Las urgencias se unen a la rivalidad habitual

Desde mi córner

Tanto el Sevilla como el Atleti parten con la rémora de que las cuentas no les salen

Partido de órdago a la grande el de esta tarde en Nervión. A su manera cada cual, ambos rivales llegan heridos y eso es incuestionable. Ni Sevilla ni Atlético de Madrid, dos equipos de Champions, cuentan actualmente con los puntos esperados. Mucho peor el Sevilla que la tropa del Cholo, pero es que si estas cuentas sevillistas eran impensables en agosto, tampoco las del rival, viendo tan alejados a sus colegas, son de recibo.

Estas inesperadas penurias conforman un plus de animosidad para un pleito habitualmente crispado. Desde aquello del domingo de Feria de 1951 en que Saz, auxiliar de línea del también catalán Azón, pegase el banderazo que anulaba el gol de Araújo la rivalidad entre blancos y colchoneros es de las más enconadas que registra nuestro fútbol. Ha llovido mucho desde aquel duelo, pero el tiempo no ha cauterizado las heridas, sino que siguen en carne viva.

Lopetegui tiene buenos números en sus pulsos con Simeone y eso podría optimizar la moral blanca para embocar un calendario de aúpa. Claro que el Cholo pensará lo mismo, pero al revés. Fuera de zona continental y con sólo diez puntos, el Atleti llega a Nervión comido por las urgencias. Tablas en urgencias, sin duda, lo que adoba al partido de ese ingrediente de las prisas que puede darle al choque una competitividad aumentada y casi más crispada de lo habitual.

Claro que estamos hablando de dos equipos que saben a qué sabe ganar con frecuencia y si en este curso lo han obviado no quiere eso decir que lo hayan olvidado. Y en el ínterin de la cosa, el futuro a corto, cortísimo, plazo de Julen Lopetegui, el hombre de las tres Champions consecutivas. Pero el fútbol goza de muy mala memoria y sólo es válido el presente, pues con decir que ya hasta a Simeone se le cuestiona, ¿qué más se le puede añadir a todo esto?

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