Demtrio Pérez

"He visitado todos los pueblos de Sevilla, menos Marinaleda"

  • El político hace balance de la legislatura negando el trato de favor a alcaldes del PSOE y destacando la ordenación urbanística y el gasto en educación como hitos

-Los dos años de retraso del Metro no le han permitido estar en su inauguración como delegado.

-Seguro que estaré en ella a final de 2008. Será el arranque definitivo del gran cambio que se está dando Sevilla y su área. La obra pública depende de decisiones técnicas.

-¿Le frustra que tampoco esté el Cercanías del Aljarafe? La ministra lo prometió para este mandato.

-Una obra de calado necesita de una decisión política; del proyecto; de la búsqueda de suelo, en lo que se está ahora; de la licitación y construcción. Los mandatos se quedan cortos para verlas terminadas. No hay frustración, ni desconfianza en la ministra, que sacó del cajón la SE-40 y la puso en carga.

-¿Y por qué se vende la piel de oso antes de cazarlo?

-Yo prefiero trabajar callado, pero hay una dinámica endiablada que obliga al anuncio público y sálvese quien pueda. No obstante, la realidad metropolitana será distinta en 2013, cuando esté ejecutado el Plan de Transportes, que va a misa.

-Estos años sí que han marcado un cambio en el urbanismo ¿El POTA y el Potau pondrán orden?

-Los criterios claves de las normas impulsadas por el Gobierno socialista son que hay que crecer de forma sostenible y que la vivienda no puede seguir como iba. Los límites del POTA han hecho que los municipios vean con una perspectiva más ordenada su crecimiento, pensando en los ciudadanos, que ya se lo piden. Ha sido un punto de inflexión.

-¿No llega tarde y bruscamente?

-Las decisiones se toman cuando hay que tomarlas. Lo importante es la pedagogía, que se entienda que las medidas no iban contra nadie. La autoridad en materia de ordenación del suelo la tenían los promotores y se ha dado un giro para que el ritmo y las prioridades los marquen las corporaciones, pensando en qué tipo de ciudad quieren.

-Pero el POTA ya se ha cambiado.

-Se tomó una decisión dura y luego nos hemos acercado a las posiciones de los ayuntamientos, por el talante dialogante del Gobierno. Hemos mejorado los criterios del POTA en VPO, que será la estrella de la próxima legislatura, y en suelo productivo. Pero su espíritu está intacto: un desarrollo equilibrado.

-¿Le piden auxilio municipios sin dinero por el parón urbanístico?

-Muchos tomaron nota hace un año cuando empezamos a hablar de cambios. Algunos han resuelto bien los compromisos que tenían por convenios urbanísticos, a otros los hemos ayudado a buscar fórmulas. Los alcaldes siempre piden ayuda porque es su deber, desde la cooperación institucional. Hemos dado subvenciones directas por 80 millones, 63 son fondos de nivelación, dinero no condicionado. Ha habido cierta intranquilidad, pero las cosas ya tienen otro color.

-¿Qué le dice a los espartineros que ven los carteles del Ayuntamiento culpando a la Junta y al POTA de que tengan peores servicios?

-Un pueblo que tenga problemas de liquidez y lo achaque al urbanismo es mal ejemplo. La mayoría pasa aprietos porque da más servicios de los que le corresponde. Otros han crecido y no tienen problemas, como Dos Hermanas y Alcalá. El pequeño también puede hacerlo. El urbanismo no puede ser lo principal en la gestión de un ayuntamiento. Espartinas tiene un modelo urbanístico que respeto pero no comparto y lo que hace es usar dinero público para hacer política. Hay otras formas de resolver discrepancias.

-Después del pasado mandato de las caracolas tuvieron que aumentar la inversión en colegios.

-El plan Mejor Escuela ha tenido una repercusión enorme, junto a la apuesta por centros bilingües, TIC y planes de apertura para conciliar vida laboral y familiar. Hemos invertido 307 millones en Sevilla, en 51 nuevos centros, 91 ampliaciones y en mejoras en otros 400. Se ha recompuesto la realidad educativa y si hubo años en los padres llevaban razón, hoy nos presentamos con los deberes hechos, aunque siempre falten cosas.

-¿Diría lo mismo de la sanidad?

-No es verdad que haya un estancamiento. La red de hospitales que se concentraba en la capital se está repartiendo. Los centros de alta resolución de Utrera y Constantina ya dan servicios de excelencia: el vecino llega, se le hacen pruebas y se lleva su diagnóstico sin desplazarse. Tampoco se han abandonado otros territorios. Desde 2007 el hospital de Écija está en la red andaluza y se redacta el proyecto para el nuevo edificio. Morón entró este año y va a tener un Chare con 22 camas. El reto es que haya un nivel básico de asistencia, otro especializado por zonas y que no se tenga que ir siempre a grandes hospitales. Vamos a seguir implementando esta red, como refleja el presupuesto de 2008.

-Evitar ir a Valme es lo que quiere Morón desde hace 20 años y reclama un hospital, no un Chare.

-En Morón ha habido hospital. Malo y antiguo, pero hospital. Utrera nunca ha tenido. Con las cosas importantes no debe hacerse alarmismo porque generan expectativas y luchas fraticidas. Igual que hicimos el hospital de Osuna se podría haber hecho en Morón. Quizá la falta de consenso lo impidió. El hospital de Morón ha servido para hacer política. En cuando al Chare, hay que explicar que para una operación de riesgo hay que tener condiciones técnicas y facultativas que están los hospitales de Sevilla y son complejas en los centros de referencia. Cada uno tiene su papel. El diseño lo han hecho profesionales.

-Sevilla sigue a la cola del empleo.

-Partíamos de una situación peor, pero hemos crecido más de la media andaluza y española y creado más empleo. Empezamos la legislatura con el problema de Astilleros, que está haciendo barcos. La Junta ha apoyado 2.123 proyectos empresariales con 141 millones y no hay proyecto importante donde no esté. He visitado todos los pueblos de Sevilla, menos Marinaleda.

-¿Por qué?

-El alcalde no me ha invitado, no me ha dejado entrar. Me llevo bien con Juan Manuel Sánchez Gordillo (IU), pero le gusta acotar su espacio, aunque Marinaleda sin la Diputación y la Junta no es nada. No gobernamos para los alcaldes, sino para los ciudadanos.

-Otros alcaldes no socialistas se sienten maltratados por la Junta.

-La Junta colabora con todos, con un criterio de lealtad y cooperación, cosa que no pueden decir otros. No hay un tratamiento especial para los alcaldes del PSOE, aunque el diálogo es más ameno porque compartimos ideas. Soy celoso en esto y ahí está la tabla del reparto del dinero gestionado.

-¿Cuáles son sus planes para después de las elecciones y el próximo congreso del PSOE de Sevilla?

-No hago más planes que de hoy al domingo, que hay elecciones. Soy un hombre del PSOE. Tengo la obligación de cumplir con mi papel institucional. Del congreso no hablaré hasta la Feria de Abril.

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