Ganó a pesar de todos, incluido Joaquín Caparrós

Sevilla-Las Palmas | Informe técnico

El entrenador utrerano volvió a errar en su plan inicial, corrigió con Lukébakio en la derecha pero su gestión tras el 1-0 fue rudimentaria y caótica

Así jugaron los futbolistas del Sevilla ante Las Palmas

José Ángel, ante Viti y el portero Horkas.
José Ángel, ante Viti y el portero Horkas. / Antonio Pizarro

Cuando ese buen árbitro que es Juan Martínez Munuera dio los tres pitidos finales y Nervión estalló de puro alivio, acabó un partido de puro disloque, con unos gramos de fútbol y toneladas de errores, algunos indignos de la categoría como ese contragolpe que desperdició Antonetti con Lukébakio a su derecha. Joaquín Caparrós volvió a componer un once fallido, sobre todo por cortarle las alas a Lukébakio y con ello el 90% del peligro al equipo, y cuando introdujo a Saúl por Sow y Antonetti por García Pascual, con Suso y José Ángel derrengados además por el esfuerzo, su rudimentaria forma de defender el 1-0 no fue a más porque Las Palmas fue aún más básico en sus acometidas. Y sin Moleiro.

Defensa

Extrañó que Joaquín Caparrós prescindiera de uno de los pocos futbolistas con experiencia, carácter y que dota de cierta solidez al centro del campo, Nemanja Gudelj. Eligió a Agoumé junto a Sow y Lokonga, todos medios un tanto blandos y parsimoniosos en la zona ancha para un partido que requería agresividad, pierna dura para someter a la UD Las Palmas y evitar las transiciones hacia las inmediaciones del área de Nyland, donde Campaña, Januzaj y sobre todo Moleiro tienen calidad para el golpeo a puerta o las combinaciones en corto.

Caparrós arriesgó también situando a José Ángel Carmona en el lateral izquierdo. El visueño, al menos, aseguró velocidad de reacción y carreras veloces ante el bullidor Sandro. Tras el 1-0, Diego Martínez cargó el área con Marc Cardona, Manu Fuster y Jaime Mata, además de McBurnie, y ahí el Sevilla jugó con fuego por su imposibilidad para hacerse con la pelota y salir para desahogar.

Ataque

El preparador utrerano siguió erre que erre, privando a este Sevilla tan cortísimo en ataque del principal caudal ofensivo, el que logró la mayoría de los puntos en esta paupérrima Liga: Lukébakio en la derecha. Mantuvo al belga en la izquierda, siguió con Suso volcado a la derecha con Juanlu desdoblándose (con soltura, sí, y con un par de buenos centros sin respuesta por el nulo remate de los blancos arriba) y confió en la llegada de Lokonga, quien no es un jugador potente y recio, precisamente, y encima venía de semanas de inactividad.

Esta vez no tiró de Peque, pero mantuvo al voluntarioso y tosco García Pascual para que se estrellara una y otra vez en los centrales o en sus propias limitaciones técnicas.

Las Palmas se destapaba sola a la espalda de los laterales, sobre todo, como se vio en el gran pase de Lokonga que desaprovechó José Ángel (23’), pero prescindir de Lukébakio por la derecha redujo muchísimo la pólvora sevillista. Se vio tras la reanudación, ya con el belga en su sitio.

Virtudes

Esta vez la defensa se impuso en su área y no concedió.

Talón de Aquiles

Son tantas, tantas deficiencias...

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