Dos sevillanos hacia la gélida Antártida
Calle Rioja
Pioneros. En Capitanía se presentó la 26ª Campaña Antártica de las Fuerzas Armadas en la que durante tres meses participan 12 militares y 32 científicos.
Doce militares españoles en el único continente desmilitarizado. Por primera vez se presentó en Sevilla la Campaña Antártica que las Fuerzas Armadas realizan desde que España se sumó en 1982 al Tratado Internacional Antártico suscrito en 1958 por Reino Unido, Francia, Argentina, Chile, Australia, Noruega y Nueva Zelanda.
La expedición a la Antártida la encabeza el comandante sevillano Álvaro Kromer, 41 años, con experiencia en misiones internacionales en Kosovo, Iraq y Kuwait. Le acompañan 11 avezados militares que debieron superar una selección entre 180 candidatos y seis meses de preparación en zonas de montaña y de mar.
Tres meses de misión en los que no verán la noche. Parten el 9 de diciembre a Buenos Aires y en el puerto chileno de Punta Arenas zarparán en el Hespérides, buque oceanográfico de la Armada, en el que atravesarán el mar de Drake y llegarán a la isla Decepción, donde se encuentra la base Gabriel de Castilla. Ayer, en presencia del teniente jefe de la Fuerza Terrestre, general Medina Cebrián, el general de Brigada Martín Bernardi, jefe de la División de Operaciones del Estado Mayor del Ejército, le entregó al comandante Kromer la llave de la Base.
La isla es un volcán que entró en erupción por última vez el 4 de diciembre de 1967 destruyendo dos bases, una chilena y otra inglesa. 32 científicos de diferentes Universidades españolas participan en la misión. En la Isla Decepción hay cuatro tipos de pingüinos y especies como el lobo marino, la foca leopardo o el elefante marino. La comandante Marta Presa, burgalesa, psiquiatra y médico de vuelo con experiencia en once misiones internacionales, realizará un estudio sobre los ritmos de sueño. En la expedición hay cuatro andaluces y militares de otras seis comunidades autónomas.
El comandante Álvaro Kromer es nieto de un relojero alemán de Baden-Baden que se vino a La Carolina. El otro sevillano, el cabo Gregorio Ortín, cocinero, nació en Hottingen, cerca de Düsseldorf, hijo de emigrantes. Le acompaña en la cocina el cabo Navas, manchego de Herencia.
La Antártida como metáfora de la nueva utopía. Un territorio marcado por la congelación indefinida de reclamaciones territoriales y la dedicación exclusiva a la investigación científica. Estos militares mandarán imágenes del invierno austral y harán estudios sobre alimentación de emergencia en clima frío y gestión de residuos. El 8 de marzo estarán de regreso. El comandante llegará a tiempo de celebrar el cumpleaños de su hijo Álvaro y salir de nazareno del Amor el Domingo de Ramos. A más de trece mil kilómetros de distancia. Lleva libros de Shackelton, Scott y Admundsen.
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