Sevilla FC

Otro apunte al debate: juego al pie y delanteros para el espacio

Lopetegui da instrucciones a Gudelj para rearmar al equipo tras la lesión de Montiel.

Lopetegui da instrucciones a Gudelj para rearmar al equipo tras la lesión de Montiel. / Jesús Diges / Efe

Dicen de Otto von Bismarck, el Canciller de Hierro, que confesó su admiración por España de forma aguda. "Es una gran nación, la admiro, ni siquiera ustedes son capaces de destruirla", le dijo al embajador español. Al fútbol le ocurre algo así. Es un deporte de masas porque tiene esa capacidad de sobrevivir en las malas como en las buenas. ¿Que no hay divertimento? Pues debate, que puede ser hasta más divertido. Antes de la era dorada del Sevilla del siglo XXI, el sevillismo realizó su travesía del desierto –del título de la Copa en 1948 al título de la UEFA en 2006– agarrándose a esa peculiar forma de discutirlo todo, sin llegar nunca a la autodestrucción. Y eso no va a cambiar aunque el equipo sea el segundo de la Liga.

Las altísimas expectativas que ha levantado la fortísima apuesta del comité ejecutivo sevillista para la segunda vuelta, fichando a Tecatito Corona y a Martial y manteniendo a Diego Carlos, han dejado una enorme decepción en su primera puesta en escena. El nuevo horizonte de febrero, con el regreso de los marroquíes, la recuperación de lesionados y el debut de Martial, tenía su primera prueba en El Sadar. Y eso, unido a la lucha ya abierta por cazar al Real Madrid, se convirtió en exponente multiplicador de la expectación y, por consiguiente, de la frustración ante otro partido típico del Sevilla, con la diferencia de que esta vez no entró el golito, pese a esa ocasión que le regaló el nuevo fútbol que auspicia el VAR en forma de penaltito. El fallo de Rakitic no hizo sino recrudecer el debate sobre un modelo más sustentado por los resultados que por la imagen.

La competitividad del equipo está fuera de toda duda: pese a la tremenda racha de lesiones e incidencias, el Sevilla no pierde y lleva ya nueve partidos seguidos invicto coincidiendo con esos dos últimos meses de inconvenientes. Con Bono, de nuevo sumó otra portería a cero el Sevilla, el segundo equipo de las grandes ligas tras el Manchester City en esta estadística: 13 a 12. Pero luego también brota un dato esclarecedor que incide en la frustración de la más parca expresión del resultadismo. El unocerismo de Lopetegui deja al Sevilla con los mismos goles a domicilio que el Levante, actual colista de la Liga. Con sólo 10 tantos como visitante es muy difícil luchar por altos objetivos y aun así ahí sigue el Sevilla.

La lupa vuelve a ponerse en un asunto que no es baladí y cuya crítica ha sido recurrente en los dos años y medio del guipuzcoano: el sistema ofensivo. El fútbol control, esa forma de meter a los rivales en su área poco a poco, con ese tuya-mía medroso y sin arriesgar el balón, contrasta con el perfil de los delanteros de la plantilla. En Pamplona formaron juntos por primera vez Martial y En-Nesyri, que en muchas ocasiones partieron desde las bandas, con Óliver Torres como falso nueve, para buscar lo que siempre falta en el juego ofensivo del Sevilla: el espacio.

Las estadísticas también sustentan esa crítica. Según la web de estadísticas Whoscored.com, el Sevilla realizó ¡cero pases al hueco! y apenas seis pases clave. Y los futbolistas que más pases dieron fueron Diego Carlos (109) y Rekik (106) por delante de Rakitic (98), Joan Jordán (93), Acuña (70) y Gudelj (53). Con un 73,5% de la posesión, logró el mismo número de tiros, muy forzados, que el Osasuna, 9. El resultado de ese fútbol control que va subiendo escaloncito a escaloncito mientras el rival se atrinchera dejó la friolera de dos disparos entre los tres palos, de En-Nesyri, antes del penalti. No fue sino el reflejo del modelo, que ha dejado hasta ahora sólo 10 goles a domicilio, como el colista, aunque los rentabilice mucho mejor...

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