El discurso inaugural del presidente en el salón Convenciones del hotel Los Lebreros estuvo marcado por el mensaje de austeridad económica con que José María del Nido quiso concienciar al sevillismo. El máximo mandatario comenzó aclarando que, pese a poder presentar beneficio por noveno año, "ha sido la temporada más difícil de los últimos años de gestión", debido sobre todo a la eliminación del equipo en Champions ante el Braga, "lo que supuso 30 millones en pérdidas previstos de ingresos".

El presidente recalcó los esfuerzos hechos por el consejo, pero no quiso restar un ápice de ilusión en el nuevo proyecto. "No imaginábamos que recuperarnos de este descalabro económico nos iba a costar tanto", señaló. Del Nido quiso dejar clara "la verdadera realidad del Sevilla F.C. y que nadie se lleve a engaño. No es un discurso pesimista, sino realista. [...] Para que no olvidemos de dónde venimos ni quiénes somos. Nuestro objetivo es clasificarnos para Champions, ser terceros y pelear por la Copa, pero seamos conscientes de que no son objetivos que nos corresponden por historia, presupuesto y ciudad, la quinta con más paro en España. Lo que hemos conseguido es algo extraordinario y vamos a intentar repetirlo, pero de ahí a que sea una exigencia va mucho camino. Hablamos de fin de ciclo y en ello estamos". Por ello, recordó el "desequilibrio descomunal" de los ingresos por televisión en España. "Peleamos con rivales de superior nivel, Valencia y Atlético y con otros de igual rango: Málaga, Athletic...".

No obstante, recordó que el Sevilla en los últimos 10 años, aparte de ser el mejor equipo en Copa, en la Liga ha quedado 9 por encima del Atlético y la única vez que acabó por debajo fue igualado a puntos. "No nos vamos a relajar, vamos a dejar hasta la última gota de sangre para lograr los objetivos asumiendo riesgos sin hipotecar la sociedad ni arriesgar su viabilidad futura".