El extraño fútbol de una noche de verano

Todo ha cambiado y hoy directores generales y de márketing deciden por los entrenadores, pero qué sabrán ellos...

Almeyda, dirigiendo su primer partido con el Sevilla.
Almeyda, dirigiendo su primer partido con el Sevilla. / Sevilla FC

14 de julio 2025 - 06:19

VERANOS hay muchos, pero sin Colombinos ni Carranzas la salsa del fútbol no hay más remedio que extraerla de los chismes que vomita Fabrizio Romano –que la mayoría se acaban cumpliendo–, las chorradas que inventan los community managers de los clubes para anunciar refuerzos y renovaciones y los amistosos que hay que verlos por streaming. Los torneos veraniegos de las costas de Huelva y Cádiz y los fichajes que después tardaban en debutar porque no llegaba el tránsfer eran el mejor termómetro para hacer carnés en los años ochenta y noventa. Hoy se llaman campañas de renovación de abonos y se anuncian bajo un galimatías de estadísticas y tendencias de mercado en las que siempre sale beneficiado el club de turno.

Lo único que ha cambiado poco es el tenis, porque ni el Tour es lo que era desde que asomó la Operación Puerto e Indurain veía el momento de cambiar el sillín de la bicicleta por el sofá. Seguimos vibrando con un español en Roland Garros y en Wimbledon y hasta las derrotas, como la de ayer de Carlos Alcaraz ante un gran Jannik Sinner, tienen el sabor de lo auténtico.

Las pretemporadas tampoco son lo que eran. Hoy se hacen en casa, lejos de aquellos stages tras el aire puro de pinos autóctonos o bosques extranjeros y jugando simulacros de partidos en amistosos con menos de una semana de entrenamientos. Tampoco es lo más lógico que llegue un entrenador y se encuentre ya las fechas puestas cuando los partidos deben ser parte de una planificación de las cargas que programe el cuerpo técnico. El resultado acaba siendo semiesperpentos como el del Sevilla de Matías Almeyda ante un recién ascendido a la segunda división inglesa el sábado pasado en Faro.

Pero en el fútbol de hoy, directores generales y de márketing mandan en todas las parcelas, sólo falta que hagan las alineaciones. Entrenadores y directores deportivos deben tragar con ello si quieren conservar su puesto, pero qué sabrán ellos de esto...

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