Los voluntarios ante el coronavirus: "Vemos la cara más dura de la crisis"

Los miembros de la ONG SOS Ayuda Sin Fronteras se dedican a distribuir alimentos, recoger tela para hacer mascarillas y cuidar a ancianos

Última hora del coronavirus en Sevilla

Banco de alimentos continúa su importante labor. Coronavirus
Los voluntarios de SOS Ayuda Sin Fronteras recogen comida del Banco de Alimentos. / José Angel García

29 de marzo 2020 - 05:18

Rafael Sánchez es voluntario de la ONG SOS Ayuda Sin Fronteras. Se encarga, entre otras cosas, de visitar a ancianos que estos días no pueden acudir a los centros de estancia diurna. Les lleva medicamentos, les compra comida, les atiende. Hay ancianos que no pueden salir, algunos que sus hijos viven lejos de Sevilla, otros que tienen problemas de movilidad y viven en bloques sin ascensor... La casuística es infinita. Incluso los hay que no comen por no moverse. El simple hecho de que alguien los visite y le lleve la comida es, en este periodo de cuarentena, casi una heroicidad. “Estamos viendo la cara más dura de la crisis, de lo que está suponiendo esto”, cuenta el voluntario.

La ONG no sólo hace eso, se dedica a hacer portes de todo lo que surge. Esta semana acudieron al Banco de Alimentos a recoger comida para llevarla a la Fundación Atenea, que se encarga del reparto de víveres en el Polígono Sur. Allí estuvieron a punto de que les robaran un carro, aunque iban escoltados por un patrullero de la Policía Nacional camuflado y los asaltantes se retiraron al intuir la presencia de los agentes. Este periódico contacta con Rafael Sánchez cuando se dirige a Matalascañas, a recoger el excedente de tela de un empresario para llevárselo después a unas costureras que les están fabricando mascarillas.

Isabel Mariscal, atendida por tres voluntarios de SOS Ayuda Sin Fronteras.
Isabel Mariscal, atendida por tres voluntarios de SOS Ayuda Sin Fronteras. / M. G.

Y el drama, dice, es que han tenido que darles mascarillas a los agentes de las Fuerzas de Seguridad durante estos días. “Muchos no tienen, van desprovistos”. También tienen gente fabricando máscaras protectoras con impresoras 3D y llevando material de un lado a otro. Uno de los dos vehículos se les ha averiado y han tenido que recurrir a una vieja furgoneta de un colaborador. “Tiene mil años, pero anda. La ventaja que tenemos es que podemos movernos y esa libertad de movimientos nos permite servir de mucha ayuda”, explica Sánchez.

SOS Ayuda Sin Fronteras es una ONG en la que se integran numerosos policías, bomberos y personal sanitario. Son, por tanto, conocedores de primera mano de la situación. El Polígono Sur lo han pisado este mes varias veces. “El problema allí es que la mayoría de la gente se dedica a la venta ambulante. Y, como los mercadillos están prohibidos, no tienen ni para comer. La ayuda es vital”.

Distribución de comida.
Distribución de comida. / José Angel García

El presidente de SOS Ayuda Sin Fronteras es Javier Rivas, un bombero de Sevilla que estos días está firmando acuerdos de todo tipo. Con el Colegio de Farmacéuticos para que sean los voluntarios de la ONG los que puedan ir a comprar medicamentos y llevárselos a las personas mayores, para que así ellas no tengan que salir de casa. Otro convenio es con los Bomberos del Ayuntamiento de Sevilla, para utilizar las dependencias del parque del Polígono Sur como almacén. Son entre 30 y 40 voluntarios que cada mañana se dejan el alma en unas calles vacías. “La gente se está volcando. Estamos a tope”.

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