Sevilla FC

En-Nesyri y el tremendo goce de ganar sin padecer

  • El Sevilla juega un partido perfecto en todos los sentidos para superar el orden del Cádiz y el marroquí le pone la firma a la goleada con sus tres tantos

  • Los sevillistas siempre dominaron la situación con solvencia

En-Nesyri se eleva majestuoso por encima de Alcalá para anotar el tercer gol.

En-Nesyri se eleva majestuoso por encima de Alcalá para anotar el tercer gol. / Antonio Pizarro

Feliz descubrimiento, el Sevilla de Julen Lopetegui también sabe vivir con tranquilidad en un partido de fútbol. Comandados por un En-Nesyri tocado con la varita mágica de los goleadores, los sevillistas se impusieron de cabo a rabo al Cádiz para gozar de la tarde más plácida con algo en juego desde que arrancara el curso allá por septiembre. El balón fue monopolizado por los hombres que vestían de blanco y a partir de ahí el edificio no podía estar mejor construido para la exhibición protagonizada por la escuadra ordenada por el entrenador vasco y su cuerpo técnico.

En esa velada tan placentera, el nombre propio, lógicamente, respondía por Youssef En-Nesyri. El marroquí no para de crecer en la faceta de más valor dentro de un campo de fútbol, es decir, en la goleadora y ya se ha convertido en el futbolista que más veces perfora las porterías contrarias en la Liga española. Esto no es ninguna casualidad porque el nivel del jugador criado en la cantera del Málaga se multiplica de manera exponencial cada vez que juega un partido de fútbol y ni siquiera es extraño que haya sumado sendos 'hat tricks' en sus dos últimas comparecencias en Nervión, contra la Real Sociedad y ahora frente al Cádiz.

Todas las cosas en el fútbol tienen su porqué y cuentan quienes tienen el privilegio de poder seguir los entrenamientos de este Sevilla por parte de Lopetegui y su cuerpo técnico que el trabajo adicional para En-Nesyri ha sido arduo para que éste vaya mejorando la suerte de la definición. Se prepara en situaciones muy cercanas a los partidos reales por mucho que en las sesiones preparatorias las pulsaciones jamás puedan ser las mismas que cuando tienes enfrente a rivales litigando por los tres puntos. Pero era una evidencia la mejoría del delantero marroquí en esa faceta y lo que está haciendo es, simplemente, recoger los frutos a ese empeño en mejorar en su punto más débil.

En-Nesyri es otro en dos facetas fundamentales para el delantero: la definición y la intuición

Ya se ha resaltado varias veces en estas crónicas de los hechos que En-Nesyri no tenía nada que ver con el que se plantó solo delante de Neuer y rompió a llorar cuando acabó aquella Supercopa por la impotencia de su error. Desde entonces, es otro futbolista en dos facetas trascendentales para un delantero. Una, ya reseñada, es la definición, muy importante, como se vio en el uno a cero y, sobre todo, en el tanto anulado, hubiera sido el cuarto, por un fuera de juego milimétrico. La otra, tan importante como la primera, es la intuición dentro del área para saber dónde va a caer el balón para anotar. Así llegaron goles como el de Huesca y otros trascendentales y en esta ocasión se les pueden añadir los tres al Cádiz, porque, sobre todo, tuvieron la virtud de saber estar en el sitio justo.

Pero sería tremendamente injusto centrarlo todo exclusivamente en la figura de En-Nesyri por mucho que el marroquí fuera una figura principalísima en la goleada del Sevilla a este Cádiz que llegaba acaparando piropos de todos. También tuvo mucho que ver la manera en la que Lopetegui diseñó la estrategia junto con su cuerpo técnico. Ya advertía el vasco que los amarillos saben convivir perfectamente con el hecho de no tener el balón casi nunca. ¿Cuál era la cuestión, por tanto? Muy sencillo, un compendio de paciencia, paciencia y paciencia para no regalar el esférico y saber esperar al momento justo, que ya llegaría, claro que acabaría cayendo por su propio peso.

El Sevilla, con Óliver Torres por Joan Jordán en su once inicial, fue un compendio de paciencia, paciencia y paciencia

El Sevilla, con Óliver Torres por Joan Jordán como novedad principal en un equipo inicial en el que repetía Sergi Gómez como sustituto de Diego Carlos, salió con la idea de no hacer ni una sola concesión por mucho que en los primeros minutos pareció que iba a ser justo lo contrario. Los chillidos de Lopetegui desde la banda eran constantes y los oídos martilleados de los suyos debieron comprender cuál era la situación y por dónde debían transitar.

La manera de percutir no tenía nada que ver con esa imitación al balonmano de otras tardes, al menos se buscaba más al pivote si se abunda en ese símil y los blancos intentaban más la percusión por dentro por mucho que la primera llegada fuera en un pase atrás de Jesús Navas para Ocampos que se fue alto en el remate del argentino.

La segunda ya mostraba el camino y era una pared entre En-Nesyri y Suso para crear una superioridad por dentro y que sólo un tropezón del marroquí impidió que éste pudiera rematar a la primera para colocar el primer gol. Pero no pasaba nada, el Sevilla seguía a lo suyo, buscaba sus opciones y trataba de hallar el momento justo.

Pasada la media hora, justo después de que Koundé rematara absolutamente en solitario un centro de Suso tras un saque de esquina, llegaría la opción de establecer el principio del fin. Suso se mete hacia dentro en sus caracoleos y lanza un certero disparo al poste con Ledesma ya superado, la pelota le cae a En-Nesyri, que se ha adelantado al central y éste no se lo piensa para nada, golpeo a la primera y el balón ya estaba en la red.

El perfecto cabezazo de En-Nesyri con la visión mermada en un ojo fue ya casi definitivo

Aquí se soltó definitivamente el Sevilla y no tardaría en dar el golpe ya casi definitivo. Una falta lateral, con En-Nesyri con el ojo sin visión, según confesaría él mismo, y el marroquí demuestra su progresión en la intuición. Sabe buscar el sitio justo en el centro tenso de Suso para colocar el dos a cero de cabeza.

Demasiado castigo ya para un Cádiz que lo basa todo en saber esperar y no en buscar al contrario. El Sevilla iba a tener una segunda mitad de lo más cómoda y más aún cuando En-Nesyri le daba una lección de salto a Alcalá en un error del joven Marc Baró y colocaba el tres a cero. Ojo, un minuto antes el propio delantero se había pegado un carrerón hacia atrás para ayudar a Jesús Navas por la banda derecha y dos minutos después repetía para anotar el cuatro a cero, pero el VAR corroboró el fuera de juego por un pelo.

En-Nesyri era omnipresente, estaba en todos lados, pero no sólo el marroquí supo interpretar el guion, todo el Sevilla de Lopetegui demostró que también sabe ganar con comodidad. Mucho mejor, no saben los profesionales cómo lo agradecen sus fieles.

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