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Sergio Ramos quiere elevar su protagonismo en el Sevilla

Sergio Ramos sonríe a cámara desde el banquillo del Sevilla.

Sergio Ramos sonríe a cámara desde el banquillo del Sevilla. / AFP7

Este sábado Sergio Ramos vivirá uno de los partidos más especiales de su profusa carrera futbolística. Tras su fichaje por el Sevilla el pasado mes de septiembre cumpliendo uno de sus sueños de los últimos años, el estadio Ramón Sánchez Pizjuán será escenario de uno de sus partidos más esperados. Lógicamente el momento que más anhela será su vuelta al Santiago Bernabéu tras defender durante 16 temporadas la camiseta del Real Madrid. Eso será más adelante. De momento, esta semana el veterano defensa internacional vivirá un momento importante al ser la primera vez que se enfrenta a su ex equipo 18 años después, defendiendo en esta ocasión el escudo del club con el que dio el salto a la élite.

Será además en el debut de Diego Alonso como entrenador del Sevilla tras la destitución, justo al empezar el parón, de José Luis Mendilibar. Sergio Ramos, además, debe volver a la titularidad tras haber permanecido en el banquillo en el último encuentro de los suyos, el empate 2-2 frente al Rayo Vallecano que provocó la destitución del entrenador vasco pese a la meritoria reacción que el equipo tuvo tras una nefasta primera parte. Mendilibar fue muy criticado por los cambios, por sacar entonces a Fernando antes del descanso. Y el resultado, más allá del cabreo escenificado del brasileño, dio sus frutos, pues el Sevilla mejoró, logró empatar un 0-2 y estuvo cerca de remontar el partido. Pese a ello, el de Zaldívar está ya en su tierra y se prepara para hacer su presentación en Europa un completo desconocido, Diego Alonso.

Se intuye titular

Sergio Ramos, junto al francés Badé, se perfila como líder de la zaga en el primer once de Diego Alonso. Sin duda alguna, el hecho de que Nemanja Gudelj haya disputado con Serbia dos partidos como titular hace que el ex madridista sea uno de los favoritos para entrar de inicio en la primera alineación titular con la firma del preparador uruguayo.

El camero sólo ha disputado dos encuentros ante el Real Madrid en su carrera, los dos con la camiseta de Sevilla antes de emprender su exitosa carrera en el club capitalino. Pero eso fue hace muchísimo tiempo. Dieciocho años, de hecho. En la temporada 04-05 Sergio Ramos estuvo presente en la penúltima victoria del Sevilla como visitante en el Bernabéu en la Liga (la última fue con Jiménez unos años más tarde y poco antes llegó el 3-5 en la Supercopa de España). Pero aquel 0-1 con gol de Baptista en diciembre de 2004 fue el penúltimo asalto sevillista a Chamartín.

En esa misma temporada, en la segunda vuelta liguera Sergio Ramos incluso anotó un gol de falta en el Ramón Sánchez-Pizjuán en el 2-2 que se registró en la trigésima sexta jornada entre nervionenses y merengues. Anótó el camero el 1-0, empató Javi Navarro en propia puerta, remontó Zidane y Baptista, de nuevo, hizo el empate final en el minuto 89.

Demostrar liderazgo

En su regreso a Sevilla, Sergio Ramos ansía tener al fin un partido en el que poder demostrar su liderazgo con hechos y no con palabras. Hasta el momento, todo se ha quedado en tomar la palabra en el vestuario ante los compañeros a modo de un capitán que no es y cuatro actuaciones correctas pero discretas, sin ese aura de estrella que el sevillismo, o parte de éste, esperaba. De hecho, Mendilibar lo relegó al banquillo en no pocos partidos, lo que no le gustó nada aunque no le quedó otra que aceptarlo.

El ex madridista, que sí dio una asistencia en Eindhoven ante el PSV, necesita un golpe de efecto ante la afición. Poder celebrar un gol, ser protagonista directo en un triunfo... es su gran deseo ahora mismo. Hacerlo ante su ex equipo, con cuentas pendientes con Florentino Pérez desde su marcha, le haría el hombre más feliz, toda vez que su objetivo de deja su impronta en el paso por Barcelona en el duelo ante el equipo azulgrana, su gran rival durante tantos años, no salió como pretendía.

El veterano internacional lleva tiempo confesando a sus íntimos que tiene marcado en rojo el partido ante el Real Madrid. Por ello, la destitución de Mendilibar ha sido una liberación para sus intereses. Con el vasco jugó cuatro partidos y se perdió tres. Y ya sabemos que salió demasiado en la foto de los goles encajados por los blancos. Hizo la falta del empate del Lens (gol en el que también colaboró Dmitrovic), se metió el gol en propia puerta de la derrota en Barcelona y en Países Bajos cometió un penalti y protagonizó una falta quizá innecesaria en el descuento que costaron dos goles.

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