La ola de farolillos

Farolillos
Farolillos / M. G.
Euleón

13 de marzo 2021 - 10:53

Sevilla/Yo no sé qué va a pasar el primer día que vuelvan a salir las cofradías; qué sucederá cuando haya pasos en la calle. Tampoco tengo muy claro cómo va a ser la próxima temporada taurina, si es que la hay. Lo que sí me puedo imaginar es la que se puede liar en Sevilla en cuanto vuelva a haber una Feria de Abril como Dios manda. Si alguien no lo remedia, la II Guerra Mundial puede ser la tomatina de Buñol al lado de la que se puede montar en el real de Los Remedios.

Con las fatiguitas que estamos pasando y lo que te rondaré morena, en cuanto el sevillano tenga todas las bendiciones habidas y por haber para ponerse la chaqueta y la corbata o el traje de gitana, van a faltar barriles de cerveza y bocoyes de manzanilla para calmar la sed de desquite de las penas que nos ha traído el virus de la gran…China. Alguno de los que no se ha llevado por delante el covid va a entregar la cuchara en los días de albero y farolillos y si no al tiempo. Distancia social, dice… Con el poco sentido de la medida que nos caracteriza últimamente, allí no va a haber sitio ni para el fotógrafo del caballito de cartón, por no hablar de adónde van a ir a parar las mascarillas cuando el personal lleve 4 horas dándole a la jarra de rebujito o al vaso largo de Escocia. El hospital militar va a tener que abrir dos plantas más para alojar en las ‘UCIs’ de la alcoholemia a la ola de comatosos etílicos que va a echar el resto debajo de la lona colchonera.

La moderación con que las autoridades recomiendan el consumo de alcohol va a brillar por su ausencia tanto como la frialdad del sevillano cuando el ansia de fiesta desate esta otra ola de euforia contenida. El paseo de caballos puede ser el paseo de ambulancias yendo y viniendo. Si yo fuera autoridad, que Dios no lo permita nunca, tendría además de las mentadas camas hospitalarias preparadas, dos o tres batallones de antidisturbios apostadas cerca de las casetas de distrito. Más de uno y de una va a recuperar el tiempo perdido en una semana, y cuando lleguen los días señaladitos se van a confinar en la caseta hasta que los desahucie de allí la guardia civil con lanzamiento, secretaria judicial y procurador mediante. Y dicho todo lo anterior, en exagerado tono jocoso, ojalá que todo esto se cumpla pronto y que todos lo veamos. Por favor.

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