Servicio ciudadano

La segunda oportunidad de los objetos perdidos en Sevilla

  • La oficina municipal de objetos perdidos recibió el año pasado 13.582 pertenencias, de las que han devuelto casi la mitad

Perder un objeto personal no significa que haya que darlo por desaparecido. El tener la cabeza en mil cosas al mismo tiempo hace que cada día decenas de personas se dejan alguna pertenencia en el autobús, el tren, el taxi, el avión o simplemente en cualquier punto de la vía publica o establecimiento donde el soltar aquello que se lleva en la mano puede hacer que sea olvidado, pero no por ello siempre tiene que darse por perdido.

Con este objetivo es con el que trabaja la Oficina Municipal de Objetos Perdidos que cada año recibe miles de pertenencias y sólo en el 2019 registró un total de 13.582 artículos personales de lo más variopintos, de las que fueron devueltos a sus dueños algo menos de la mitad, 6.825. En los que va de 2020, han llegado ya esta oficina 3.241 objetos.

Una cifra que se ha duplicado prácticamente desde la llegada de Máximo Lancharro a esta departamento municipal, que depende del Servicio de Estadística del Ayuntamiento de Sevilla. "El estrés y las prisas actuales son las principales causas de este aumento", destaca.

En esta oficina de la calle Otto Engelhardt se reciben cada día decenas de llamadas de personas que intentan localizar alguna pertenencia, al mismo tiempo que se envían miles de cartas para notificar la llegada a esta oficina de sus pertenencias en aquellos casos en los que consigue localizar a su dueño a través de algún dato personal. "Una labor que prácticamente podríamos comparar con la de los detectives. Tiramos de cualquier dato identificativo que nos proporcione el objeto y si es preciso consultamos el padrón", afirma.

La estantería donde se almacenan los teléfonos móviles que nadie rclama. La estantería donde se almacenan los teléfonos móviles que nadie rclama.

La estantería donde se almacenan los teléfonos móviles que nadie rclama. / Juan Carlos Muñoz

Cuando los objetos llegan a la oficina se registran con una etiqueta a través de un archivo electrónico en el que se toma nota del lugar donde se encontró y del día, así como de la persona que lo entrega. Además, y de manera prácticamente única en España (ya que sólo se hace en Sevilla y San Sebastián) desde mediados de 2014 se hacen fotografías de todos y cada uno los objetos que llegan para luego ser publicadas en el apartado de objetos perdidos de la web municipal en la que cualquiera puede intentar localizar sus pertenencias filtrando incluso por fechas. "Es mucho trabajo, pero vi que se estaba haciendo en San Sebastián y me parecía muy útil, así que decidió imitarlo y funciona muy bien", explica.

Los artículos llegan desde Tussam, Policía Nacional, Policía Local, Guardia Civil, Renfe, Aena, los comercios o las empresas de alquiler de coche y directamente de particulares, aunque son los que menos. "Son muy pocos porque lo normal es que la gente que se encuentra cosas se las entregue a la Policía", explica el responsable de la oficina. En este sentido es en los autobuses municipales, taxis, trenes y aviones donde la gente se olvida más pertenencias en Sevilla. Como curiosidad, en la última entrega de Aena -que hace sus envíos cada seis meses- se trasladaron a la oficina municipal de objetos perdidos 25 relojes olvidados tanto en los aviones en sí como en los controles del aeropuerto. "La gente los suelta en la bandeja del control y de ahí sale corriendo y ahí se quedan", afirma.

En la oficina se guardan los objetos, hasta que su propietario acude a reclamarlos, un máximo de dos años, como marca la ley. Pasado este tiempo hay tres opciones, o se le devuelve a su hallador como dueño legítimo; se entregan a asociaciones benéficas, que pueden apuntarse rellenando un formulario a través de la web municipal; o se destruyen, sobre todo, en el caso de la documentación personal y las llaves, que actualmente se cuentan por miles en esta oficina. En este sentido el funcionamiento de este departamento es riguroso y cada mes se donan o destruyen las pertenencias que se registraron el mismo mes dos años antes.

"Si no fuera así no cabríamos ya y eso que tenemos otro almacén para objetos más grandes", explica Máximo Lancharro, que explica que en estos momentos se están destruyendo los objetos que fueron depositados en febrero de 2018.

Cientos de paraguas se acumulan en la oficina sin que nadie nunca los reclame. Cientos de paraguas se acumulan en la oficina sin que nadie nunca los reclame.

Cientos de paraguas se acumulan en la oficina sin que nadie nunca los reclame. / Juan Carlos Muñoz

La variedad de objetos que llegan a esta oficina es muy amplia. Cuando se trata de documentación, "la gente no espera", subraya Lancharro. "Pierden el DNI hoy y mañana ya se lo están sacando. La gente no tiene paciencia", asegura. Lo mismo sucede con los teléfonos móviles. Tenemos muchísimos de mucho valor que nadie ha reclamado. Ahora mismo tenemos casi mil móviles y lo normal es que no se reclamen. Yo creo que la gente no llega a pensar que nadie vaya a devolverlo si se lo encuentra", afirma. Precisamente es documentación y carteras los objetos que más llegan: 3.334 y 1.889, respectivamente hasta la fecha. También hay paraguas, bicicletas (más de 60), maletas, mochilas, juegos infantiles, bolsas, ropa y zapatos, muñecas, carritos de bebés, apuntes o incluso una guitarra. "De todo lo que te puedas imaginar y muchas cosas que no tienen valor ninguno como alguna gente que trae un solo zapato, por ejemplo. Te cuesta mas trabajo o más tiempo en grabarlo y fotografiarlo para meterlo en el programa que lo que vale", explica Lancharro.

Una de las cosas que más le sorprendió a Máximo fue un angelito de una tumba o un traje de chaqueta de caballero hecho a medida que su dueño olvidó en un tren. "Nos llegó un traje de caballero que traía por algún bolsillo una tarjeta de un hotel. Por ahí logré localizar al propietario que era un hombre de Madrid. Cuando lo llamé me preguntó que que había encontrado suyo en Sevilla y cuando le dije que un traje se puso loco de contento porque lo había estado buscando por varias tintorerías y otros sitios porque era un regalo de su mujer hecho a medida y, nada, vino contentísimo a recoger su traje tan feliz", narra Lancharro.

El responsable de la oficina, Máximo Lancharro, muestra un muñeca dentro de su caja almacenada. El responsable de la oficina, Máximo Lancharro, muestra un muñeca dentro de su caja almacenada.

El responsable de la oficina, Máximo Lancharro, muestra un muñeca dentro de su caja almacenada. / Juan Carlos Muñoz

También cosas tan personales y necesarias como gafas graduadas, sillas de ruedas e incluso dentaduras o bastones guía de ciegos. Igual de sorprendente es, según explica, la urgencia con la que la gente quiere localizar los objetos perdidos. "Llaman diez minutos después de perder algo" afirma, o la dejadez de algunas personas notificadas, a las que Lancharro reconoce, "se le llegan a mandar varias cartas sin que nadie venga nunca a recoger esos objetos".

No obstante, por lo general, la gente se muestra muy agradecida al recibir aquello que creían que habían perdido para siempre. "La gente normalmente viene a recoger sus cosas de forma rápida y muy contenta y agradecida. También están los que, en caso de documentación, ya los han renovado todo y ya no quieren nada por lo que no vienen", relata.

Pero no sólo llegan objetos, por peculiares que sean, los halladores también devuelven dinero. "Un taxista llegó a traernos una mochila en la que, cuando fuimos a registrarla, nos encontramos 13.000 euros. Llegamos a localizar a su dueño por un recibo que encontramos dentro del bolso y cuando vino nos explicó que era parte de una herencia", relata. Pero también del dinero se olvida la gente para siempre, cuenta Lancharro, "tuvimos 5.000 euros que trajo un taxista que nadie nunca reclamó", detalla.

Los objetos registrados en este servicio se pueden consultar las 24 horas del día en el apartado de objetos perdidos de la web municipal y la oficina opera de lunes a viernes con un horario 8:30 a 14:15. También se puede contactar a través del teléfono 955 472277 y por el correo electrónico perdidos@sevilla.org.

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