Las 143 víctimas por ordenador

La Unidad Militar de Emergencias (UME) utiliza un programa informático que calcula que un terremoto como el simulado estos días tendría 143 muertos, 800 heridos y 12.500 desplazados.

Foto: ANTONIO PIZARRO
Foto: ANTONIO PIZARRO
Fernando Pérez Ávila

06 de abril 2016 - 14:27

La primera impresión que uno tiene al llegar a la base del Copero en el día central del ejercicio Sur 16, en el que se simula un gran terremoto, es de bastante desorden. Un soldado pide a los periodistas que esperen porque no hay nadie libre que los lleve al centro de operaciones y no puede dejar que un par de reporteros se adentren por su cuenta en la base. Un cuarto de hora después, llega una chica y dirige a la prensa hasta el lugar en el que se han instalado los puestos de mando, donde se coordinan todos los ejercicios de este gran simulacro.

Antes de entrar, otro militar pide acreditaciones. "Nadie nos ha dado nada, sólo han mirado nuestros nombres en una carpeta", dicen los periodistas. "Pues tienen ustedes que dirigirse a esa tienda de color rojo y recoger sus acreditaciones. Háganlo antes que nada". "¿Y cómo pensaba que tuviéramos las credenciales si no hemos llegado al lugar en el que hay que recogerlas?", le pregunta uno de los redactores a un fotógrafo, que se encoge de hombros.

Tres pasos más adelante, los reporteros son abordados por el personal de prensa de las distintas administraciones, que les pregunta que cómo llegan tan tarde y que dónde estaban. "Pues llevamos un cuarto de hora en la puerta... Y ahora nos han dicho que tenemos que recoger nuestras acreditaciones". "Da igual, pueden pasar, yo respondo por ustedes", tercia un mando de la Unidad Militar de Emergencias (UME), que introduce a toda prisa a los periodistas en el centro de operaciones, para que puedan tomar unas fotografías antes de que lleguen las autoridades.

Y así, con las acreditaciones en un cajón, comenzó el tercer día de simulacros del Sur 16, al que asistieron el alcalde, Juan Espadas; el delegado del Gobierno en Andalucía, Antonio Sanz; y el jefe del Estado Mayor de la Defensa (Jemad), Fernando García Sánchez, además de otras decenas de personalidades y de representantes de ejércitos de distintos países y de cuerpos de bomberos de toda España.

La situación que se simulaba ayer es ya bastante grave. Una nueva réplica ha obligado a activar el nivel 3 de alerta por riesgo sísmico, que nunca se había puesto en marcha antes en Andalucía. Este nivel 3 obliga a la Junta a ceder el mando de las operaciones al Gobierno central y, en concreto, a la Unidad Militar de Emergencias. El terremoto lleva ya 143 víctimas mortales (todas falsas, que no se alarme nadie), más de 800 heridos, de los que 352 están en estado grave y 12.500 desplazados, según explicó el teniente coronel Arroyo, de la UME.

¿Y estas cifras quién las decide, si en realidad la Tierra no ha temblado lo más mínimo? Pues un programa informático que establece que, por la intensidad del falso seísmo, la profundidad del epicentro, la humedad de la tierra, la población de Sevilla y los años de construcción de los edificios de la ciudad, si se diera un terremoto de 6,1 en la escala Richter y una réplica de 5,7, como el que se ha simulado estos días, ese sería el balance de víctimas.

"Un balance positivo y unos daños aceptables", en palabras del director del jefe de Protección Civil y del 112, Antonio Pajuelo, que admitió que hubo cierta "tensión" en el relevo del mando operativo de la Junta al Estado durante la tarde del martes. En este cambio de fase ha jugado un papel fundamental la tecnología, dice Pajuelo. "Antes las comunicaciones eran por radio, todos hablaban con todos y era un poco como un gallinero", explica. "Ahora es todo vía intranet, no hace falta hablar para que la información viaje de una persona a otra".

Tras la visita al centro de mando, los dos escenarios previstos para la mañana de ayer eran el río Guadalquivir y, como el día anterior, el antiguo cuartel de Caballería en la avenida de Jerez, el Alfonso XIII. En el primero de los escenarios se simuló un episodio de contaminación química, con el incendio de unos tanques que contenían sustancias tóxicas. Mientras el Ejército montaba guardia para que nadie pudiera acceder a la zona contaminada, los Bomberos apagaban el incendio. Al otro lado, en el río, se simuló el hundimiento de un barco, con un helicóptero señalando la posición desde el aire y unos buzos rescatando a la tripulación de la embarcación. En la orilla permanecían los hospitales de campaña montados por el 061.

La jornada prosiguió con más ejercicios de rescate de personas atrapadas en el acuartelamiento de Alfonso XIII y, por la tarde, con las primeras prácticas de este tipo para invidentes, que tuvieron lugar en la Fundación ONCE. Acababa así un nuevo día del simulacro, en el que participan casi 4.000 personas.

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