La persona más feliz en el vuelo de la expedición sevillista a Luxemburgo era José María Amo, uno de los capitanes del Sevilla Atlético. Había que estar ahí para aprovechar una oportunidad y le ha llegado por las circunstancias de la primera plantilla, cierto, pero también por su concienzudo trabajo. Y por su tesón para sobreponerse a las adversidades: el joven central de 21 años tuvo que hacer frente a una rotura de ligamentos cruzados en abril de 2016 y a una recaída en diciembre de 2017.

Antes de lidiar ese cárdeno toro con una musculatura aún muy tierna, Amo describió ya una sólida progresión que lo llevó a ser internacional en todas las categorías inferiores. Y tan airoso ha salido del peligroso lance, que Luis de la Fuente lo ha vuelto a poner en órbita dentro de la pujante selección sub 21.

“Pienso en todo lo que he sufrido, en el trabajo que he hecho para estar aquí. Pienso en mi familia, que es quien lo sufrió conmigo... No me esperaba estar en esta lista”, confesaba el chaval, quien aspira incluso a ser titular hoy, junto a Sergi Gómez, si Lopetegui le da descanso a Diego Carlos.

No es muy alto, 1,81 metros, pero sí fuerte, con muy buena salida del balón, desplazamiento en largo y cierta capacidad para salir conduciendo la pelota pese a no ser muy rápido. Juega con la misma cabeza alta con la que monta a caballo: Amo, natural de Las Pajanosas, pertenece a la quinta generación de mayorales de reses bravas. Quizás por su reconocido buen manejo del capote y la muleta, supo lidiar ese toro cárdeno que lo cogió por la rodilla...