Educación

93 sevillanos buscan la élite deportiva sin dejar la universidad

Jesús Gómez participa en una competición de maratón. Jesús Gómez participa en una competición de maratón.

Jesús Gómez participa en una competición de maratón. / D. S.

“Organización”. Es la base para que Eduardo Escalante, un estudiante de Magisterio de la Universidad de Sevilla (US), pueda compaginar su formación superior con el deporte de alto rendimiento que practica:el triatlón. Su situación es similar a la del centenar de jóvenes que hay en las dos universidades públicas sevillanas, que cuentan con una reserva para los alumnos que reúnen dicho perfil. Para acceder a las carreras que deseen, a diferencia del resto, no han de superar una nota de corte, sino que existe un cupo de plazas para ellos.

Para ser beneficiarios de esta reserva, los aspirantes han de contar con la acreditación de ser deportistas de alto nivel o alto rendimiento. En el primero de los casos, su rendimiento físico y clasificación los sitúa entre los mejores del mundo o de Europa, debido a sus participaciones en competiciones organizadas por las federaciones internacionales reguladoras de cada deporte o por el Comité Olímpico Internacional.

Los de alto rendimiento son profesionales que obtienen resultados de interés deportivo para el equipo nacional en su especialidad. En este caso, no es necesario registrar unos logros determinados en las pruebas internacionales, sino que resulta suficiente con acreditar la participación.

Un estudiante de la UPO en una competición de maratón. Un estudiante de la UPO en una competición de maratón.

Un estudiante de la UPO en una competición de maratón. / D. S.

Ser deportista de alto nivel es una condición otorgada por el Consejo Superior de Deportes (CSD) a propuesta de las federaciones nacionales. Cada año se publica en el BOE un listado con el nombre de quienes poseen esta catalogación y sus renovaciones.

Sin embargo, el título de deportista de alto rendimiento es un certificado que se encargan de emitir las federaciones nacionales. Esta categoría suele estar regulada por muchas comunidades autónomas, que ostenta competencias para otorgar esta consideración en varias prácticas deportivas, como ocurre en Andalucía.

La experiencia previa

Muchos de estos jóvenes han comenzado su carrera deportiva antes de llegar a la universidad, en las enseñanzas medias. A esa edad cuentan con recursos proporcionados por la Consejería de Educación y Deportes, como los centros de excelencia deportiva (Ceeda), de los que hay cinco en toda la región. En Andalucía, este curso, hay 119 jóvenes que compaginan sus estudios en los institutos con el desarrollo deportivo.

En los Ceeda se les ofrece adaptaciones curriculares y tutores académicos que coordinan la enseñanza, los entrenamientos y las competiciones. Sin embargo, cuando acceden a la enseñanza superior, por norma general, esta figura desaparece y se integran como un alumno más en las universidades. Sólo tienen el cupo de reserva. 

Una presencia creciente

Aunque la representación de este colectivo en el total del estudiantado universitario sevillano resulta mínima, su presencia en las instituciones académicas ha aumentado los últimos años. En la Universidad Pablo de Olavide (UPO), por ejemplo, en 2018 había matriculados 14 alumnos en tal situación. En el curso actual son ya casi el doble, 27.

Fuentes de la Olavide explican que en esta institución hay fijado un 5% de reserva de plazas para estudiantes que sean deportistas de alto Rendimiento (DAR) y de alto Nivel (DAN). En el caso de la Facultad de Ciencias del Deporte, en la UPO, este cupo se duplica y llega al 10%, lo que a la postre supone 14 puestos disponibles para este tipo de estudiantes cada curso.

En el resto de grados sólo se guarda el 5%, el mínimo establecido en esta institución académica. En caso de que los puestos no se cubran al completo, las vacantes se integrarán en la oferta general de la universidad. El Distrito Único Andaluz (DUA) se encarga de organizar esta oferta específica para deportistas.

Las carreras con mayor presencia

La carreras que cuentan con mayor presencia de jóvenes que son profesionales deportivos son, en primer lugar y como es lógico, Ciencias del Deporte. Luego se encuentran Derecho, Ciencias Experimentales y, atención, Humanidades. Por tanto, obviando la primera disciplina –entendible por estar estrechamente vinculada con la actividad física–, se deduce que la presencia de este colectivo es transversal y se encuentra tanto en enseñanzas de ciencias como de letras.

Mención aparte requieren los estudios de posgrado, donde también se reserva un 5% de la oferta para alumnos DAR y DAN. La UPO, no obstante, reconoce que en dichas enseñanzas la presencia de estos estudiantes es menor. Dicha circunstancia obedece a que a esa edad se les ha acabado la condición de deportistas de alto rendimiento o alto nivel. En el primer caso dura tres años y en el segundo, cinco.

Ejemplo de los efectos de este condicionante se observa en el máster de Rendimiento y Deportivo que oferta la Olavide. Es el más elegido por los jóvenes que, previamente, han acabado el grado en Ciencias del Deporte. Según fuentes de la institución académica, sólo ha habido cuatro estudiantes DAN en todas sus ediciones. “Algunos son deportistas y otros, entrenadores”, aclaran desde la UPO, que precisan que “normalmente no se cubren las plazas y pasan a la oferta general de posgrado”.

Un cupo del 3% en la US

En la US, el cupo de reserva para los estudiantes DAR y DAN es del 3%, tanto en grado como en máster. Un porcentaje que alcanza el 8% en las titulaciones de Ciencias de la Actividad Física y Deporte y en Fisioterapia. El orden de preferencia a la hora de ocupar la plaza dentro de este margen de reserva será para los deportistas de alto nivel y luego, para los de alto rendimiento. En ambos casos, están exentos de pasar una nota de corte. En caso de que haya excedente de demanda dentro del cupo, las plazas se asignan según los requisitos académicos con los que cuente el aspirante, es decir, las notas de su expediente educativo.

Los mismos porcentajes también se aplican, por ejemplo, en la Universidad de Granada. En la Comunidad de Madrid, el cupo del 8%, además de en los grados mencionados, también rige en el de maestro de Educación Primaria.

En el presente curso hay 66 alumnos que reúnen tales características en la Hispalense. Se trata de los que se han matriculado en los cupos reservados en los grados ofertados por la institución. No se incluyen, por tanto, los másteres.

Un ritmo de incorporación estable

El volumen de incorporación a estas reservas por curso se ha mantenido en niveles estables, al menos, en los últimos cinco ejercicios académicos, según el registro aportado por la Universidad de Sevilla. Así, en el curso 2017/18 eran 16 deportistas los que se acogían a dicho cupo. Un año después fueron 17;al siguiente, 16;en el 2020/21, sólo siete;y en el actual se ha llegado a los 10.

En cuanto al número de carreras en las que se han matriculado, en ninguno de los cursos se han superado las 14, cifra que se alcanzó en el ejercicio 2018/19. La que más ha llegado a tener ha sido Medicina, con cuatro estudiantes que ejercían el deporte de forma profesional. En el presente curso el alumnado DAN y DAR que se ha incorporado a la Hispalense lo ha hecho en las disciplinas de Publicidad y Relaciones Públicas, Odontología, el doble grado de Fisioterapia y Ciencias de la Actividad Física y del Deporte, Psicología, Estudios Franceses, Matemáticas, Ciencias de la Actividad Física y del Deporte, Ingeniería Mecánica, Ingeniería Aeroespacial e Ingeniería de Tecnologías Industriales. Todas ellas sólo cuentan con un estudiante de este cupo.

"El deporte ayuda a llevar los estudios"

“Desde que nací mi vida ha estado ligada al triatlón”. Así explica Eduardo Escalante, un estudiante de Educación Primaria en la Universidad de Sevilla, con 21 años, su relación con este deporte que tantos adeptos ha sumado en España. La vinculación le vino por su padre, que siempre lo practicó. A los 14 años, Eduardo decidió dedicarse plenamente esta disciplina física.

Eduardo Esteban, estudiante de la US que practica el triatlón. Eduardo Esteban, estudiante de la US que practica el triatlón.

Eduardo Esteban, estudiante de la US que practica el triatlón. / Juan Carlos Vázquez

Dicho desarrollo le permitió acceder al grado de Educación Primaria que oferta la US mediante el cupo de reserva para deportistas de alto rendimiento, catalogación que posee. “Mi día a día para compaginar el deporte con la carrera universitaria se basa en la organización. Debo tenerlo todo muy planificado y así aprovechar el tiempo al máximo”, asegura este joven.

De cara al futuro, le gustaría continuar con las dos actividades. “Espero seguir practicando este deporte toda la vida y siempre compaginarlo con mi trabajo y estudios”, confiesa Escalante, que no pierde la ocasión para enviar un consejo a los jóvenes: “Practicar un deporte es, en mi opinión, la mejor manera para estar sanos, tanto físicamente como mentalmente. Y a la hora de llevar los estudios ayuda mucho para despejarse y disfrutar”.

"Cuando tengo competición, falto a clase"

Natural de Castilleja de la Cuesta, Jesús Gómez Villadiego lleva desde los 11 años practicando el atletismo. Ahora tiene 22, pero recuerda perfectamente sus inicios en este deporte, cuando aún se encontraba estudiando la Primaria. Tras pasar más de una década, se encuentra matriculado en el segundo curso del grado de Ciencias de la Actividad Física y del Deporte, una carrera a la que accedió mediante el cupo de deportista de alto rendimiento.

Jesús Gómez, estudiante de la UPO y deportista de alto rendimiento. Jesús Gómez, estudiante de la UPO y deportista de alto rendimiento.

Jesús Gómez, estudiante de la UPO y deportista de alto rendimiento. / D. S.

Esta condición, aunque evidencia los importantes logros conseguidos en dicha actividad, también supone muchas veces tener que acudir a competiciones que, por fechas y horarios, le impiden una buena conciliación con sus estudios. “En cuanto a la compaginación de la universidad y el deporte, normalmente sí puedo coordinarlos bien, pero cuando hay alguna competición internacional que me obliga a salir del país o algún campeonato importante, tengo que faltar a clase esos días”, admite este joven.

Cuando piensa en el futuro, Jesús Gómez lo tiene bastante claro: “Mis objetivos son seguir de manera profesional en el mundo del atletismo y acabar la carrera que estoy estudiando”.

"Con trabajo y constancia, todo se logra"

Nuria Esteban empezó a practicar la gimnasia rítmica con 5 años, una actividad que, ya cumplidos los 18, sigue desarrollando. Natural de Dos Hermanas, se ha matriculado en el grado de Criminología que oferta la US. “Mi nota de corte no era suficiente para acceder, por lo que ser deportista de alto rendimiento me ayudó a conseguir entrar en la primera convocatoria sin ningún problema”, explica esta joven.

Nuria Esteban, gimnasta rítmica que estudia Criminología en la Hispalense. Nuria Esteban, gimnasta rítmica que estudia Criminología en la Hispalense.

Nuria Esteban, gimnasta rítmica que estudia Criminología en la Hispalense. / Juan Carlos Vázquez

Reconoce las dificultades que supone compaginar la actividad académica y la deportiva: “Me resulta bastante difícil, ya que las clases son por las tardes al igual que los entrenamientos, los cuales duran tres horas diarias. Hemos tenido que adaptar algunos horarios para estar todas en ellos”.

Entre sus planes no entra dejar el deporte, ya que la gimnasia rítmica supone para Nuria “un estilo de vida y gran parte de ella”. Una dedicación que le llevó en diciembre a proclamarse, junto a sus compañeras, campeonas de España en la categoría con la que participaron en el campeonato nacional de conjunto celebrado en Pamplona. “Con trabajo y constancia, todo se logra”, asegura.