El parón del fútbol de clubes por los amistosos de selecciones ha dejado hueco en la apretada agenda de los clubes hispalenses para realizar la tradicional visita a la Fundación Cruzcampo. Representantes de ambas entidades se citaron en dicho lugar, dejando unos momentos para la posteridad.

Los sevillistas -Isaac Romero, Lucas Ocampos, Pamela González y Pablo Blanco- llegaron algo antes que los béticos -Juan Miranda, Chimy Ávila, Carmen Álvarez y Rafael Gordillo-, y rápidamente se dividieron en tres equipos. Los canteranos, el lebrijano y el olivareño, se encargaron del postre, mientras que los argentinos hicieron lo propio con el primer plato. Las representantes de ambos equipos femeninos se unieron y cocinaron T-bone de raya a la barbacoa con emulsión de interiores.

El buen ambiente entre argentinos

Lucas Ocampos y Chimy Ávila fueron los encargados de cocinar un maravilloso entrante: lingote de patata brava. Ambos estuvieron muy habladores durante todo el acto, siendo, después, absolutos protagonistas con sus 'compañeros' de mesa.

Las cámaras de Diario de Sevilla mostraron el buen ambiente entre dos compatriotas, que les tocará ser rivales a finales de abril, en un derbi en el que, seguro, ambos clubes se jugarán mucho.

El delantero bético compartió anécdotas y comentarios graciosos con el atacante sevillista, y culminaron la tarde con uno de los mejores platos que se organizaron. Uno de los mejores momentos del día fue cuando Chimy Ávila empezó a 'meterle prisa' a Lucas Ocampos, diciéndole que le estaba controlando el tiempo que tardaba. Para terminar, el nervionense le sirvió el plato al ex de Osasuna.

Buen ambiente entre Lucas Ocampos y Chimy Ávila en la Fundación Cruzcampo

La torrija quemada de Miranda y la bandeja de Isaac

Otro de los equipos estuvo formado por los canteranos del Sevilla y del Real Betis. Isaac Romero se unió a Juan Miranda, para preparar una torrija que, en apenas segundos, acabó prácticamente quemada -lo puede ver en el vídeo de más abajo-. De hecho, la Fundación Cruzcampo tuvo que preparar otra, para lograr que se pudiera comer bien.

Estuvieron algo más tímidos al principio, pero con el tiempo cogieron confianza en la cocina. Isaac bromeó con algún comentario típico de Lebrija y Juan Miranda, por su parte, acabó entre risas al ver cómo el sevillista, en vez de servirle únicamente el plato, pretendía ponerle la bandeja en la mesa.

Isaac Romero y Juan Miranda cocinando una torrija en la Fundación Cruzcampo