Monchi, gran apoyo y guerrero invisible

Sevilla FC

La cercanía y la figura del director general deportivo marca la pauta en la gestión y en el día a día del club

Monchi saluda a En-Nesyri con un gesto de complicidad junto a Del Nido Carrasco.
Monchi saluda a En-Nesyri con un gesto de complicidad junto a Del Nido Carrasco. / José Ángel García
Jesús Alba

20 de febrero 2021 - 22:53

Pese a que la labor del director deportivo se queda, de puertas para fuera, en los fichajes en un club de fútbol –en realidad el único atractivo del cargo para la afición y para gran parte de la prensa–, Monchi es el ejemplo de lo que supone en una entidad deportiva la figura de un ejecutivo que en realidad es el alma de un club en todos sus estamentos y en cada una de sus necesidades.

Hay muchas clases de directores deportivos, igual que hay muchos perfiles de entrenadores, pero a veces el secreto del éxito en un club de fútbol está en lo que hace y lo que no hace esta persona, que en el caso del Sevilla tiene la suerte de contar con el que está considerado como uno de los mejores del mundo, por no decir el mejor ya que no hay muchos nombres que en realidad puedan hacerle sombra al gaditano.

Monchi, aparte de aparecer con su varita mágica –generalmente con acierto– en cada uno de los mercados de traspasos, es la persona que canaliza cuanto sucede en el club, particularmente en todo lo concerniente al primer equipo.

Monchi estaba ayer, como otras tantas veces, al pie del cañón junto al vicepresidente José María del Nido Carrasco, otro de los que no fallan día a día a pie de césped en cada entrenamiento del Sevilla, mucho más después de una derrota como la que cosecharon los de Julen Lopetegui el pasado miércoles en el Sánchez-Pizjuán ante el Borussia Dortmund en la ida de los octavos de final de la Champions League.

Una persona que saca la cara por su equipo como el día del Getafe, en el que se desgañitó desde la grada pidiendo justicia para su equipo, y que está al lado de cada futbolista para aquello que necesite.

Alguien que, no sólo en los derbis, sino que en cada batalla es la mano derecha del entrenador para tirar de oratoria para convencer a los suyos de que son mejores que los contrarios, en el que cada cual puede confiar su problema porque sabe que en él va a encontrar un problema y una solución.

Para protestar y poner en su sitio a los árbitros cuando ha hecho falta, como cuando el gol anulado a De Jong en el Bernabéu por un bloqueo legal de Gudelj a Militao en un córner un suscitó una importante polémica. “Si nos anulan el de Munir bajo y saco al equipo del campo”, dijo en una entrevista, unas palabras que fueron muy criticadas desde los medios nacionales por su osadía.

Pero, sobre todo, lo que más valoran los futbolistas es su cercanía, la disponibilidad ante cualquier problema de cualquiera de sus familiares y la importancia de su figura en los momentos complicados, como cuando las cosas no salen en lo deportivo. Ejemplo: En-Nesyri.

Monchi es, sin ningún género de dudas, la persona que pone a funcionar el club y la referencia del Sevilla a nivel ejecutivo y directivo dentro del panorama nacional como europeo. El artífice de los títulos que están en las vitrinas del Sánchez-Pizjuán y a quien se agarró el actual presidente en el peor momento deportivo e institucional de los últimos años. Con la suerte de que acababa de salir de la Roma.

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