Almeyda, contra la 'trituradora' de entrenadores: siete desde la 2022-23

El argentino, octavo preparador en tres años, inicia el curso 2025-26 en el banquillo nervionense, por el que pasaron siete técnicos más desde el verano de 2022

Almeyda, sin excusas cara al futuro ni expectativas con el mercado

José María Del Nido Carrasco y Antonio Cordón, junto a Matías Almeyda en su presentación.
José María Del Nido Carrasco y Antonio Cordón, junto a Matías Almeyda en su presentación. / Juan Carlos Muñoz

La exigencia instalada en el Sevilla y en el sevillismo hace que el banquillo de Nervión no haya sido en los últimos años demasiado estable. Siete entrenadores han dirigido al equipo desde la campaña 2022-23 y el cambio de dinámica, con menos dinero y desacierto en los fichajes, ha hecho que el club se haya convertido en una máquina de destituir entrenadores. ¿Una trituradora? “Es feo ese término”, respondía Matías Almeyda a la pregunta si temía ser engullido como otros por la entidad. “Espero que la trituradora no me triture. Si vemos el mundo cómo va de acelerado... Mientras matan a gente nosotros estamos hablando aquí. Es una palabra fuera de lugar. Me pueden sacar de cargo, pero no triturarme. ¿Y si va bien? Sé dónde vengo. Jugué 12 años en Europa", dijo el argentino, seguro de sus posibilidades y cualidades para reflotar la nave hispalense.

El técnico argentino es quien arranca la campaña 2025-26 dirigiendo al Sevilla desde un banquillo que no ve un solo inquilino en todo el curso desde que Julen Lopetegui acabara la 2021-22 en cuarta posición.

El riojano empezó el siguiente curso, pero no lo acabó. El entrenador de Asteasu estuvo tres temporadas antes, pero no sobrevivió al mal inicio de la cuarta. Su sustituto fue Jorge Sampaoli, que llegó en octubre y duró hasta marzo, llegando como salvador esa campaña José Luis Mendilibar, cuestionado pese a que levantó la Europa League en ese ejercicio 2022-23. Se ganó su continuidad por los resultados, aunque los rectores sevillistas no estaban convencidos y cedieron casi por presión popular. El vasco, casi sin refuerzos, no tuvo margen y en octubre ya cesó en el cargo por la gran apuesta de Víctor Orta, Diego Alonso, que siguió el camino de su predecesor sin haber ganado ningún partido de liga. La solución de emergencia fue Quique Sánchez Flores, que cumplió para salvar la categoría en la 2023-24, pero no siguió.

El director deportivo sevillista apostó Xavi García Pimienta, que tras una gran primera vuelta en Las Palmas lo acabó pasándolo mal sin ganar un solo partido en la segunda vuelta. Aun así, se sentó en el banquillo sevillista y tras un irregular inicio incluso fue refrendado con la renovación de un año más anunciada públicamente tras ganar al Valladolid (segundo triunfo) en la jornada 7. “Estamos construyendo las bases de otro gran Sevilla y hablo siempre de un proyecto a largo plazo", incidió Del Nido Carrasco en el vestuario cuando anunció el acuerdo con el entrenador a los futbolistas. El catalán, sin embargo, no terminó la temporada y Joaquín Caparrós selló una permanencia a la que ya apuntaba con García Pimienta, pues cuando fue destituido tenía más margen con el descenso que la diferencia que sacó el utrerano al final del curso.

Matías Almeyda ha tomado ahora el testigo. El entrenador de la “reconstrucción” de Del Nido Carrasco. Y lo hace con optimismo aferrado al trabajo que lo ha llevado hasta el banquillo de Nervión: “Cuando me dieron la posibilidad de hablar no les dejé hablar. Traté de convencerlos como fuera. Llevo 14 años dirigiendo. En River estuve en el momento más complicado de ese club. Envejecí siete años en una temporada. En Banfield logré que el equipo jugara como quería y de ahí llegaron propuestas de selecciones de Sudamérica, pero me decidí por Chivas, un club con 40 millones de aficionados. Sólo con mexicanos y siempre en desventaja y disputamos siete finales ganando cinco títulos. Después me llegaron propuestas de equipos árabes y fue a un conjunto en Estados Unidos que había ganado cuatro partidos en un año. Me puse a prueba. Vivo así, poniéndome para prueba. Ese San José compitió con el presupuesto más pequeño de la liga y quería llegar a Europa. En el AEK Atenas logré dos títulos, el segundo año perdimos la liga en el último partido y el tercer año bajamos el rendimiento. Voy buscando mi futuro por todos lados. Amo el fútbol. Estudio fútbol. Entiendo y acepto que puedo ser una incógnita y los hechos hablarán bien o mal de mí”, indicó.

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