Ante un clásico con el brillo recobrado

Desde mi córner

Llega un Valencia que de la mano de Bordalás anda buscando la senda para recuperar su status

Metidos de lleno en el no parar de la Liga nos estalla en la cara un clásico, un duelo de los de toda la vida. Llega el Valencia, un histórico de los de verdad que, de la mano de Bordalás, anda a la búsqueda de su reencuentro. Da la impresión de que el club valencianista, secuestrado por un capital extraño, se halla en el camino adecuado y la prueba es que en el minuto 87 del partido del domingo era el líder de Primera División.

Un rapto de intensidad de ese Real Madrid que nunca se rinde le dejaba cara de tonto a este Valencia que, además, se ha encontrado con una inesperada lista de lesionados. Los duelos entre el Sevilla y el Valencia van desde aquellos choques entre Juanito Arza y Antonio Puchades en el viejo Nervión al gol milagroso de Stéphane M’Bia sobre la última campana de un Mestalla estupefacto. Y hoy, en este trajín de fútbol hasta en la sopa, nos aparece una nueva reedición.

Espera el Sevilla con la sensación de que algo no cuadra, de que se está dejando en el camino algún que otro punto y ya se sabe que los puntos que van a la cuneta no vuelven. Pero, con un partido menos que la mayoría e imbatido, el Sevilla sigue habitando en los pisos altos de la tabla. Y, además, el hecho de que Bono sólo haya encajado un gol, aquel que adelantó al Elche, es señal inequívoca de que la solidez del equipo está a salvo de dudas por mucho penalti que conceda.

Con un partido más, el Valencia aventaja al Sevilla en dos puntos, poca cosa, pero hay que insistir en que se halla en la senda correcta para recuperar su status. Que hay que contar con el equipo ché para los grandes objetivos es indudable. La mano férrea de Bordalás seguro que hará efecto y de hecho ya se está comprobando. El 1-4 en Pamplona y cómo apabulló al Madrid durante ochenta minutos lo confirma. Por tanto, un clásico que vuelve por donde solía hoy en Nervión.

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