Llega a los hogares españoles la Navidad. Este año, aunque de manera más atípica debido a la crisis sanitaria provocada por el coronavirus, las fiestas estarán marcadas por los mismos sentimientos de siempre, unos sentimientos que se fusionan con el amor por los seres queridos alrededor, eso sí, de una mesa con las mejores viandas para estas fechas tan señaladas.

Entre medidas sanitarias y grupos de convivencia, en las comidas y cenas de Navidad no faltarán productos tan típicos como el cava, un magnífico jamón de bellota, el dulce turrón, los panettone o pandoro y los productos de nuestras costas. En relación a este último manjar, desde la Organización de Consumidores y Usuarios se ha elaborado una guía práctica con algunos consejos para que, a la hora de acudir a los supermercados y plazas de abastos, el consumidor pueda optar al mejor género.

Consejos para comprar el mejor pescado

Según la OCU, hay una serie de consejos y trucos que debemos seguir para hacer una compra adecuada. En este sentido, habrá que estar muy pendiente de aspectos como:

• Productos "vivos y coleando". Los productos frescos son sinónimo de calidad y más aún en los pescados y mariscos. Manjares como los mejillones, berberechos, navajas... deben estar vivos, sino es síntoma de que no son buenos productos. En el caso de que el marisco se compre cocido, debe tener una etiqueta con las fechas relativas a los procesos y la caducidad.
• Los ya elaborados. Todos aquellos productos que estén elaborados se debe saber que contienen algunos aditivos y sal que hace que retengan agua, que va incluida en el peso y, pro tanto, en el precio.
• El arte de pescar. Se debe saber en todo momento cómo se han pescado los productos ya que, por ejemplo, la merluza no tiene el mismo valor si es de pincho o de arrastre. Contra más información tengamos, mejor será la compra.
• Cuidado con los sulfitos. Son conservantes que se utilizan para evitar o disminuir la melanosis y aunque no variará en nada la compra, sí es necesaria saber que puede producir alergias.
• Congelado y descongelado. Es necesario saber si el producto es congelado o si ha sido descongelado antes de su venta. Esta información es fundamental porque ya no podrá volver a pasar por el congelador. Por último, para evitar riesgos de anisakis, es aconsejable congelarlo durante cinco días.
• El glaseado influye en el peso. La capa de glaseo que protege el producto cuando está congelado debe indicar el peso escurrido en el envase. En el caso de ser a granel, habrá que buscar su porcentaje para que no influya en el precio.