Terreno ajeno para sevillistas

Sevilla FC

El equipo de Nervión naufraga de nuevo en su intento de conquistar Mestalla

De 75 visitas al feudo ché, sólo en 11 han vuelto con triunfo

Ocampos celebra con rabia su gol en Mestalla.
Ocampos celebra con rabia su gol en Mestalla. / Manuel Bruque / Efe
V. Navarro

31 de octubre 2019 - 07:05

Jugar en Mestalla no es nada fácil. Ni para el propio Valencia, un equipo sometido a una presión muy alta por parte de una afición en ocasiones excesivamente crecida, ni para el rival. El Sevilla puede dar fe de este último punto. Han pasado más de 2.800 días desde la última victoria de los nervionenses en territorio ché. Fue un 26 de febrero de 2012 cuando, con Míchel en el banquillo, el equipo blanquirrojo lograba sacar los tres puntos por última vez en su visita al feudo levantino (1-2). Desde entonces, sólo regresó a la capital hispalense con un botín, mínimo, en tres ocasiones. En otras cinco –con un pulso de Liga Europa incluido, aunque muy dulce–, regresó derrotado a la capital hispalense.

Un hueso complicado de roer para los sevillistas este de Mestalla, refrendado con datos. De 75 visitas en Primera División al Valencia, han sido 53 las ocasiones en las que la vuelta a Sevilla por parte de los nervionenses ha sido de vacío. Las 22 restantes se reparten, de forma equitativa, entre empates y victorias. La última tuvo lugar 92 meses atrás, con goles de Medel y un eterno Jesús Navas, que servían para remontar el gol de Tino Costa.

La batalla de ayer de Mestalla entre Valencia y Sevilla se saldó con empate. Un reparto de puntos que muchos sevillistas creyeron haber vivido ya, justo, el pasado curso. Aunque, en esta ocasión, los protagonistas y los tiempos de ejecución fueron diferentes. Si en esta ocasión fue a falta de diez minutos para el final cuando Rubén Sobrino se aprovechaba de la defensa zonal planteada por Julen Lopetegui en una acción a balón parado, el pasado curso era Diakhaby el que, con otro remate de cabeza en el tiempo añadido igualaba la contienda. Por cierto, un testarazo, el del zaguero francés, que salvó a Marcelino, por entonces entrenador del Valencia, de ser destituido. ¿El resultado? En ambas ocasiones el Sevilla se quedaba con la miel en los labios de sacar un resultado positivo de su visita a uno de sus feudos malditos.

Decir en esta ocasión que los de Lopetegui merecieron la victoria es una sentencia tan errónea como hablar de que fue una contienda entretenida la que ofrecieron tanto uno como otro. Mestalla quedó contagiada de la pasividad que el Sevilla ofrecía, sobre todo con su juego en la segunda mitad, carente de ritmo ante un equipo que sólo exigía a ráfagas, cuando Parejo tomaba la responsabilidad a balón parado. En una de éstas, el capitán valencianista lanzaba un balón al corazón del área después de una falta lateral y Rubén Sobrino aprovechaba el desbarajuste que supone una defensa zonal para ganar la partida en carrera a un Koundé superado casi desde la primera zancada del atacante valencianista.

Un epílogo al partido en forma de gol que supuso el definitivo empate entre unos y otros. Y la muestra de que Mestalla no es territorio apto para sevillistas, como bien demuestran los casi ocho años que distan de la última vez que los nervionenses lograron regresar a la capital hispalense con el triunfo bajo el brazo. Y para quebrar esta racha ya deberá, mínimo, esperar a la próxima temporada.

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