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Sevilla

El personal de emergencias alerta de la dificultad de acceso al centro

  • Bomberos, policías y sanitarios coinciden en señalar tres puntos críticos: la Encarnación, la Alameda y Los Remedios · El Ayuntamiento sólo tiene dos coches pequeños para acceder a las calles estrechas

Las numerosas obras que se están ejecutando este verano en Sevilla han dejado inaccesibles determinadas zonas del centro y de algunos barrios no sólo para los vehículos privados, sino también para los servicios de emergencias. Policías, bomberos y personal sanitario consultados por este periódico coinciden en la vulnerabilidad de los lugares en los que se están realizando obras y señalan al menos tres puntos críticos: la entrada al centro desde Santa Catalina hasta la Plaza de la Encarnación, la Alameda de Hércules y su entorno y Los Remedios.

Los vehículos de emergencia han tenido problemas para circular por estas tres zonas, por las que se ha cerrado el tráfico rodado o se ha dejado simplemente un carril muy estrecho por el que algunos de estos vehículos especiales no caben. El principal problema lo padecen los Bomberos, cuyos camiones son más grandes que los patrulleros de la Policía y las ambulancias y no pasan por determinadas calles.

El Ayuntamiento de Sevilla tiene entre su flota dos coches de Bomberos de reducidas dimensiones que se adquirieron hace algunos años para que pudieran entrar por las calles más estrechas del barrio de Santa Cruz y otras zonas del casco histórico especialmente angostas. Son las llamadas Bombas Urbanas Ligeras (BUL) 5 y 6, que tienen la ventaja de su tamaño pero varios inconvenientes. Transportar 700 litros de agua, una cantidad bastante menor que el resto de vehículos, y en ellos cabe un bombero menos. En el caso de que las obras hayan cerrado la calle al tráfico, ni siquiera estos camiones pequeños pueden entrar.

En el caso de la Plaza de la Encarnación, actualmente ha quedado habilitado un sólo carril para dos sentidos de tráfico: el que procede de la calle Imagen y el que viene desde la Campana. La circulación la regulan un semáforo y el personal de la obra del Metropol Parasol. El centro de la plaza está totalmente cerrado y los peatones tienen que pasar por un pequeño carril habilitado con balizas de plástico. Lo mismo ocurre unos metros más adelante en la calle Almirante Apodaca, donde se ha ensanchado la acera y un semáforo regula el tráfico en los dos sentidos. Si un vehículo de emergencia circulara por esta calle o por la Encarnación, se vería obligado a esperar a que el semáforo le diera paso porque, si no se respeta la luz roja, podría provocar un choque frontal con los coches que circulan en sentido contrario.

Más delicada es la situación de la zona comprendida entre la Encarnación, la Alfalfa y la Plaza del Cristo de Burgos, también en obras actualmente. Esta última plaza está cerrada y sólo queda habilitado un carril de salida hacia la plaza de San Leandro, pero no de entrada hacia las calles interiores. En caso de incendio en este lugar, sólo podrían acceder los vehículos pequeños de los Bomberos y hasta cierto punto, ya que hay calles completamente cerradas.

En la Alameda existe un problema similar. Ya hace dos años el Sindicato de Bomberos alertó en un informe de la dificultad de acceder a esta zona del centro después de que la reforma de la plaza dejara un sólo carril para el tráfico delimitado con marmolillos. Cualquier avería de otro coche en este lugar bloquearía el acceso al centro de los Bomberos.

El problema se agrava ahora con las obras de la calle Jesús del Gran Poder, vía de salida desde la calle Calatrava hacia San Lorenzo. Pese a que los servicios de emergencias tienen información actualizada de las calles que están cortadas por obras, la semana pasada un patrullero de la Policía Local quedó atrapado en Jesús del Gran Poder porque no había sido informado del cierre de esta calle. El vehículo tuvo que salir finalmente desandando el camino recorrido marcha atrás y obligando a los conductores que venían detrás a hacer lo mismo.

El tercer punto crítico es Asunción. La calle está cortada al tráfico y no hay ningún carril por el que pueda acceder una ambulancia o un camión de Bomberos. Igualmente, esta vía divide en dos al barrio de Los Remedios y obliga a los vehículos a dar un rodeo para llegar a las calles adyacentes.

Otro problema añadido es el de la falta de aparcamiento, que se agrava con las obras y obliga a los conductores a aparcar sus vehículos en doble fila o encima de la acera. Estas infracciones restan espacio para pasar a los vehículos de emergencias de mayor tamaño, que a veces han tenido que retirar algún vehículo para poder seguir adelante o directamente embestirlo si el tiempo apremia.

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