Así que pesen 15 años

Recuerdo de Alberto y Ascención

El ministro de Justicia asiste al homenaje a la pareja asesinada en el que la hermana de Alberto pide el cumplimiento íntegro de las condenas.

Así que pesen 15 años
Así que pesen 15 años
Francisco Correal

31 de enero 2013 - 05:03

Alberto Ruiz-Gallardón, ministro de Justicia, aprovechó su envergadura de jugador de baloncesto para apoyar a Juan Ignacio Zoido, alcalde de Sevilla, y a Plácido, funcionario municipal, en la colocación de la corona en el lateral del Palacio Arzobispal de la calle Don Remondo. Con una leyenda: "Sevilla no os olvida".

Una frase sencilla, contundente, cuyo contenido desarrolló después Teresa Jiménez-Becerril, eurodiputada en Estrasburgo, hermana de Alberto, cuñada de Ascensión, las dos víctimas mortales de aquellas primeras horas del último viernes de enero de 1998. "Han pasado muchos años", dijo Teresa, "lo que no pasa es nuestro dolor, nuestra rabia, nuestra sed de justicia".

El vicario Teodoro León ofició la misa en la Catedral e hizo un responso en una calle con nombre de arzobispo. El Padrenuestro coral electrizó la tarde. Ascensión, la mayor de los tres hijos de la pareja, 23 años (en marzo de aquel año cumplía nueve) sí estuvo en misa, pero se quedó con su abuela. Es madre de una niña llamada Triana, como el barrio del que su padre fue alcalde y donde cenaron aquella noche.

Su última noche. "Los muchachos que llevan en las fotos, a los que les rinden homenajes que permiten y a los que asiste el alcalde de Bildu son los mismos que una noche oscura mataron a tiros por la espalda a Alberto y Ascen", dijo la eurodiputada, que refuta los discursos abertzales de "repartir las culpas" o de "acabar con el conflicto", un conflicto cuyo final exige "que los terroristas entreguen las armas, asuman sus responsabilidades y cumplan íntegramente sus condenas".

Alberto y Clara, los otros hijos del matrimonio, sí acudieron a la calle Don Remondo. Alberto había cumplido siete años el 17 de enero de 1998. Un año después celebró el ascenso del equipo del que su padre fue directivo. "Yo soy mucho más sevillista que él", dice. Estudia Derecho y tiene 22 años, la edad que tenían sus padres cuando iniciaron su noviazgo en la misma carrera. Clara tiene 19 años (tenía cuatro años) y estudia Ingeniería Industrial. Los niños sin consuelo de aquella cuesta de enero cuyos peldaños subió Soledad Becerril, alcaldesa, ayer presente como Defensora del Pueblo. Al acto asistió Paco Jiménez-Becerril, hermano de Alberto, y Teresa García Ortiz, hermana de Ascensión, con sus hijas Teresa y Macarena.

En esa misma calle, en el hotel Doña María, se alojó en 1985 Jorge Luis Borges, a quien Juantxu Rodríguez fotografió con Torrente Ballester en un protocolo literario de bastones. En la esquina de Don Remondo con Cardenal Sanz y Forés el escritor argentino tenía una nueva escena de su Historia universal de la infamia. "No podemos devolverles la vida ni reparar el daño a sus familiares, en especial a sus tres niños", dijo el alcalde de Sevilla, "pero sí tenemos la obligación moral de mantener viva su memoria". Zoido era en 1998 director general de Justicia en el departamento ministerial de Mariscal de Gante.

Los tres portavoces del Ayuntamiento, Juan Bueno (PP), Juan Espadas (PSOE) y Antonio Rodrigo Torrijos (IU) estuvieron con sus equipos municipales. Luis Miguel Martín Rubio, entonces delegado de Seguridad Ciudadana, recordó que la primera llamada la recibió de Juan José García, jefe de la Policía Local. "Llegué enseguida, yo vivía en la calle Bamberg".

Se trenzan recuerdos de memoria viva. "Yo tenía más relación con Ascen que con Alberto, era decano del Colegio de Aparejadores y Ascen era nuestra procuradora", dice Jaime Raynaud. Dolores Meléndez compartía área municipal con Alberto, él en Hacienda, ella en Patrimonio. "Hubo Pleno, nos reunimos y le dije: tienes a Ascen fuera esperando. Quedamos en hablar al día siguiente. No hubo día siguiente". Como la novela de Balzac: Un día sin mañana.

Lo increíble es que Alberto y Clara respondan con una sonrisa a quienes los saludan. El tiempo transcurrido tiene la edad de un adolescente. El tiempo de la necesaria memoria, el reloj que se paró en una esquina, la mano asesina que segó las vidas de Ginger y Fred. Alberto y Ascen. La Giralda abrazando a la Catedral.

stats