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Domingo Muñoz, el rostro de la fidelidad sevillista durante 75 años

Domingo Muñoz muestra la camiseta con el dorsal 1 que le regaló el Sevilla durante la pandemia.

Domingo Muñoz muestra la camiseta con el dorsal 1 que le regaló el Sevilla durante la pandemia. / M. G.

Domingo Muñoz González (Sevilla, 21-05-1930) acaba de cumplir 92 años y es el socio número 1 del Sevilla. "Y el hermano número 1 de La Lanzada", recuerda de inmediato. El color encarnado le da vida. Hoy será el foco principal de la reedición del acto Fieles de Nervión, que se recupera después de dos años inédito por la pandemia. "Claro que iré, será un orgullo".

Está citado junto a otros 4.300 sevillistas que han confirmado su presencia de entre los 6.000 que llevan más de 25 años como socios ininterrumpidamente. Un total de 1.900 serán homenajeados por haber cumplido desde 2019, la última edición, las bodas de plata, de oro... o de platino. El único que puede presumir de cumplir este año 75 años de socio es Domingo Muñoz. "Yo no tengo títulos", dice este sevillista que ya acude al estadio con cuentagotas. La última vez fue el 4 de diciembre pasado, Sevilla-Villarreal, 1-0, gol de Ocampos. Pero vaya si tiene títulos. Poco a poco van surgiendo en su relato… "Mi único título es ser el número 1 del Sevilla y de La Lanzada. El otro día me dieron un cuadro muy bonito en la Tertulia de José Ramón Cisneros, como sevillista ejemplar. Y también soy socio honorario de la Peña Sevillista de los Remedios".

El socio número 1 posa con la UEFA Europa League. El socio número 1 posa con la UEFA Europa League.

El socio número 1 posa con la UEFA Europa League.

Enseguida surgen los recuerdos, muchos de los cuales guarda en formato sepia. "Tengo un recorte de la primera vez que hubo elecciones a la presidencia del Sevilla, en la secretaría del club, que entonces estaba en la calle Sierpes, frente al Mercantil, en el número 50. La casa sigue igual". "Tengo otro recorte de periódico en el que aparezco con el que entonces era el socio número 1 Antonio Delgado Roig. Y yo aparezco al lado. ‘Cuándo llegaré yo al número 1...’, pensaba. Y aquí estoy, con 92 años y muy orgulloso". A Domingo lo hizo socio su hermano, fallecido a los 102 años el pasado 2 de mayo. "Cuando tenía 16 años, mi hermano Pedro (hermano número 1 de la Macarena y de la Lanzada hasta que falleció) y Manolo Ochoa me apuntaron. Aquella directiva se reunía en la cafetería Ochoa y allí me hicieron socio supernumerario, por 50 pesetas". Era el año 1947.

"En Nervión vi a la mejor delantera de la historia. Te recito el equipo sin papeles delante: Busto; Joaquín, Villalonga; Alconero, Félix, Mateo, el de Algeciras, no el que vino del Madrid; López, Pepillo, el viejo, Campanal el Gordo, Raimundo y Berrocal", recita.

"Yo he sido un sevillista fiel, pasara lo que pasase. Estuve tres años sin ir al estadio por las rodillas. Ahora tengo que ir a la hora de los niños. Iba a ir también al último partido de Liga, era a las 18:30. Pero luego lo pusieron a las diez de la noche…", se queja Domingo.

"Me acuerdo de muchas cosas. Una vez hubo una tormenta tremenda y salimos todos corriendo de Nervión, el día que se mató el hombre que ponía los números en el marcador de madera. Se cayó y murió, según nos enteramos luego", cuenta de aquel día que, siendo adolescente, probó el coñac, contra el frío y la lluvia. "Y la vez que viajamos a Lisboa, en un coche con Serrano padre, el periodista, para ver la vuelta del partido de Copa de Europa con el Benfica. Allí empatamos (0-0), en Nervión habíamos ganado (3-1). Fue el primer partido europeo del Sevilla. Jugaban Busto, Campanal II, Valero, Ruiz Sosa, Antoniet, Pepe Herrera, el de Coria...". Eso fue en septiembre de 1957.

Luego llegarían los años duros. "También recuerdo viajar con el Sevilla en Segunda División, a Valdepeñas". "Yo me quedo con el Sevilla Fútbol Club. Ha habido momentos buenos, momentos malos… Y cuando son los momentos malos es cuando hay que estar con el Sevilla", exhorta. Hoy el Sevilla premia su fidelidad a prueba de largos viajes en coches y carreteras de los años 50, partidos bajo la lluvia o incómodos traslados para ver a su equipo, en Segunda División o a la hora de los niños ya nonagenario y con la ayuda de la muleta.

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