Uno de los 'padres' del Centenario propone ampliarlo a ocho carriles
Puente Centenario
Lo mejor “en plazo y presupuesto” son dos carriles más por sentido fuera de las pilas, dice Martínez Calzón, que también amplió el puente de Rande (Vigo)
Sevilla/Julio Martínez Calzón, el único ingeniero que queda vivo de los dos que proyectaron el puente del Centenario de Sevilla, afirma que la mejor solución “en plazo y presupuesto” para aumentar la capacidad de este viaducto es ampliarlo con dos carriles más por cada sentido con una estructura externa, como se hizo en el puente de Rande (Vigo). En definitiva,convertirlo en un puente de 8 carriles, en lugar de la ampliación a 6 carriles que ha planteado este mes el Ministerio de Fomento. Así lo afirma en declaraciones a este periódico.
Su apuesta mejora, por tanto, la propuesta que ha lanzado el ministro de Fomento José Luis Ábalos de ampliarlo en un carril más por sentido para que tenga seis en total. Dados los graves problemas de tráfico del Centenario,que sólo cuenta con cuatro carriles en total, Martínez Calzón opina que ya que se amplía que se haga con la máxima capacidad posible.
“El puente principal se puede ampliar a 8 carriles, dos por cada lado por fuera de las pilas. Es una obra asequible en plazo y precio y no sería algo inasumible. Y también tiene que tener ocho carriles en los accesos al puente ya que ahora esta zona tiene seis. Espero que la administración sea coherente”, explica. Y recalca que “es más barato y se tarda menos tiempo en hacer la ampliación que en construir un puente nuevo”.
Este ingeniero valenciano de nacimiento y madrileño de adopción diseñó el puente del Centenario de Sevilla junto a José Antonio Fernández Ordóñez, este último ya fallecido. Fue proyectista y llevó la dirección facultativa de las obras.
Sobre qué coste tendría su propuesta, el ingeniero no da cifras de lo que puede costar ganarle dos carriles por sentido al Centenario con una estructura externa y asegura que no puede darlas mientras no haga un preestudio. En cualquier caso, el experto apuesta por una ampliación de carriles siempre por fuera de las pilas del puente
Martínez Calzón (Valencia 1938), vinculado al estudio madrileño de ingeniería MC2, tiene experiencia en la ampliación de los puentes atirantados.
De hecho proyectó también la ampliación de carriles del puente de Rande de la Ría de Vigo, una obra muy similar a lo que se quiere aplicar en el puente del Centenario. El de Rande fue el primer atirantado que se amplió, cuya dirección facultativa de las obras las ejecutó el estudio de ingeniería MC2.
La experiencia de una obra similar en el puente gallego puede darnos una idea de los costes aproximados. El de Vigo costó más de 190 millones de euros y la obra duró casi tres años para una estructura sólo algo más reducida que el puente sevillano. El de Rande cuenta con 1,55 kilómetros de longitud, frente a los 2 kilómetros del Centenario. La diferencia más sustancial es que el de Vigo es plano y el de Sevilla tiene pendiente.
El experto asegura que esta ampliación de dos carriles a cada lado en una estructura externa es posible con la técnica actual, y no habría sido posible en 2001 cuando el puente del Centenario empezó a quedarse pequeño y ya se hablaba de posibles soluciones. “Esta opción se puede hacer con la técnica actual. En 2001 no lo hubiera propuesto, pero hoy sabemos cómo controlar las estructuras complejas”, aclara.
opciones descartadas
Respecto a las distintas opciones que se han barajado a lo largo de los 26 años de historia del puente del Centenario para ampliar su capacidad de tráfico, Martínez Calzón descarta por completo tanto estrecharlos para ganar más carriles como hacer un tablero inferior.
Con todo advierte que nunca hasta ahora se ha planteado una ampliación en serio de este puente. “Nunca se ha estudiado nada en serio sobre la ampliación. Las posibles opciones no están más que estudiadas”, señala cuando se le comenta que en 2001 el Ministerio de Fomento empezó a considerar seriamente la necesidad de reformar el puente. El propio ministerio aseguró ese año a este periódico que era inminente la redacción de un estudio para analizar las actuaciones de ampliación del puente más viables técnica y presupuestariamente.
Sobre el estrechamiento de carriles sostiene que hacerlo se puede hacer pero la consecuencia es que habría que dejar una velocidad muy lenta de circulación, lo que no mejoraría nada. “Estrechar la anchura de los carriles actuales es un quiero y no puedo. Puedo hacer carriles de 2,5 metros pero eso obliga a una velocidad muy lenta. El tráfico con esas dimensiones no avanza. Si el Centenario ya es un cuello de botella no vamos a reducir aún más la velocidad”.
Añade sobre este punto que la anchura de los carriles está establecida mundialmente entre 3,25 y 3,5 metros, por lo que estrecharlos entra dentro de la decisión de una administración, no de los ingenieros.
La opción de construir un tablero inferior con más carriles tampoco es posible en el Centenario, según Martínez Calzón. “El tablero inferior es más barato pero no se hizo porque iba contra las condiciones del gálibo necesario para el paso del navío buque escuela Juan Sebastián ElCano”, asegura.
estrechar carriles
Quien sí es partidario de estrechar los carriles del Centenario para lograr tres por sentido, aprovechando al máximo el tablero existente, es el ingeniero gallego Carlos Nardiz, que fue decano del Colegio de Ingenieros de Galicia.
Nardiz sostiene que se pueden crear carriles de 3 metros de ancho recuperando la mediana central del Centenario. “Se debería estudiar”, dice el ingeniero, para quien la consecuencia de este estrechamiento sería reducir la velocidad a 70 u 80 kilómetros por hora. Recuerda que hay ejemplos que funcionan: lo hicieron en su día los catalanes en la ronda de Dalt (circunvalación B-20), los gallegos en el paseo marítimo de La Coruña, y en los franceses en el puente colgante de Burdeos.
Nardiz tampoco respalda hacer un tablero bajo el puente “porque plantearía problemas de incorporaciones a los dos tableros y sería una solución bastante inadecuada”.
El ingeniero gallego descarta igualmente ampliar el tablero por fuera de las pilas por considerar que en el puente de Rande de la Ría de Vigo se están dando problemas funcionales, de acceso al tablero principal desde los carriles laterales del puente. Tampoco le gusta esta opción por estética, porque “el puente de Rande ha sido muy transformado”.
Sobre esta cuestión Martínez Calzón sostiene que ese problema se corrige y se debe resolver con ingeniería viaria, que nada tiene que ver con la ampliación del puente.
El puente atirantado iba a ser un túnel
Martínez Calzón asegura que antes de concebir un puente atirantado para cruzar el río Guadalquivir se pensó en hacer un túnel inicialmente. Y respecto a la escasez de sus carriles (dos por sentido más el reversible) que lo hizo pequeño poco después de su estreno, el ingeniero asegura que se hizo con dos carriles porque se proyectó antes de que el Estado comunicara que Sevilla iba a acoger la Expo92.
El puente se bautizó con el nombre del lugar donde está ubicado: el “muelle del Centenario” para conmemorar los 100 años de la Junta de Obras del Puerto de Sevilla (1972).
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