Sevilla FC

Tan lejos, tan cerca

  • Ganar al Real Madrid a domicilio se ha convertido en misión imposible para el Sevilla, que no lo hace desde 2008.

  • Con Lopetegui lo ha rozado en las dos últimas temporadas.

Fernando se abraza con el Papu Gómez tras marcar el 0-1 la temporada pasada en Valdebebas.

Fernando se abraza con el Papu Gómez tras marcar el 0-1 la temporada pasada en Valdebebas. / Ballesteros / EFE

Ese cosquilleo está siempre, ganar en el Santiago Bernabéu es ahora mismo una de las cuentas pendientes del Sevilla, que en los últimos años lo ha visto poco menos que como una misión imposible pese a que ha hecho buenos méritos para haberlo conseguido en más de una ocasión.

El empate de la temporada pasada, aunque fuera en el Alfredo di Stéfano por las obras del coliseo del Paseo de la Castellana, fue un motivo más para pensar que el zarpazo puede estar cerca. Lo rozó el equipo de Julen Lopetegui, que si no se trajo los tres puntos fue por ese infortunio de gol en el minuto 94 de Hazard.

La temporada anterior, también con el guipuzcoano en el banquillo, fue el partido del célebre arbitraje de Martínez Munuera, anulando un gol legal de De Jong al señalar como falta un bloqueo de Gudelj a Militao. Fue la tarde en la que Monchi montó en cólera cuando dijo en los micrófonos de Movistar ante la insinuación de la ilegalidad del único gol sevillista que sí subió al marcador que “si lo anula bajo al campo y retiro al equipo”. Los palos le llovieron desde Madrid al de San Fernando.

Ahora, con el liderato en juego (el equipo de Ancelotti tiene dos puntos más que los sevillistas), la cita del domingo se presenta como una nueva ocasión para intentar la machada, conscientes en el club de que para llevarla a cabo se tienen que rodear de una serie de circunstancias futbolísticas que, una vez que se den, han de unirse a que no haya una intervención externa que acabe siendo decisiva, como ha pasado a menudo con los arbitrajes.

El Sevilla no gana al Real Madrid en su casa desde diciembre de 2008, un día de la Inmaculada (8 de diciembre) con Manolo Jiménez en el banquillo sevillista y Bernd Schuster en el merengue (3-4). Desde entonces, nada menos que 16 visitas, dos de ellas de Copa, en las que el equipo de Nervión sólo ha podido sacar un punto, el de la temporada pasada.

Goleadas de todo pelaje y también mangazos de todos los colores, aparte de más de un encuentro de merecer más, jugar mejor que el Real Madrid y acabar perdiendo. Un 7-3 con Emery en el que el de Fuenterrabía sacó pecho por la valentía con que salió su equipo en la Liga 2013-14, un 4-1 con un hat-trick de Cristiano la campaña anterior ya con el actual técnico del Villarreal, otro 4-0 igualmente con Emery; el 5-0 que dejó tocado y tambaleando a Berizzo... los ejemplos están en el recuerdo de todos y la impotencia ha sido, por regla general, la sensación más repetida en cada viaje de vuelta.

Con Lopetegui ha sido, probablemente, cuando más cerca ha estado. El 2-1 de la temporada 19-20 fue una declaración de intenciones. Metió miedo aquel equipo que se hubiera adelantado con el golazo de De Jong si Martínez Munuera no lo hubiese anulado tras una pérfida revisión del VAR.

En mayo de este mismo año el botín estuvo cerca en la tarde de Valdebebas. Fernando había adelantado a los de Lopetegui a los 22 minutos y el Sevilla, con el Papu Gómez como falso nueve para quitarle la referencia a los centrales, llegó con ventaja al descanso y ofreciendo muy buenas sensaciones ante el equipo que dirigía Zinedine Zdane.

Asensio igualó pasada la hora de juego y Rakitic, de penalti a falta de 12 minutos para el final, llevó la ilusión a un sevillismo que rozaba con la yema de los dedos el fin del maleficio. Pero fue Hazard el que rompió la magia en el 94.

Llega otra oportunidad con el liderato en juego y Lopetegui, al que le va la marcha por su pasado en la casa blanca, está otra vez con más ganas que nunca.

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