Los vecinos alertan del riesgo de atropello en Jesús del Gran Poder

Los vecinos de la calle Jesús del Gran Poder -el tramo comprendido entre Becas y Lumbreras- van a empezar a recoger firmas para protestar por el "serio riesgo" de atropellos de niños y mayores en el tramo situado justo detrás de la comisaría de Policía Nacional de la Alameda. Temen que cualquier día haya una desgracia porque no hay bolardos ni aceras en el lado de las viviendas impares.

Los afectados son los residentes de 71 viviendas repartidas en siete bloques de la calle Jesús del Gran Poder, entre los números 107 al 127, y en otros tres bloques de la barreduela de Juan de Oviedo. Los únicos bolardos que hay se localizan sólo en el lado de los pares, donde están la comisaría y cuatro casas. Los coches pasan a toda velocidad pegados a las fachadas de los edificios. Los residentes tienen que vigilar que no venga ningún vehículo antes de salir a la puerta de acceso a los edificios de las viviendas.

"Tal como está la calle ahora los niños y los mayores corremos el riesgo de que nos pille un coche o una moto. Nos han puesto los bolardos al revés, pegados a la comisaría, mientras donde estamos las personas nos han dejado el peligro de los vehículos", se quejaba ayer José Corsino, presidente de la comunidad de propietarios del 125 de Jesús del Gran Poder.

El objetivo de los vecinos es que por seguridad para la comisaría y para los vecinos se suprima definitivamente el paso de coches por este tramo de calle y que se desvíe el tráfico por la calle Becas hasta Lumbreras, un plan que llegó a plantearse en su día.

Los residentes se preguntan por qué el Ayuntamiento de PSOE e IU no peatonalizó este tramo y, sin embargo, sí se aisló del tráfico el final de Jesús del Gran Poder que va de Lumbreras a Estrellita de Castro. Se preguntan también por qué no se aplicó la regla que sucede en cualquier calle trasera a una comisaría policial. Mientras se busca una solución piden que se corrija la deficiente colocación de bolardos.

El cambio a peor de este tramo se produjo tras la reurbanización a principios de año con fondos estatales del Plan 5.000 y bajo la responsabilidad de la delegación de Movilidad que dirigía el socialista Francisco Fernández. El distrito centro que dirigía IU planteó peatonalizar la calle.

Fuentes de la Policía Nacional explicaron ayer que la decisión de colocar los bolardos en el perímetro de la comisaría fue exclusivamente municipal porque la propuesta policial se resumió en pedir una zona de seguridad para evitar el aparcamiento de coches junto a la fachada. Lo normal es que la calle hubiera quedado sin tráfico, como sucede en otras zonas, pero Movilidad decidió lo contrario.

Los agentes se quejan de que los bolardos no dan seguridad porque dejan huecos para la entrada de garajes de los bloques que admiten el aparcamiento ilegal y la Policía tiene que estar siempre desalojando vehículos mal aparcados.

Este verano varios vecinos acudieron al distrito para quejarse y éste se comprometió a tramitar cualquier queja. En declaraciones a este periódico, la responsable del distrito centro Amidea Navarro (PP) aseguró que "se está estudiando una solución para acabar con el problema de tráfico de esta calle", un tema que la concejal conoce bien de su etapa en la oposición. "La solución que se está barajando es mejorar la colocación de los bolardos", aseguró la edil.