Un ponche alosnero como vino de misa

CALLE RIOJA

La Abacería de San Lorenzo regala parrillas a sus clientes como homenaje a un santo que salió de la pila bautismal y llena el nomenclátor del barrio.

Un ponche alosnero como vino de misa
Un ponche alosnero como vino de misa
Francisco Correal

11 de agosto 2011 - 05:03

Todos los clientes salían ayer con una parrilla que Ramón López de Tejada, propietario de la Abacería de San Lorenzo, había comprado en el chino más próximo para homenajear al santo de guardia de la barriada. "En la plaza que lleva su nombre hay una iglesia, una basílica y tres hermandades y no le hacen ni una triste misa". El tabernero ofreció una alternativa a ese vacío litúrgico: latiguillos ibéricos y sardinas a la parrilla regados con ponche alosnero, fragancia de fandango.

La Abacería de San Lorenzo tiene entradas por Marqués de la Mina y por Teodosio: por una de las puertas multiplica los panes, por la otra los peces. Son las dos calles en las que atiende al público Rafita, otro de los bares de referencia. Frente a la Abacería vivía el fotógrafo Atín Aya, cuyo catálogo de la exposición Paisanos está en la entrada del bar Eslava. "Atín venía mucho por aquí", dice Ramón, "igual que su amigo Juan Maestre, que murió antes que él y que tenía una vez a la semana una tertulia de pintores".

Atín ayer habría encontrado una foto-epílogo para su última exposición. Antonio Sotelo, 80 años, de Villalba del Alcor, pueblo de taberneros -Robles, Modesto, Salas, Espigón-, comparte mesa con José Jiménez Andrade, 84, gaditano de El Bosque. "Vienen todos los días", explica Ramón. Sotelo fue dependiente de farmacia y José administrativo. Parecen viajeros del Transiberiano. Hablan cuando la ocasión lo requiere. En cierta forma, sus palabras forman el estar y sus silencios el ser. La Ser, dirá en la puerta Paco García, el reportero radiofónico que ha sido testigo de las honras a San Lorenzo, que murió abrasado el año 258 del Señor.

Este homenaje espontáneo al santo se hizo por primera vez en 2003. "Vino hasta Paula Garvín, que esos días de agosto era alcaldesa en funciones". Hoy suena a ciencia-ficción este recuerdo de José Luis Agudo, 58 años, comercial y promotor de esta iniciativa. Vino la munícipe y después la Policía Local y los bomberos "porque organizamos una barbacoa y algunos vecinos se quejaron".

Agudo nació y vive en San Lorenzo. Primo del pintor Antonio Agudo, se conoce de memoria la nómina de bares de este universo de su memoria. Algunos están cerrados por vacaciones, como El Sardinero o el bar Rodríguez. Pablo Gallego es camarero de este último y veranea en Isla Cristina. Verá el derbi nocturno y a las siete de la mañana del lunes siguiente viajará con José Luis Agudo y sus respectivas parejas a Praga.

San Lorenzo extiende su capa calorífica. Es un nombre en desbandada, que sólo para llamar al Sol se utiliza. Es barrio nuclear de Sevilla donde reside el Señor de la ciudad, es playa de Gijón, pueblo manchego, San Lorenzo de Calatrava, apellido de Dulcinea (Aldonza Lorenzo) y equipo argentino, San Lorenzo de Almagro, que quiso fichar a Juan Arza.

No se prodiga en las partidas de bautismo, pero el nombre está omnipresente en la toponimia del barrio. En el bar San Lorenzo de ascendencia montañesa en el que se turnan los hermanos Servando y Fidel, enciclopedista el primero de playas y recodos de la República Dominicana; en el horno San Lorenzo en el que ayer departía Almansa, que leía a Nietzsche la noche que un orate le arrancó el brazo al Gran Poder; en la bodega San Lorenzo, fundada en 1864 y que en los años ochenta acogió a los contertulios de Cuadernos de Roldán, tiempos de Marcelina y su hijo Aniceto tras el mostrador.

En la plaza de San Lorenzo confluyen perpendiculares Teodosio (por detrás) y Conde de Barajas, donde se supone que vivió Gustavo Adolfo Bécquer. En la primera de las calles tenía su sede el Partido Comunista (póster de Lenin en uno de los salones), en la segunda estaba la secretaría técnica del Betis. En abril de 1977 Suárez legalizó al Partido Comunista; en junio, el Betis ganó la primera Copa del Rey: doble algarabía en Teodosio y en Conde de Barajas. En la plaza hay una placa en recuerdo de El Pali y hubo una peña bética que por coincidencia nominal elevaba a los altares al entrenador que devolvió al Betis a Primera y volvió a ganar la Copa del Rey 28 años después: la peña bética San Lorenzo Serra Ferrer.

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