Slavia-Sevilla | Uno por uno jugadores

El maratoniano se cae en la meta

  • El Sevilla de Machín se diluye con la entrada de Andre Silva y Rog, el portugués permitiendo la salida del Slavia y el croata perdiendo balones.

  • El ejercicio de inteligencia táctica se derrumba.

Traoré celebra el 4-3 definitivo mientras Andre Silva se lamenta por la suerte del Sevilla.

Traoré celebra el 4-3 definitivo mientras Andre Silva se lamenta por la suerte del Sevilla. / EFE

Analizando la última jugada, es una evidencia que la suerte le fue esquiva, una vez más, al equipo de Pablo Machín. Analizando los porqués de los goles del Slavia, es una evidencia que en todos hubo un error de bulto, o en algunos casos evitables, de los jugadores del Sevilla. Analizando todo lo ocurrido desde el pasado verano hasta ahora ya que se apresura la llegada de los balances, es una evidencia que el entrenador pedía dos centrales para subsanar un déficit importante –cuantitativo y sobre todo cualitativo– que quedaba una vez más al descubierto en un equipo que recibía cuatro goles (seis en el global de la eliminatoria) ante un rival como el Slavia de Praga.

El Sevilla gestionó horriblemente mal una prórroga a la que le costó Dios y ayuda llegar. Machín no perdió los nervios con los cambios, tenía presente tras el 2-2 que iba a ser un partido de 120 minutos y no de 90 y tiró de la táctica del maratoniano. Madurar la carrera para asestar el golpe. Lo hizo, pero cometió un gran error, no con el paso atrás, pero sí con la salida al campo de dos jugadores que no ayudaron nada, Andre Silva y Rog. El primero, incapaz de ganar un balón y de tapar la salida del contrario desde su zona de inicio, y el segundo, convirtiéndose en una máquina de entregar posesiones (con lo que a un equipo tan agotadísimo le cuesta recuperar balones) al adversario.

La pizarra del Sevilla. La pizarra del Sevilla.

La pizarra del Sevilla. / FUENTE: Elaboración propia. GRÁFICO: Dpto. de Infografía

Defensa

El dúo elegido por delante de la zaga, Banega y Roque Mesa, se veía impotente para contener el empuje físico de los checos. Muy poco físico, un mal endémico de la plantilla desde su confección, que volvía a proyectarse en una defensa también muy justa, con jugadores como Carriço que hace dos temporadas, dos, parecía haber acabado su ciclo en la zaga de un Sevilla en la que hoy lo presentan como el salvador. O como Sergi Gómez, que llegó a priori para ser el cuarto central y es el que más juega.

Las razones caen por su propio peso. Se le suma el cansancio, el ser un equipo sin físico, sin talla para las marcas y para el choque... La entrada de Gonalons equilibró algo el centro del campo, pero Rog volvió a meter con él los nervios en el campo.

Ataque

Promes fue el hombre del partido en ataque. Un jugador fuera de sitio, pero que tiene recursos y que los utiliza. Sarabia anduvo desaparecido y cuando eso ocurre desconecta a Ben Yedder y Munir, hasta el gol hizo trabajo de desgaste y poco más.

El Mudo estaba destinado a ser el hombre de la noche, por frescura, por la pausa, por el gol que anotó y que parecía definitivo... Pero Andre Silva fue un poste que los checos saltaron sin problemas y las pérdidas de Rog hicieron retroceder al Sevilla.

Virtudes

La fe y la paciencia. El Sevilla parecía madurar el partido y llevarlo a su terreno. No le convenía un final físico y en una fase parecía tener la eliminatoria controlada.

Talón de Aquiles

Ni para defender jugadas a balón parado ni para contener el ataque estático de un equipo del montón. Los integrantes del sistema defensivo –calidad de zagueros y de pivotes– no tienen nivel para aspirar a nada serio.

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