Un gol para alimentar la ilusión

Desde mi córner

La conexión de Fernando con En-Nesyri derrota a un Valencia acomplejado y sin opción a inquietar

Una asistencia prodigiosa y el instinto depredador de En-Nesyri fue suficiente para que el Sevilla siga soñando con crecer un tanto más de lo que vive. Era un partido trascendente para competir hasta última hora y a fe que no salió a relucir el mejor Sevilla del curso. Un partido lleno de fases anodinas y de cierta superioridad sevillista ante un Valencia que mostró una vez más cómo ha bajado su rol en el fútbol español.

La ilusión sufrió un menoscabo con el rebote de Hazard y Lopetegui cambia medio equipo respecto al que jugó en Valdebebas. Variaciones en defensa y, sobre todo en la sección de proyectos. Se fía en gran medida a lo que puedan generar Óliver, Suso y Óscar, pero la verdad es que el Valencia no ve que su planteamiento de equipo menor se vea alterado en ningún momento. Sólo un raid de Suso en posición ilegal y alguna intentona de un En-Nesyri que vive como Crusoe en la isla.

Enfrente un Valencia muy consciente de sus limitaciones y que apenas holla campo sevillista. Sólo el brujuelo de Manu Vallejo, alguna arrancada de Soler y pare usted de contar, por lo que al descanso se llega con la sensación de que no estamos en un acto digno de este final de curso tan caliente. Luego un Valencia menos acomplejado que hasta osa acercarse a las inmediaciones de Bono y una ocasión de Maxi, figura decorativa hasta ahí, muestra que es otro Valencia.

Hasta que Lopetegui dice basta y mete a tres de los buenos de una tacada con Acuña, Fernando y el Papu. Y la medida no tarda en dar resultado, pues Fernando se saca de la manga un pase sensacional a En-Nesyri que el marroquí aprovecha a la perfección. Luego quiere y no puede el Valencia, todo termina en el área de Bono y el partido acaba como demanda el guión, con un triunfo más de un Sevilla que está haciendo el curso de su vida y que no deja de soñar, claro que no.

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