Inquietud en la cita anual con Antonio Puerta

El Sevilla de Matías Almeyda se presenta ante una afición poco convencida y que ve venir las consecuencias de los problemas con los que debe lidiar Cordón; El Al Qadsiah calibra el bloque que, pese a todo, moldea el técnico

Una partida de póquer llamada Sevilla FC

Juanlu porta un balón en un entrenamiento reciente.
Juanlu porta un balón en un entrenamiento reciente. / Juan Carlos Muñoz

El sevillismo cumple este lunes con el rito anual de honrar a Antonio Puerta, una cita ineludible con la leyenda que marcó un antes y un después con el soberano zurdazo que abrió de par en par la puerta de la gloria para un club que nadaba en la sequía más absoluta de títulos. El XIV Trofeo Antonio Puerta (21:00 horas) es ya el clásico partido de presentación de cada temporada en el estadio Ramón Sánchez-Pizjuán, que en esta ocasión llega con más dudas que nunca, pues la situación se antoja complicada en lo económico y en la propia capacidad de gestión de los dirigentes, ilustrada por la imposibilidad material hasta el momento de poder inscribir a los jugadores con los que se refuerza en LaLiga. Sin duda, todo recuerda a los años de penurias, al Sevilla de la década de los 80 ó 90 cuando los fichajes extranjeros se quedaban varias jornadas sin poder jugar con el cansino argumento de que no llegaba el "tránsfer", que no era más que la federación de turno no mandaba a la española la ficha hasta que el club no recibía el dinero pactado.

En esta ocasión Puerta sufrirá desde dondé esté al ver en lo que se ha convertido ese Sevilla emergente y que conquistaba Europa que él dejó, ahora abocado a cruzar los dedos con un experimento en el banquillo y una plantilla cogida con alfileres. Las ganas y las ideas claras que trae Matías Almeyda, junto con la coherencia futbolística de Antonio Cordón desafían todo lo malo que es mucho y asoma por por debajo de las puertas de la planta noble.

El Al Qadsiah saudí, con un técnico sevillista como Míchel, estará en el rincón de enfrente aunque el rival es lo de menos. Todo el interés del sevillismo estará en qué va a pasar con Juanlu, que en principio está llamado a ser titular –y luciendo el dorsal 16 del mito– si no se aceleran las negociaciones. Sobre el quinteño están puestas todas las esperanzas de la directiva para que pueda desbloquear el galimatías de fichas y de posibles refuerzos que tiene frenada la planificación. De lo que es seguro es que no se va a librar de la primera bronca del curso.

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