UCI y con una cesárea recién hecha. Los sanitarios no paraban de decirme que era increíble el estado en el que yo me encontraba apenas días después de haberse temido por mi vida en la UCI”, manifiesta la joven.

Por su parte, los profesionales que hicieron posible el milagro de Miriam insisten en potenciar la vacunación de las embarazadas a cualquier edad gestacional, por su alto riesgo, y advierten del aumento de casos graves en este colectivo, sobre todo, en la última oleada de Covid, una vez se han relajado las medidas restrictivas. Igualmente destacan el trabajo en equipo que ha hecho posible ésta y otras muchas historias con finales felices pese a los complicados momentos que atraviesa la sanidad mundial y ponen en valor la experiencia adquirida en el manejo de pacientes con cuadros como el de Miriam gracias a la mayor información de la que disponen ahora sobre el virus y su comportamiento, por lo que invitan a las gestantes a no tener miedo de ir al hospital ante cualquier contacto con el patógeno

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