Una reivindicación sólo a medias

La nueva exhibición de Lukébakio, la redención de Nyland y el buen nivel de Vargas en Vallecas refuerzan a Víctor Orta, que, no obstante, sigue señalado por la pobreza del proyecto

Nyland-Lukébakio, un binomio en medo de la nada

Idumbo y Agoumé celebran con Lukébakio el gol de éste al Rayo Vallecano.
Idumbo y Agoumé celebran con Lukébakio el gol de éste al Rayo Vallecano. / Zipi Aragón / Efe

Pese al convencimiento de muchos, la labor de un director deportivo no es acertar en los fichajes. Puede que sea con lo que se queda todo el mundo, lo más llamativo, sin duda, pero engloba muchísimo más. Es construir un proyecto, elegir un modelo futbolístico, gestionar rendimientos, planificar el futuro, jugar con los tiempos de las renovaciones, delimitar el sitio que ocupa la cantera... y un largo etcétera que se ve en el día a día.

En el Sevilla el nombre de Víctor Orta ha estado más vinculado a la crítica que al elogio. Escuchó en el duelo ante el Espanyol los primeros cánticos en su contra. “¡Orta, vete ya!”, se gritó en el Sánchez-Pizjuán como mensaje unánime de un sevillismo que no comulga con el madrileño, que sí obtuvo en el partido ante el Rayo Valecano de este sábado un reconocimiento parcial con la nueva exhibición goleadora de Lukébakio y la gran actuación de Nyland, dos de sus apuestas que evitaron la derrota de los de García Pimienta en otro partido para olvidar del equipo nervionense en la presente temporada en el que lo mejor fue el resultado, pues los hispalenses pese a todo lograron sumar un punto que los mantiene alejados de los puestos de peligro.

Sin duda alguna, el extremo belga es el mayor activo de la plantilla y carne de traspaso el próximo verano. Con su undécimo gol esta Liga –igualó su mejor registro en una temporada entera en la Bundesliga con el Hertha de Berlín–, Lukébakio sigue incrementando su valor en el mercado después de haber tenido ofertas muy importantes en el pasado mes de enero que no quiso atender.

Como apuesta de Orta, y eso hay que ponerlo claramente en su haber, el Sevilla pagó 10 millones por Lukébakio y hoy vale al menos cuatro veces más. El Nápoles lo quiso este invierno como sustituto de Kvaratskhelia y el Al Nassr de Arabia Saudí llegó a ofrecer 45 millones por el jugador y un sueldo para él de 8,5 al año. Una barbaridad que puede que el Sevilla ya no pueda retener. Entre otras cosas porque la entidad será la primera interesada en que el jugador acepte un negocio de estas dimensiones que el club como tal está obligado a llevar a cabo para equilibrar algo el desplome financiero de los últimos años.

El mejor sevillista en Vallecas fue, sin lugar a dudas, Nyland, quien además se sacaba una importante espina con su actuación, ya que sólo cinco días antes había hecho perder a su equipo dos puntos con una mala salida en un balón diagonal al área que acabó en el empate del Mallorca. En Madrid el noruego se creció y fue quien mantuvo al Sevilla en el partido durante muchos minutos, con paradas espectaculares con todos los registros posibles: manos a mano con el delantero, tiros a bocajarro, disparos lejanos...

Y Nyland también tiene el sello de Víctor Orta como uno de los grandes aciertos de éste junto a Lukébakio. Llegó a coste cero, con sólo un año de contrato, y se ganó la continuidad tras despejar las dudas que acompañaron a su fichaje, incluso con cierta sorna en mensajes en redes sociales que recordaban su inactividad en Inglaterra y en el Leipzig y que rescataban algunas imágenes de jugadas desafortunadas del noruego.

Una ocasion en el área de Nyland.
Una ocasion en el área de Nyland.

Hoy no hay dudas sobre un portero muy sobrio y tremendamente técnico que no sólo le arrebató la titularidad a Dmitrovic, sino que se ha ganado el respeto del sevillismo. Además, con los pies dio un plus al equipo, ya que es un especialista en las acciones de continuidad en general. El domingo por ejemplo ponía en marcha el contraataque del gol de Lukébakio.

Para cerrar el círculo de la reivindicación (pasiva) de Orta en Vallecas, el suizo Rubén Vargas volvió a dejar una buena impresión, sobre todo en la primera parte, mostrándose como un refuerzo activo en el mercado de invierno.

Pese a todo ello, el ejecutivo madrileño, que ha tenido que meter la tijera en la masa salarial de la plantilla, tiene aún más en el debe que en el haber, pues el proyecto en general sigue errático, lastrado por la mediocridad y dejando patentes agujeros importantes, aparte de que García Pimienta no termina de romper, con amago de incendio incluido. Isaac está solo como delantero y devaluándose por partido; hay canteranos con demasida responsabilidad, en el lateral izquierdo sólo figura Pedrosa y en el centro del campo no hay consistencia alguna, con un Saúl que sólo es líder de boquilla. Por no hablar de la inversión de 8 millones en Agoumé y Peque y las balas gastadas en Barco e Iheanacho.

stats