Educación

Hablan los profesores de Filosofía en Sevilla: una asignatura arrinconada por las leyes educativas

La Filosofía, sacada del currículo de la ESO. La Filosofía, sacada del currículo de la ESO.

La Filosofía, sacada del currículo de la ESO. / Dani Rosell

"Concibo la Filosofía en la ESO como un espacio privilegiado en el que los alumnos pueden pararse a pensar". Quien realiza esta reflexión es Mercedes Mendoza, que a sus 28 años lleva desde 2018 impartiendo clases de Filosofía en un instituto de la provincia de Sevilla. Su declaración viene al hilo de los importantes cambios que ha introducido la Lomloe -la reforma educativa del Gobierno de Pedro Sánchez- en el currículo de la Educación Secundaria Obligatoria. Una de las alteraciones más importantes concierne a la asignatura mencionada, pues los centros de enseñanzas medias ya no están obligados a ofertarla como optativa en esta etapa. Diario de Sevilla ha hablado con varios docentes y directores de institutos para que expresen su opinión al respecto. Todos coinciden en una realidad palpable: las distintas leyes educativas que se han sucedido las últimas décadas han ido arrinconando la Filosofía en la formación de los jóvenes

Para Mendoza resulta "injusto" que sólo puedan recibir tal asignatura los estudiantes de Bachillerato, una educación posobligatoria. ¿A qué se debe que sólo se ciña al nivel preuniversitario? Para esta profesora, la raíz puede estar en la concepción que se ha tenido de la Filosofía como "una materia demasiado abstracta y difícil para una enseñanza media". Nada más lejos de la realidad, según esta docente, que defiende que sus contenidos se pueden adaptar a todas las edades. "Es cuestión de ir desmenuzando las ideas y problemas de los grandes filósofos para acercarlos a los intereses de los adolescentes", señala Mendoza, que pone de ejemplo un "tema clásico" de la metafísica: el dilema entre la realidad y la apariencia, "algo que fácilmente encuentra relación con las nuevas realidades virtuales que propone el metaverso o las falsas apariencias en las redes sociales". 

Tal como está concebido el nuevo currículo de la Secundaria, sólo los alumnos que cursen el Bachillerato podrán aproximarse a los contenidos y métodos de la Filosofía. De este modo, un adolescente que continúe su formación en la FP habrá concluido sus estudios obligatorios sin conocer las teorías de Sócrates, Platón, Kant o Nietzsche. Un contenido que va más allá de una retahíla de nombres, sino que promueve el pensamiento crítico, el plantearse preguntas. Una cualidad que, en opinión de esta profesora, "toda empresa busca en sus empleados". "La Filosofía ayuda a enfocar los problemas desde nuevos ángulos. A desarrollar el pensamiento divergente, del que tanto hablan las escuelas de negocio", abunda. 

El "autoconocimiento"

Una opinión que también comparte Mari Ángeles Pérez-Simón, directora del IES V Centenario, en Sevilla capital, y profesora de Filosofía. Para esta profesional de la enseñanza, la desaparición de la asignatura como oferta obligatoria -según recoge el decreto 217/2022 del pasado 29 de marzo- supone "un despropósito y una decisión desafortunada". "Hay que seguir hablando de Filosofía en las aulas, porque en los tiempos convulsos de incertidumbre y crisis que vivimos, cursarla supone una ayuda para el equilibrio emocional", refiere Pérez-Simón, que insiste en la necesidad del "autoconocimiento", como "punto de partida del conocimiento de todo los que nos rodea", algo de lo que ya hablaba Sócrates en el siglo V antes de Cristo. 

Tampoco está conforme con que determinados aspectos de esta materia se incluyan en otra con un nombre "que nada tiene que ver con el de la Filosofía", como es el de Formación y Orientación Profesional. La directora del IES V Centenario recuerda, en este punto, que la única asignatura que guarda relación con Filosofía a lo largo de la ESO, tras aprobarse el nuevo currículo, es la de Educación en Valores Cívicos y Éticos, que sólo se impartirá en un curso de la Secundaria, sin determinar. "Me parece muy bien que sea obligatoria, pero creo que resulta insuficiente, pues debería ser continua en toda la enseñanza media", refiere esta profesora, que lamenta que la carga horaria de esta materia sea "insuficiente". Una hora a la semana para trabajar "temas profundos, diversos y necesarios para la vida como los que abarca el currículo de esta materia". 

Una estudiante sale de la Facultad de Filosofía de la Universidad de Sevilla. Una estudiante sale de la Facultad de Filosofía de la Universidad de Sevilla.

Una estudiante sale de la Facultad de Filosofía de la Universidad de Sevilla. / Juan Carlos Vázquez

A este respecto, Rosalía Romero, que lleva 25 años impartiendo esta enseñanza, hace hincapié en que la modificación de la Lomloe no deja de ser un "problema menor" si se compara con todas las alteraciones de carga lectiva que ha sufrido la Filosofía con las últimas leyes educativas y que la han ido "arrinconando" en el currículo de los estudiantes que cursan la ESO. De esta forma, aunque con la Lomce (la polémica ley Wert aprobada por el Gobierno de Rajoy) su oferta fuera obligatoria como asignatura optativa, en la práctica no todos los institutos la ofrecían. Romero se atreve a decir que un número importante de centros no la ofrecía, debido a sus características y limitaciones de plantilla. "Se impartía en los centros que realmente tenían interés en la Filosofía", asevera. 

En todo el Bachillerato

A partir de ahora, sí será obligatoria en los dos cursos de Bachillerato, con independencia de la modalidad que se elija, algo que no ocurre actualmente, ya que la ley Wert sólo ponía tal condición para la asignatura en el primer curso de la enseñanza preuniversitaria, no así en el segundo, donde sólo tenía que impartirse en el Bachillerato de Humanidades.

José Luis Navarro, profesor desde 1988 y que imparte la materia en el Colegio Buen Pastor y Saint Mary School, insiste en "los numerosos cambios" que ha sufrido la Filosofía desde que ejerce la docencia. Este último, no obstante, recoge el propósito de los grupos parlamentarios de oposición al Gobierno de Rajoy que, cuando se aprobó la Lomce, manifestaron su intención de restituir dicha enseñanza en todo el Bachillerato como obligatoria cuando el PP dejara de gobernar. "Ahora se ha puesto donde se había quitado, ya que su inclusión en cuarto de la ESO obedecía a la sustitución que se hizo de la Ética, una asignatura que estableció otra ley anterior, la LOE, aprobada por el Ejecutivo de Rodríguez Zapatero", explica Navarro. 

Cambios a los que se suma el margen de actuación que poseen las autonomías. La Junta de Andalucía ya ha hecho pública su intención de mantener la Filosofía como asignatura optativa en la ESO. Fuentes de la Consejería de Educación y Deporte explican que junto al "impulso" del pensamiento computacional y la robótica en el currículo, también se apuesta por las Humanidades. "Tenemos claro que que nosotros sí vamos a ofertar Filosofía en Secundaria como optativa, porque no hay tecnología sin pensamiento ni hay pensamiento sin una cultura humanista", subrayan desde el departamento que dirige Javier Imbroda. 

Una planificación compleja

Todas estas modificaciones complican la planificación de los centros. Así, Rosalía Romero explica que de las tres horas semanales de Filosofía que se imparten ahora en primero de Bachillerato, se pasarán a dos en toda la etapa, lo que conlleva un importante reajuste. Cambios y más cambios que provocan el desconcierto de la plantilla docente, como expresa Gonzalo Arribas, jefe de estudios del Colegio CEU San Pablo. "Los profesores están asfixiados en burocracia y sumergidos en una permanente adaptación al nuevo y cambiante marco legal", lamenta. Ante la eliminación de ofertar obligatoriamente Filosofía como optativa en la ESO, Arribas hace una reflexión: "¿Para qué vamos a enseñar a pensar a los niños, para qué van a estudiar las grandes corrientes del pensamiento filosófico, si pueden simplemente aprender gracias a lo que ponen de moda los mayores eruditos en Tik Tok?".

En la dificultad que entrañan los continuos cambios incide Mari Ángeles Pérez-Simón, quien destaca que la organización de los centros se vuelve muy compleja con las modificaciones continuas que establecen los decretos, instrucciones y órdenes. "No se logra la deseada sensación de estabilidad que es necesaria para el progreso de nuestro sistema educativo", apostilla.